El 'caso Fuenlabrada' no ha acabado ni mucho menos. Los protagonistas, de hecho, coinciden en que todo acaba de empezar y que, entre recursos y decisiones judiciales, todo este proceso se va a alargar en el tiempo. El primer frente que se abrió fue el del Deportivo de La Coruña contra el club madrileño. Una batalla que ha cambiado de protagonistas y que ahora tiene a la RFEF como gran rival de la entidad.
Las relaciones entre la Federación, con Luis Rubiales al frente, y el club presidido por Jonathan Praena no es buena. Es absolutamente nula y el único intercambio de mensajes que hay, de forma pública y a través de los medios de comunicación, es en forma de crítica. Unas diferencias que surgieron al poco de estallar el 'caso Fuenlabrada' y que, además, forman parte de esta batalla personal que tiene la RFEF con LaLiga.
La relación entre la asociación encabezada por Javier Tebas y la Federación mejoró con los populares Pactos de Viana. Un acuerdo que supuso la paz en el fútbol español. Sin embargo, tras sucederse los positivos por coronavirus en el Fuenlabrada, el aplazamiento de ese último partido de Segunda y las posteriores posturas defendidas por cada parte, no hay nadie que dude que esos pactos han quedado completamente diluidos en una tensión difícil de reducir.
A los ataques bidireccionales que se están produciendo por lo ocurrido en Segunda, hay que sumarle que el Fuenlabrada cuenta con el respaldo de LaLiga, algo que complica aún más la estabilidad con la RFEF. Y, por si fuera poco, lo que estalló por un problema deportivo se ha trasladado a las respectivas sedes judiciales con todo un círculo de querellas entre varios de los protagonistas.
Las primeras querellas del Fuenlabrada
El club madrileño dio el primer gran paso el pasado 14 de agosto. El Fuenlabrada decidió acudir a los tribunales y se querelló contra toda la cúpula de la Real Federación Española de Fútbol. Luis Rubiales como presidente, Andreu Camps como secretario general, Tomás González Cueto como asesor jurídico y el polémico juez instructor, Ricardo Esteban Díaz.
La postura de la entidad es clara. Todo se trata de una organización entre los diferentes dirigentes para conseguir perjudicar lo máximo posible al club. El club liderado por Jonathan Praena no entiende por qué se les señala y ataca de forma constante si, según los últimos informes, cumplió el protocolo de LaLiga.
Lo peor estaba por llegar. Un día después, el 15, el juez instructor contra el que se habían querellado presentaba un informe donde pedía el descenso administrativo del Fuenlabrada. Perder la categoría, bajar a Segunda División B y pagar cerca de 15.001 euros en forma de sanción. "Las acciones que están realizando un grupo directivos de la RFEF con el objetivo de descender administrativamente al Fuenlabrada de forma ilegal son un delito de intento de alteración de la competición", respondió el club.
Sin embargo, su réplica no quedó ahí. Querían que se supiera que estaban siendo manipulados. Que la información publicada y que respaldaba la teoría de la RFEF no era veraz. Que sus servicios médicos habían actuado como debían. Y, ahí, fue el propio jefe Juan Manuel Blanco Navarro el que quiso tomar parte del conflicto al verse señalado.
El jefe de los servicios médicos del club, en un comunicado compartido por el propio Fuenla, confirmaba que tomaría medidas legales ante los hechos acaecidos. Una utilización "sesgada y tendenciosa" de sus declaraciones, en clara referencia al juez instructor. Horas después se conocería el audio donde el juez instructor presionaba y manipulaba la declaración. Actitud que provocaría perder el respaldo de la propia RFEF.
La respuesta de la RFEF
Tras las varias querellas interpuestas por el Fuenlabrada (tanto del club como de su propio médico), el organismo que regula el fútbol nacional quiso responder. Y más tras escuchar las palabras de Praena, presidente del club madrileño, donde hablaba en términos de corrupción, criminalidad y organización para buscar perjuicios contra el propio Fuenlabrada.
Los calumniados, según defienden desde la propia Federación, fueron Luis Rubiales y Miguel García Caba. El primero, presidente, como respuesta a las acusaciones realizadas desde el Fuenlabrada. El segundo, vicesecretario general de la RFEF y con gran importancia en aspectos jurídicos, después de escuchar por parte de la entidad madrileña que los informes del juez instructor habían sido escritos por él.
Si bien la batalla de Luis Rubiales contra el club madrileño es evidente tras las últimas declaraciones cruzadas, el nombre de Miguel García Caba era mucho menos conocido y, por ende, sorprendente en todo este 'caso Fuenlabrada'. La entidad liderada por Praena le señala a él como responsable de los textos publicados por el juez instructor.
Un informe pericial de LaLiga, y que ha defendido el Fuenla, asegura que García Caba es el "redactor de la mayoría de providencias e incluso de las medidas provisionales, tal y como se demuestra en los peritajes presentados" por la organización de Javier Tebas. "5 sobre 5", recalcan fuentes del club.
La RFEF, sin embargo, no da valor a ese informe y de ahí que se haya procedido a interponer esa querella de García Caba a Praena. La Federación defiende a su vicesecretario con que tiene experiencia en el mundo docente y jurídico, por lo que es normal que otros jueces instructores utilicen conceptos utilizados por García Caba y que son comunes en el mundo del derecho deportivo.
Pero, además, le restan más valor aún al informe pericial de LaLiga por la relación existente entre Javier Tebas y el asesor jurídico del Fuenlabrada. Dicen, desde la Federación, que eso le quita toda credibilidad.
Un mes después de que el Deportivo de La Coruña-Fuenlabrada se suspendiera, no hay nada resuelto. Ninguno de los clubes implicados sabe en qué categoría jugará, ni se conoce un calendario oficial ni cuántos equipos competirán en Segunda División. Solo hay una cosa confirmada: dos querellas de la RFEF y las interpuestas por el Fuenlabrada a cuatro miembros de la Federación.
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