Los positivos en el Atlético de Madrid han revolucionado el futuro del fútbol de cara a la próxima temporada. La actual edición se llevará a cabo con el plan establecido y, en el caso de que los rojiblancos no pudieran cumplir con el cupo de jugadores que dicta la normativa de la Champions League, se le daría el partido por perdido. Por suerte, esta situación no se ha dado al confirmarse que el resto de la plantilla está en perfectas condiciones. El problema de cara al siguiente año está en que este suceso ha dejado claro que es imposible evitar estas situaciones sin la creación de una burbuja y la celebración de la competición en una sola sede.
La preocupación en el seno de la UEFA es real. Sobre todo teniendo en cuenta que hay una Eurocopa el próximo verano que ya ha sido aplazada y que se disputará en ocho sedes diferentes. Por muy estricto que sea el protocolo que ha establecido el organismo para el final de la Champions League 2019/2020, poco se puede hacer ante la diversidad de situaciones que existen en cada país. Sobre todo en España, que vive una tendencia al alza en el caso de los rebrotes.
El futuro incierto de la edición de la máxima competición continental para la 2020/2021, así como de la Europa League, es la gran preocupación que se ha instalado en el organismo europeo. Si bien es cierto que el plan que establecieron las ligas, como el de la española, demostró su eficacia contra los contagios entre los jugadores, la relajación de estos junto con la suma de viajes que obligaría el hecho de que se celebre con normalidad la Champions ponen en jaque cualquier plan previsto.
La creencia de establecer una única sede y que se juegue de forma continuada durante un período de tiempo determinado la competición empieza a crecer entre los altos responsables de la UEFA. Es la manera de asegurarse que todos están en igualdad de condiciones, así como un control más fuerte al estilo de la NBA con una concentración más larga previa a la disputa de los encuentros.
Hay opciones
La semana pasada la UEFA acordó dar una respuesta a la idea de la existencia de sedes neutrales para la celebración de los partidos. Por ejemplo, mientras se disputaban el resto de los partidos de los octavos de final, en Nyon se jugaba la primera ronda de eliminación de la Champions League 2020/2021 entre los campeones de Andorra, Kosovo, San Marino e Irlanda del Norte. Esta fue la primera prueba para llevar a cabo la próxima edición de forma similar.
El acuerdo al que se llegó tras esa reunión citada fue que "para cumplir con las restricciones de viaje y los requisitos de cuarentena emitidos por las autoridades, algunos partidos pueden necesitar trasladarse a países o estadios neutrales". Los países que más han colaborado, según ha indicado el organismo europeo, son Polonia, Hungría, Grecia y Chipre. Estas tres zonas del continente han confirmado que cuentan con "algunos" de sus estadios "disponibles en las fechas programadas" y podrían ofrecer esa opción para que los equipos vayan a jugar "sin restricciones".
Esta posibilidad también la elevaban a los choques entre selecciones internacionales. Pero todo dependerá de las restricciones que cada país pueda imponer. "Será necesaria una estrecha cooperación entre todos los equipos y la UEFA para garantizar la organización regular de todos los partidos", esgrimía la nota que informaba sobre lo tratado en esta primera toma de contacto para conocer las impresiones de las federaciones. Todo ello antes de que surgieran estos positivos que han alterado todos los planes.
El ejemplo de otras competiciones
Esa sede o sedes únicas, con la posibilidad de que se dividieran por grupos en diferentes ciudades, tendría como espejo lo visto en la NBA o en la MLS. Evidentemente, el termómetro lo marcará cómo se desarrolle esta prueba que es la fase final de Lisboa. Si no hay más problemas que los surgidos antes con el caso del Atlético, sería un plus para comenzar a valorar posibles lugares.
Los recurrentes datos de cero positivos dentro del entorno de la burbuja de la NBA son más que convincentes. La realidad es que hay mucho dinero en juego por las televisiones y un prestigio que siempre ha acompañado a la máxima competición continental que mantener. La UEFA está muy preocupada y, con la situación actual, no descarta ninguna posibilidad.
Evidentemente, lo que se quiere evitar cueste lo que cueste es tener que cancelar la temporada. Los costes que ha tenido la paralización de las ediciones de las competiciones este año ha sido ya demasiado alto, pero la situación podría volverse insostenible si se vuelve a dar en 2021. El miedo a que haya un desequilibrio en función de la situación de cada país es real, los casos de competiciones que se tienen que parar o que se desequilibran están a la orden del día.
La situación de la Euroliga
Esta situación se hace más difícil para otras competiciones que tienen el mismo carácter. La Euroliga de baloncesto tiene una situación bastante más complicada por el hecho de que su capacidad económica es menor. También pasaría por la misma solución, la de jugar en una burbuja, pero la gran cantidad de partidos que entraña complica una coordinación con el resto de ligas para poder hacerse realidad. O se juega la máxima competición continental, o se juegan los campeonatos nacionales.
Todo ello a pesar de que ha sido el mismo organismo el encargado de organizar una especie de pretemporada en el mes de septiembre con dos sedes: Kaunas y Valencia. Un torneo con ocho equipos y en el que los cuatro mejores se enfrentarían en una fase final. Cabe recordar que las fechas de la próxima Euroliga ya están determinadas. Aún así, desde ese 24 de junio en el que se anunció, han cambiado mucho la situación y las previsiones no son muy halagüeñas.
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