España cambió por completo su manera de afrontar las grandes citas futbolísticas como país después de lo que ocurrió en Sudáfrica. El triunfo de la Selección de Vicente del Bosque en el Mundial de 2010 acabó con una sequía histórica. Antes ya se había roto el famoso maleficio de los cuartos de final en la Eurocopa de 2008 que siempre frustraba la ilusión de todos los aficionados al fútbol del país, y que también marcó el inicio de un ciclo de cuatro años irrepetible.
Antes de todo eso España, con grandes generaciones de futbolistas, siempre llegaba a los torneos con expectativas altas y siempre se volvía con una mano delante y otra detrás. Ya fuera por grandes injusticias o por descalabros históricos, la Selección daba alegrías muy puntuales a las generaciones que no vivieron la Eurocopa de 1982. Se señalaba el España - Malta como una hazaña, un partido que significaba una clasificación para un torneo.
Otro de esos hitos que quedaron para la historia de la Selección sucedió en la Eurocopa del año 2000. Los Países Bajos y Bélgica se repartían las sedes de este torneo y España llegaba a ese torneo liderados por Raúl González, Gaizka Mendieta, Pep Guardiola, Fernando Hierro y Francisco Molina como el portero titular de José Antonio Camacho. Poco le duró la titularidad después de liarla en el primer partido de la fase de grupos ante Noruega y provocar una derrota que complicaba las opciones de clasificarse para cuartos de final.
España vencería gracias a un gol de Joseba Etxeberría a Eslovenia y seguía viva en el torneo, ya con Santi Cañizares en la portería. La clasificación se decidiría ante Yugoslavia, un partido loco en el Jan Breydel de Brujas que pasaría a la historia con la denominación de 'Milagro' y con un protagonista singular. Alfonso Pérez, el mago de las botas blancas, sería el héroe de todo el país dando la clasificación final a los de Camacho. El madrileño nacido en Getafe recuerda en EL ESPAÑOL un partido del que se cumplen este domingo 20 años.
El milagro de Brujas
"Fue un partido muy especial, quizá de los partidos más importantes por meter dos goles", recuerda el que fuera canterano del Real Madrid. Alfonso marcaría el primero y el último gol de España en ese partido que dio mucho de sí. Los de Camacho comenzaron perdiendo por culpa de un cabezazo de Savo Milosevic. Volverían a ponerse por delante los yugoslavos por medio de Govedarica al inicio de la segunda mitad, pero Pedro Munitis volvería a poner el empate un minuto después.
El drama se vino con el tercero de Yugoslavia. Komijenovic ponía la ventaja en el marcador para el conjunto centroeuropeo y España estaba fuera del Mundial. Así se llegó al minuto 90 del partido, pero aún quedaba un descuento de locos. "Para nosotros pasar a la fase final era casi un triunfo, no teníamos un gran currículum en ese sentido", explica Alfonso. Un penalti sobre Abelardo sería transformado por Mendieta en el 94. España se volcó, a los yugoslavos les temblaron las piernas y llegó el milagro.
Alfonso cazó un rechace en el área de volea, coló el balón a la derecha del portero de Yugoslavia y España tendría un puesto en los cuartos de final. El 'Alfonsazo' pasó a la historia antes de que llegara el 'Iniestazo', pero, hasta el 2010, fue la volea que más levantó al país del sofá. "No se puede comparar (Risas). El gol de Iniesta significó un campeonato y el mío el pase a la fase final. Aunque por aquel entonces era un triunfo muy importante", señala el protagonista del momento.
El fantasma de los cuartos
Aún así esa historia no tendría un final feliz. España se enfrentaría a la actual campeona del mundo en la siguiente ronda: Francia. Los Zidane y compañía que maravillaron al mundo en su país en 1998 se cruzarían en el camino de la Selección, pero los de Camacho no se lo pusieron para nada fácil.
El actual entrenador del Real Madrid abriría el marcador después de transformar un lanzamiento de falta, pero los franceses se encontraron con una rápida respuesta. Cinco minutos después Laurent Blanc derribaba a un Munitis que estaba siendo el mejor del encuentro hasta ese momento. De hecho, recientemente Lilian Thuram reconocía que fue el rival contra el que más sufrió. "Pedro era un jugador muy potente, muy rápido. Thuram era más grandote, le costaba girar. Pedro, en espacios cortos, era muy potente. Salió Pedrito y le hizo un traje en más de una ocasión", recalca entre risas Alfonso. Mendieta marcaría el lanzamiento de 11 metros.
