Las competiciones no profesionales y que dependen de la RFEF pueden suspenderse hasta el año que viene. La situación sanitaria y la falta de un protocolo son algunas de las razones que hacen imposible que se vuelva a jugar con seguridad ante el coronavirus. El organismo, con Luis Rubiales a la cabeza, se reunirá este lunes para tratar este parón hasta 2021.
La RFEF confirmaba en la mañana de este viernes que el lunes iba a tener lugar una reunión clave con las federaciones territoriales. En este encuentro, con el presidente a la cabeza, se iba a analizar la situación actual que viven todas las competiciones de deportes considerados no profesionales. Una definición que engloba a la Segunda División B, la Tercera, el fútbol femenino y el fútbol sala, entre otros. Todas estas disciplinas, dependientes de la RFEF, se conocen en el organismo nacional como competiciones profesionalizadas.
Ninguno de los clubes que compiten en estas ligas han recibido el protocolo sanitario de la Federación para hacer frente a la pandemia de la Covid-19. No existe, de hecho. Es por ello que desde la entidad pública se han prohibido los amistosos a clubes de fútbol femenino y de fútbol sala, entre otros, durante este mes de agosto.
Una situación que ha agravado la crisis existente en algunas de estas competiciones y que había dejado en punto muerto la temporada. Los clubes pedían ese protocolo y, ante la inexistencia de este, cada uno gestionó la pandemia con la vuelta a los entrenamientos a su manera.
Según ha podido saber EL ESPAÑOL, la reunión del lunes con cada federación territorial es "para elaborar un protocolo común" debido a "los últimos datos" que se han recogido en las autoridades sanitarias. Además, a lo largo del día se van a realizar "reuniones importantes". Entre otros temas, se estudiará la posibilidad de suspender estas competiciones hasta el 2021.
La información entre los afectados es escasa. En el mundo del fútbol sala se desconocía por completo la razón de esta reunión. Se ha llegado a hablar de "excusa" para poder suspender la competición y huir de cualquier problema adicional. Clubes de Segunda B y Tercera contactados por EL ESPAÑOL, igualmente, han transmitido esa falta de información por parte de las federaciones.
Parón de calendario y economía
"Confiamos en que se pueda empezar y esperamos que nos faciliten un protocolo de vuelta", indicaban a este periódico. Otros, más pesimistas, recalcaban que "todo puede pasar". Ese todo engloba la opción de paralizar el inicio de las competiciones, algunas marcadas para el 5 de septiembre, y retrasarlas hasta enero del 2021.
Un retraso que supondría un duro golpe para la economía de cada club. Algunos han tenido que pagar nóminas hasta agosto, lo que supone un notable aumento de los gastos comparados con otros años. Pero, si a ese crecimiento de los salarios se suma la falta de ingresos por la ausencia de público, descompone por completo las cuentas de las directivas.
Desde el CSD, que sería quien tendría la última palabra, afirman a EL ESPAÑOL que "federaciones y entidades son libres para reunirse y decidir cuánto consideren oportuno" y que, en lo que respecta al Grupo de Tareas de Impulso al Deporte que se habilitó desde abril, "no hay novedad" sobre alguna medida drástica.
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