Leo Messi se jugó la expulsión antes de que acabara la primera parte del Sevilla - Barcelona de la jornada 30 de La Liga. El argentino se encaró con Diego Carlos, central del equipo hispalense, y le empujó provocando que el defensa cayera al césped. El colegiado no vio la acción, de hecho no sancionó ese enganchón, pero sí el resto de la tangana que se formó alrededor de una falta en la mitad de campo del equipo local.
El argentino no vio tan siquiera la amarilla por esa acción, que probablemente habría sido la amonestación merecida por esa insólita reacción de Leo Messi. El VAR no entró a valorar la acción, ya que desde Las Rozas entendieron que era una acción de amarilla y, en ese caso, el videoarbitraje no puede rectificar la decisión del colegiado principal. Sergio Busquets sí vio la amarilla por su enganchón con otro jugador del Sevilla.
Todo se produjo por una falta de Fernando Reges sobre Luis Suárez. De hecho, el centrocampista provocó esa tarjeta a Busquets después de que ambos también se enzarzaran cogiéndose las camisetas. El jugador del Sevilla también fue amonestado. Arturo Vidal también se metió en la tangana, en cambio, Rakitic, que fue protagonista en la previa del partido, fue a separar a todos los jugadores.
El lío entre Diego Carlos y Leo Messi tuvo su sentido porque, justo después de la entrada de Fernando a Luis Suárez, el argentino se llevó una tremenda tarascada de Diego Carlos. El central sevillista entró con fuerza al delantero azulgrana con los tacos por delante en una entrada que bien podía haber merecido también la expulsión para el defensa.
El Barça y el Sevilla llegaron con empate a cero al descanso del partido. El propio Messi pudo hacer el primero del partido a través de un lanzamiento de falta, pero Jules Koundé corrió hacia la portería de Vaclik para tapar el palo por el que se introducía el balón. Fue la más clara de lo que iba de primera parte en un partido decisivo para los intereses del Barça.
La primera gran final
El Barça tenía nueve finales por delante para el final de La Liga ya que si ganaba todos los encuentros de aquí a la jornada 38, el campeonato sería suyo. Este choque en Nervión era uno de los dos más trascendentales que le quedan por la entidad del rival. El Sevilla era el tercer clasificado en la tabla en ese momento y, a pesar del 4-0 de la primera vuelta en el Camp Nou, el conjunto hispalense siempre es peligroso.
El otro gran encuentro que tendrá que afrontar el conjunto de Quique Setién es ante el Atlético de Madrid como local en la jornada 33. Aunque tiene que recibir al Athletic Club de Bilbao en el Camp Nou también y viajar al Estadio de la Cerámica para enfrentarse a un enrachado Villarreal, ganar estos dos choques supondría un golpe encima de la mesa por el título.
[Más información: Las quejas de Quique Setién desde que llegó al Barça: un cuento sin fin]