Leo Messi ha decidido acabar su vinculación con el Barça. El capitán del equipo azulgrana ha enviado un burofax en el que ha comunicado su intención de abandonar la entidad en la que ha desarrollado toda su carrera futbolística hasta el momento y se acoge a una cláusula en su contrato que le permite rescindirlo de manera unilateral. Un anexo que, según el club, venció el día 10 de junio.
El argentino, tras consultar a sus abogados, sostiene que la temporada no terminó de manera natural en junio, si no que lo ha hecho ahora en agosto. Por eso cree que tiene razón y tratará de agotar todas las vías para demostrarlo. De esta manera, el argentino saldría gratis, mientras el Barça quiere acogerse a la cláusula que también se incluía en el mismo contrato y con la que tendrían que pagar 700 millones de euros por él.
El Barça confirmó la llegada de ese burofax que incluía esa intención de Messi de abandonar de forma gratuita el club. Mientras tanto, la Junta Directiva que dirige Josep María Bartomeu está reunida en las oficinas del club de manera urgente para tratar esta crisis que el mismo presidente concibió como "deportiva", pero los acontecimientos van demostrando que también lo es institucional.
Si el Barça demuestra que el contrato de Messi ponía, literalmente, "10 de junio", el hasta ahora '10' culé tendrá complicado alegar que, habiendo terminado la temporada en agosto, se pueda seguir acogiendo a esa cláusula. Si ninguno de los dos cede en este pulso, la cuestión acabaría en los tribunales donde FIFA también tendría que dar su veredicto. El organismo del fútbol mundial le daría la razón en una de las variables y es que, para ellos, la temporada finalizó en este mes.
En manos de tres palabras
No hay más, toda la carne está sobre el fuego y Messi no tiene pinta de que vaya a dar algún paso atrás. Si el argentino finalmente tiene razón, Bartomeu pasará a la historia como el presidente que dejó marchar a uno de los mejores jugadores del mundo y, sin lugar a dudas, el mejor de la historia azulgrana. El de Rosario hoy ha soltado la bomba definitiva.
Está por ver si esa onda expansiva no se lleva por delante a Bartomeu. Si el presidente culé sobrevive a la crisis que ha desembocado en esta petición de salida de Messi, teniendo en cuenta las reacciones que se han provocado a la noticia, parecerá un milagro. Víctor Font, candidato a la presidencia, ya ha anunciado que se incorpora a la petición de moción de censura que plantearon un grupo de socios hace varios meses.
Las formas de Messi
El hecho de comunicar la decisión a través de un burofax explica lo que acontecía en Can Barça en los últimos días. Las relaciones entre directiva y jugador estaban en su peor momento. Lo vivido en los primeros meses de 2020 donde el argentino salió en sus redes sociales cuando la dirección deportiva señalaba al vestuario como responsable del despido de Valverde fue la punta de un iceberg que, bajo el agua, era enorme.
Acabar la temporada sin un solo título, con el club intoxicado después de que Bartomeu confirmara que terminará su estancia como presidente del Barça, Leo Messi le ha dicho "no". La sensación que quedará siempre es que le ha dicho "no" al club, pero es notorio que esa negativa es hacia una directiva que ha terminado minando la moral del mejor jugador de la historia del club.
Todo esto se ha confirmado con la respuesta del Barça: otro burofax. Aunque el contenido del mensaje ha provocado aún más mofas. La Junta Directiva le dice que quiere que continúe y acabe su carrera deportiva como azulgrana. Está por ver si Messi va a volver a responder, pero nadie podía pensar hace un tiempo que su carrera pueda acabar en los tribunales.
Barça sí, Barça no...
La margarita de Messi ha llegado a su último pétalo. El argentino ha decidido salir justo después de una reunión con su nuevo entrenador, Ronald Koeman, en la que ya le comunicó que no tenía clara su continuidad y una llamada del holandés que no duró más de un minuto a Luis Suárez para comunicarle que no contaba con él. Las decisiones de Bartomeu no han ayudado a que Messi pudiera cambiar de opinión y todo ha desembocado en esta decisión unilateral.
Consiga defender su versión o no, el Barça se ve obligado a aceptar que Leo Messi ya no quiere jugar de azulgrana ni un minuto más. La crisis ha entrado en un punto en el que si el papel dice que Leo Messi se puede ir gratis, se acabará una historia que ha llevado a los culés en los últimos 16 años a ganar cuatro Champions League, 10 Ligas, seis Copas del Rey, tres Mundiales de Clubes, tres Supercopas de Europa, ocho Supercopas de España y, de manera individual seis Balones de Oro y seis Botas de Oro.
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