El FC Barcelona pasa por un momento histórico y difícil de prever hace unos meses, cuando la pandemia del coronavirus aún no había aparecido y el conjunto catalán, sin triunfar en La Liga, estaba dando la cara. Tras el parón, el club blaugrana se deshizo por completo y encadenó fracaso tras fracaso. Ni Liga ni Champions, una crisis complicada de superar. La situación es tal que ha crispado a gran parte del barcelonismo hasta poner a Josep María Bartomeu como gran culpable.
El presidente de la entidad ya había sido señalado en otras ocasiones. Su gestión del Barcelona no ha sido la mejor y la inestabilidad deportiva, así como su mala relación con el vestuario, provocaron en otras ocasiones campañas contra su liderazgo. Sin embargo, lo que ocurre en estos momentos no tiene nada que ver.
Sobre todo porque en aquellas ocasiones no estaba Messi de por medio y, ahora, el crack argentino se ha situado como pieza clave en el futuro de Bartomeu. El delantero quiere abandonar el club. Ve que ha cumplido una etapa. El máximo exponente de los colores blaugranas ha optado por abandonar el proyecto que va a iniciar Koeman. Un movimiento que, pese a ser negado desde la directiva, es una realidad.
Mientras Leo Messi está cada vez más cerca del Manchester City, desde la directiva blaugrana se ha optado por lanzar un órdago a la altura de las circunstacias. Frente al primer burofax que se envió para convencerle y donde no había más propuestas que un ruego, la cúpula culé, y en concreto Bartomeu, ha puesto su dimisión sobre la mesa si así el argentino reconsidera su decisión. La clave está en que Messi deberá afirmar en público que el problema lo tiene con el presidente. Una locura.
Bartomeu, así, abandonaría el Barcelona aunque su Junta Directiva sí se mantendría al frente. Esto sería fundamental, principalmente a nivel económico, pues el equipo del presidente no se jugaría su patrimonio personal en caso de tener que ajustar las finanzas de la entidad. Josep María dejaría el cargo, los suyos seguirían gestionando y Messi no abandonaría el club. Una historia perfecta, pero poco probable.
Claves de la moción
Los rivales de Bartomeu llevan semanas criticando su gestión. Las redes sociales han sido el escenario idóneo para comprobar los ataques que otras candidaturas, como la de Laporta, han vertido contra la actual directiva del Barcelona. Sin embargo, esos mensajes poco podían hacer ante la continuidad del presidente.
La oposición necesitaba dar un paso al frente. Con consenso y unidad para coger la máxima fuerza contra Bartomeu. Había que presentar una moción de censura y obtener el mayor respaldo posible para que esta saliera adelante. Y es que los tiempos y números, a la hora de presentar una moción, son fundamentales.
El FC Barcelona obliga a que, para que una de estas mociones prospere, cuente con el 15% de apoyo del censo electoral. Esto es aproximadamente unas 16.000 firmas de los socios barcelonistas. El número no es exagerado y en otros momentos electorales los días de partido eran un foco de votos. Pero en tiempos de coronavirus, la movilización es mucho menor y recabar votos algo complicado.
Más allá de que se puedan alcanzar dichas cifras, también es importante conocer las fechas en las que expira esa moción. Una vez que se presenta la moción de censura en las oficinas blaugranas, se cuenta con 14 días para demostrar que existe ese respaldo del 15% del censo electoral.
Si todos estos pasos prosperan, la moción llegaría al tramo final. Un referéndum, valga la redundancia. Este tiene que contar con el 66% de apoyos, unas dos terceras partes de todo el censo que vota al presidente. Aquí sería el todo o nada: Bartomeu reforzado o nueva directiva.
La oposición se une
Los primeros movimientos para plantear una moción de censura en el Barcelona no fueron acertados. Bartomeu tiene rivales. Muchos. Y de ahí que cada uno de sus enemigos haya buscado su camino de forma individual. Un fallo de bulto y que dividía a toda la oposición en un momento fundamental.
El primero en presentar la moción de forma oficial fue Jordi Farré. La noticia no gustó al resto de opositores, pues vieron esta decisión como una forma de sacar adelante su candidatura sin pensar en el bien del resto de opositores. Sin embargo, un día después, la calma ha regresado al bando rival de Bartomeu.
Farré se ha reunido con todos los grupos que forman la oposición al actual equipo directivo. Este ha tenido contacto con Albert Perrín, cercano a Laporta, así como con grupos contrarios a Bartomeu o candidatos como Víctor Font y Lluis Fernàndez. Todos han acordado unirse contra el presidente actual y así lograr las firmas suficientes para tumbar el proyecto de 'Barto'.
El objetivo es conseguir esas 16.000 firmas cuanto antes. Se facilitarán votos telemáticos y seguros, tanto para hacerlo desde Cataluña como desde el resto de España. 'Golpear' a Bartomeu con la unidad que su estancia en el Barcelona no ha lucido es el único camino que existe para arrebatarle el mando del club al actual equipo gestor.
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