El chileno Arturo Vidal ha echado más leña al fuego del Barcelona. Los rumores sobre las tensiones entre jugadores y entrenador vienen lastrando la dinámica del equipo desde hace semanas. Sin embargo, y a tenor de las declaraciones que dan desde el vestuario, esas diferencias no se han terminado de pulir y la confianza en Setién es ínfima.
En unas declaraciones al canal colombiano WinSportsTV, Vidal, de 33 años y que tiene una temporada más de contrato con el Barcelona, recordó que los aficionados quieren títulos y cuando no se consiguen o se pierden partidos, "la prensa empieza a cambiar a los jugadores, los entrenadores y nos tenemos que adaptar y saber bien lo que queremos".
Sin embargo, sus palabras más duras se producen al hablar de Quique Setién, hacia el que no muestra una gran confianza dejando su futuro en manos de la directiva.
"Con Setién hemos trabajado muy poco, fue un cambio muy brusco e intentamos adaptarnos y, cuando se acabe la temporada", apunta, el club debe "escoger bien el futuro del Barça". "Se tiene que pensar muy bien en el futuro, porque el Barcelona siempre tiene que estar luchando por todos los títulos, ya que por algo es el mejor equipo del mundo", insistió.
Vidal recordó que el equipo se sintió "muy triste" por perder el campeonato, pero comentó que los equipos contra los que el Barcelona se midió fueron "duros" y el Real Madrid aprovechó. "Hay que pasar página y pensar en la Champions que es muy importante. El equipo se ve bien y confiado, estamos al 100% para lograr ese objetivo que nos queda, ojalá se dé", insistió.
Las dudas sobre Setién
El entrenador del Barcelona no se ha ganado a la plantilla. Las diferencias entre ambas partes han quedado en evidencia sobre el césped. Tanto en los partidos como en los entrenamientos se ha podido comprobar cierta distancia entre jugadores y cuerpo técnico. Sobre todo con el número dos de Setién, Sarabia, cuyas disputas se han hecho públicas.
En el penúltimo partido de la temporada el Barça perdió ante Osasuna y también dijo adiós a La Liga. Ahí comenzó toda una revolución en el vestuario que, empezando por Messi, criticó tanto la actitud del equipo como nivel expuesto en las últimas semanas. Incluso señaló a la directiva a la hora de hacer autocrítica. Tras ello, el vestuario y el equipo técnico se reunió para poner punto y final a los conflictos.
Cerraron La Liga con una goleada ante el Alavés y recalcando las buenas sensaciones que se habían mostrado sobre el terreno de juego. El objetivo, desde entonces, es llegar a punto para pasar de fase en la Champions. El Nápoles será el rival a batir y los jugadores culés han contado con unos días de vacaciones para descansar física y mentalmente.
El duelo ante los italianos podría marcar el futuro de Setién. Una derrota ya le dejaría tocado, pero en caso de que esta se produzca de mala manera y sin competir, su salida del Barcelona será inminente.
[Más información - Arturo Vidal, sobre su "hermano" James: "Es una lata que tenga problemas con Zidane"]