Ya es 25 de agosto y el fútbol no profesional, así como el resto del deporte, sigue sin conocer la fecha en la que podrán iniciar la temporada 2020/2021. La carta que este lunes ha enviado la Real Federación Española de Fútbol a LaLiga además deja claro que también está bloqueado el calendario y, por ende, la fecha del 11 de septiembre para que arranquen la Primera y la Segunda División. El CSD, con Irene Lozano a la cabeza, también ha recibido su petición para que solucione los diferentes conflictos cuanto antes. Pero la Secretaria de Estado para el Deporte ha desaparecido.
No literalmente, pero sí para el mundo del fútbol. Después de que explicáramos en EL ESPAÑOL el mosqueo que tenían los responsables de solucionar el problema del fúbtol no profesional, o sea, ProLiga, la Asociación de Clubes de Fútbol Femenino y la Liga Nacional de Fútbol Sala, porque la presidenta del CSD designase a Joaquín de Arístegui como el encargado de reunirse con las partes, la carta de la Federación ha evidenciado que también se ocupará de responder ante la última grieta que se ha abierto entre la RFEF y LaLiga.
Lozano, por ejemplo, ha estado pendiente para felicitar en su cuenta de Twitter al Barça por pasar a las semifinales de la Women's Champions League tras vencer al Atlético de Madrid, al Sevilla por la consecución del título de la Europa League o a Luis León Sánchez por conseguir el maillot de campeón de España de ciclismo en ruta. Ya se llevó la reprimenda de Aitana Bonmatí, la jugadora culé, por no dar respuesta a la pregunta de cuándo podrán empezar a jugar. De poco vale, porque ella no dará solución alguna.
La Federación, además, asegura que no permitirá que se inicien la Primera y la Segunda sin que haya un protocolo de regreso para las competiciones no profesionales. Así que De Arístegui tiene trabajo para conseguir que el deporte nacional pueda desarrollar su actividad a pesar de la pandemia de la Covid-19. Eso sí, la reunión con ProLiga, ACFF y LNFS está emplazada para la primera quincena de septiembre. Si la amenaza de Andreu Camps a LaLiga y el CSD es real, la fecha del 11 de septiembre es más que una utopía. Mientras tanto, la patronal piensa celebrar este jueves el sorteo del calendario.
¿Por qué no está?
Esta pregunta ha llegado hasta el Congreso de los Diputados. La representante gubernamental no ha dicho ni una sola palabra sobre todas las peticiones que se han producido tras las decisiones que se han ido tomando. Por ello, el Partido Popular presentó una solicitud de comparecencia en la Cámara Baja para que dé respuesta a la inestabilidad y las pocas certezas que rodean a la situación del deporte en general en este marco de la pandemia de la Covid-19.
La situación es probablemente el conflicto más difícil de solucionar de la última década. El reto que tienen por delante las federaciones, las asociaciones, los clubes y los jugadores no tiene comparación. Pero, a pesar de la gravedad del problema, Irene Lozano sigue sin dar la cara para posicionarse y, al fin y al cabo, cumplir con su papel como Secretaria de Estado para el Deporte.
El marco que se creó durante el confinamiento con los Pactos de Viana está claro que va a quedar como una concesión a cambio de una cantidad económica que desembolsó LaLiga para colaborar con el resto del mundo del deporte. El gesto del pacifismo que parecía imperar tras el apretón de manos de Lozano, Rubiales y Tebas solo fue una capa de tierra que no enterró las fricciones que existen, sobre todo, entre Federación y patronal.
Viendo que existen amenazas encima de la mesa de seguir provocando un parón en el deporte español, la necesidad de que Irene Lozano de la cara, aparezca en las reuniones y sea la primera persona en dar soluciones es prioritaria teniendo en cuenta el cargo que ocupa. Miles de puestos de trabajo están en juego, pero la reputación a nivel internacional también.
El profesionalismo
Cabe recordar que el Consejo Superior de Deportes tiene también que dar respuesta a las peticiones desde el mundo del fútbol sala como del fútbol femenino para ser deportes profesionales y tener la misma consideración que LaLiga o la ACB. Esta lleva más meses encima de la mesa y, aunque en el caso de la demanda de la Asociación de Clubes de Fútbol Femenino se ha avanzado algo más, no hay respuesta ni se espera en un espacio corto de tiempo.
El fútbol femenino ya cuenta con el primer convenio colectivo. La publicación de este documento en el BOE fue la confirmación de que está más cerca de llegar esa consideración de deporte profesional para, como mínimo, la Primera División. Después de que las competiciones masculinas sí pudieran acabar la temporada durante esas fases excepcionales tras el paso del coronavirus por el país, la reivindicación de esta condición se ha endurecido para que no se vuelva dar esta situación de desigualdad.
El fútbol sala sí pudo terminar, pero ahora no puede comenzar. Después de que la Federación se limpiara las manos y lo dejara todo en manos del CSD, la sensación de que este deporte pinta poco para la RFEF es una realidad. La carta de este lunes al CSD pidiendo que de una solución al conflicto laboral para este sector es la mayor reivindicación que han hecho en los últimos meses.
Quizá si desde el ente que preside Luis Rubiales se hubiera hecho más hincapié en la necesidad de que la máxima categoría, como mínimo, del fútbol sala sea profesional, la situación sería bien distinta. En esa reunión, sin fecha fija por el momento, se tratarán seguramente los dos problemas, aunque es evidente que ahora corre más prisa la solución al inicio de la temporada.
Cabe recordar que tendrán que pasar 30 días desde la notificación de la fecha en la que podrán empezar la temporada de forma oficial tanto el deporte profesional como el no profesional. Esta incertidumbre, sumado a que comenzarán con retardo las competiciones, solo genera más inestabilidad a una situación de por sí complicada por culpa de una pandemia que no remite en su intensidad.
[Más información: El Partido Popular pide que Irene Lozano dé explicaciones en el Congreso de los Diputados]