La labor que le ha encomendado Josep María Bartomeu a Ronald Koeman no es tarea fácil. Ni siquiera para el héroe de Wembley. El técnico holandés aterriza en un club que ahora mismo está en llamas, aunque para él no es la primera vez que se encuentra ante este panorama al llegar a un sitio. Su carácter le define y en su pizarra se denota el 'sello Barça' aunque perfilado hacia un juego más defensivo.
Koeman llega al Barça como la apuesta de Bartomeu para limpiar el vestuario. El presidente azulgrana parece haberse dado cuenta tras la humillación del Bayern en Lisboa, siendo esta la enésima debacle europea del equipo, que es hora de revolucionar un vestuario en el que predominan futbolistas que superan la treintena. Su misión es reconstruir el equipo a contrarreloj, puesto que el regreso de La Liga está a la vuelta de la esquina.
Todos los que conocen bien a Koeman coinciden en que cumple un sueño al dirigir al Barça. Por eso aceptó la propuesta de Bartomeu, a sabiendas de que renunciaba a dirigir a Holanda en la Eurocopa del próximo verano y siendo consciente de que en marzo de 2021 habrá unas elecciones en Can Barça. 'Tintín' firma por dos años pero su trayecto en el banquillo podría ser mucho más corto dependiendo del nuevo presidente.
Aunque demasiado tendrá en la cabeza ya Koeman como para andar pensando en su futuro una vez que ha estampado la firma en su nuevo contrato. En su reunión con Bartomeu y los pesos pesados de la Junta del Barça se habrán puesto nombres sobre la mesa, nombres importantes a los que hay que empujar fuera del equipo. Y no son pocos. Los ocho intransferibles de Bartomeu lo dicen todo: Messi, Ter Stegen, Semedo, De Jong, Lenglet, Dembélé, Ansu Fati y Griezmann. El resto son prescindibles.
El problema que ven en las altas esferas del Barça está en la edad de las estrellas de un vestuario que ha ido envejeciendo sin una transición que hubiera evitado llegar a este punto. Luis Suárez tiene 33 años, Busquets 32, Piqué 33, Jordi Alba 31... Es hora de un cambio y Koeman sabe de esto.
La revolución 'Oranje'
Durante los dos últimos años y medio ha sido el seleccionador de Holanda. La ha dejado como uno de los combinados nacionales más prometedores de cara a las próximos años juntando estrellas del momento, como Van Dijk, Depay o Wijnaldum, y savia nueva, como Frenkie De Jong, De Ligt, Van de Beek, Ake oDumfries. Para ello antes tuvo que 'quitarse de en medio' a auténticas leyendas de la 'Oranje' como Robben, Sneijder y Van Persie, que en 2018 tenían 34, 33 y 34, respectivamente.
La reconstrucción de Holanda, a la que llevó a la final de la Liga de Naciones cayendo contra Portugal en ella, es su mejor aval en su llegada al Barcelona. Quién mejor que un hombre de la casa, que es historia del club y que parece preparado para asumir una renovación en un vestuario caduco. Sin ir más lejos, el once que presentó Setién contra el Bayern tenía una edad media de 29,9 años y es uno de los más viejos de la presenten edición de la Champions League.
La guerra que desató en Valencia
Pero en España ocurrió un episodio de la carrera de Koeman de la que no quieren escuchar Bartomeu y compañía. Su paso por el banquillo del Valencia, que no llegó ni a seis meses, entre 2007 y 2008 fue tumultuoso, definiéndolo de forma suave. Koeman se hizo con el equipo che tras la destitución de Quique Sánchez Flores y con su llegada se incendió el club, desencadenando la eliminación de tres emblemas como eran Albelda, Angulo y Cañizares.
Juan Soler, máximo accionista del Valencia por aquel entonces, quería deshacerse de ellos y Koeman pensaba lo mismo. Algo similar a lo que ahora quiere Bartomeu y con lo que Koeman coincidía meses atrás desde una posición fuera del club. Y el holandés se los 'cargó' pese a que aquello estaba claro que implicaría un revuelo social. La cosa fue a peor cuando el club no les pudo dar salida en invierno y el Valencia presentaba sus peores síntomas.
Un desastre anunciado que acabó de tal manera, aunque tras la salida de Koeman en abril el equipo lo supo arreglar alejándose del descenso en Liga. Antes, con el holandés se logró, contra todo pronóstico, la Copa del Rey. El mérito de aquel título recaería en opinión popular sobre los jugadores. Koeman dejaría alguna perla más acorde con su carácter, aunque ninguna como el muro de metro y medio que levantó en Paterna para restringir el acceso al aparcamiento interior.
Se puede decir que Koeman llevó el caos al Valencia, pero acabó cumpliendo en pocos meses con la revolución de la plantilla y de ahí acabaron saliendo estrellas como Villa o Silva y se confirmaron otros como Joaquín. El recuerdo de la afición che, eso sí, no es el mejor posible.
De qué manera afronte Koeman la revolución del Barça dependerá el futuro del equipo o, al menos, la próxima temporada. ¿Pondrá solución a una de las mayores crisis que se recuerdan en la ciudad condal? ¿O avivará el incendio con sus decisiones y su fuerte carácter? El héroe de Wembley, para bien o para mal, vuelve a casa.
[Más información - El Barça y su revolución en tiempos de Covid-19: venta de las 'vacas sagradas' para costear los fichajes]