En cualquier caso, la alegría duraría poco porque Youri Djorkaeff haría el segundo del partido para Francia seis minutos después. El 2-1 se mantendría en el marcador hasta los minutos finales en los que sucedió el momento cruel tradicional en cada gran campeonato de la Selección. Fabien Barthez derribó a Abelardo y cometía un nuevo penalti a favor de España. Raúl González dispararía fuera de los tres palos y provocaba que, un torneo más, La Roja se volviera a casa de vacío.
Una gran generación
"En la historia siempre nos faltó suerte. En el caso del penalti de Raúl, es parte de esa historia de jugadas desgraciadas como el fallo de Salinas, la no parada de Zubizarreta, el gol anulado a Míchel, la jugada de Cardeñosa...", recuerda Alfonso. Otra gran generación de futbolistas se iba con las manos vacías de otro torneo. "Merecíamos más. Pero estos pequeños errores te dejan fuera a las primeras de cambio", señala una de las estrellas del equipo que completaba un grupo de futbolístas excepcional.
Alfonso guarda un buen recuerdo de ese torneo. "Había buen ambiente, aunque las concentraciones siempre se hacían un poco pesadas. Lo que deseas es que llegue el campeonato. La experiencia fue bonita", señala el jugador en ese momento del Real Betis.
Ya por aquel entonces la Selección se entretenía con la famosa 'Pocha' que Alfonso desearía que estuviera "en los casinos". "No lo entiendo, sería millonario con lo bien que juego", bromea el exfutbolista. "Nunca hubo ningún problema entre nosotros dejando a un lado las rivalidades de cuando estábamos con nuestros clubes. Había más confianza entre los compañeros que compartían equipo, eso sí", señala sobre el ambiente de esa Selección.
"Nunca hubo ningún problema entre nosotros, dejando a un lado las rivalidades de cuando estábamos con nuestros clubes"
También era diferente la relación con la prensa en aquella época. "A nivel de club, era más cercano que ahora. A nivel de selección sí que había que pasar un protocolo, pero seguro que era más cercano. Antes te llamaban a casa para entrar a mediodía en la radio o por la noche... Ahora se ha vuelto todo mucho más complicado", destaca el también exjugador del Barça.
Lo que, según él, no era diferente era la presión que se vendía desde la prensa para conseguir éxitos. "Eso ha sido un problema siempre con España. Teníamos un gran equipo y se vendía que ya teníamos que quedar campeones. Era tal la expectación que creaba la prensa, que luego no pasábamos de cuartos y venían los problemas", sentencia Alfonso.
De aquella generación han salido muchísimos entrenadores. Guardiola, Abelardo, Paco Jémez, Sergi, Iván Helguera o Raúl, jugadores que conformaban aquella selección, ya tienen un papel fundamental en los banquillos. "Yo me saqué el título de entrenador y probé en el Mallorca. También probé en la secretaría técnica. Hoy por hoy no tengo en mente poder entrenar. No me importaría tener un puesto en alguna dirección deportiva, como surgió en el Betis. Si algún día lo hago, me gustaría que fuera en el Betis o en el Real Madrid. Aunque es más probable que sea en el Betis porque siempre hay mucha inestabilidad", destaca Alfonso.
Alfonso en la actualidad
El exmadridista está ahora mismo en la República Dominicana, una cuestión que no le aleja del fútbol español ya que, todos los partidos de las 22:00 horas los está siguiendo ya que allí le pilla justo después de comer. "Tenemos varios negocios. Trabajamos con varias cadenas hoteleras, tenemos varias salas recreativas infantiles, dos restaurantes, unas pistas de hielo artificial que vamos moviendo por el país...", explica Alfonso. Eso sí, pronto estará en España de nuevo con nuevas ilusiones.
Una de ellas es volver a tener más relación con el equipo de su vida y en el que es una leyenda: el Betis. "Yo siempre lo he dicho. Me parece triste que un jugador como Alfonso con lo que ha significado para el Betis, no esté ahí. Muchos equipos y compañeros que han estado vinculados a otros equipos, están trabajando para los clubes en los que significaron más. Ya no por el hecho de que sea yo, otros jugadores que fueron leyenda para el Betis, siempre deberían estar vinculados al club", señala el madrileño.
Alfonso cree que el hecho de haber ido en la candidatura de Rafael Salas ha afectado a esa relación con el club y que es el motivo principal por el que no cuentan con él. "Yo cuando me presenté fue por el bien del Betis. No hubo ninguna otra intención. Yo vivía en Mallorca, le plantee a mi familia volver a Sevilla y me apoyaron. La actual junta directiva tuvo más herramientas que nosotros, ficharon a Lorenzo Serra Ferrer en un movimiento estratégico. Le utilizaron para ganar y, de hecho, hoy por hoy no está allí. Salió de muy mala manera. El tiempo me dio la razón", destaca la leyenda del club de las trece barras.
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