La Women's Champions League llegó a su esperado desenlace este domingo en el Reale Arena de San Sebastián con la victoria del Olympique de Lyonsobre el Wolfsburgo por 1-3. Un campeonato que pone sobre el tapete no solo a algunas de las grandes estrellas del fútbol, con permiso de las estadounidenses, brasileñas... pero que también ha dejado tras de sí alguna que otra polémica.
La UEFA al igual que con los hombres y las fases finales de la Champions y de la Europa League, también apostó por el final de la temporada 2019/2020 en el fútbol femenino. Al contrario que en España, donde la campaña se vio suspendida en el mes de marzo marzo y posteriormente cancelada en mayo por la crisis del coronavirus.
Si en España se encuentran ahora peleando porque se reconozca al fútbol femenino como un deporte profesional, la fase final de la Women's Champions League deja tras de sí varios puntos a mejorar y es que si el 2019 fue el año del crecimiento, el 2020 ha sido el del frenazo a la expansión de este deporte.
Del Mundial a la Champions
Si se puede decir que 2019 fue el gran año para el fútbol femenino es por todo lo que se consiguió en el Mundial de Francia. Como cada cuatro años, las mejores selecciones se dieron cita. Hasta allí también llegó España con una generación muy fuerte que registró su mejor participación en una Copa del Mundo, pero que no pudo con la todopoderosa Estados Unidos, que a la postre se proclamó campeona.
En España se siguió más que nunca una cita del fútbol femenino. Las jugadoras acaparaban artículos especiales, entrevistas y minutos en radio, televisión, periódicos y medios digitales. Ganó Estados Unidos, sí, pero también sirvió para que el gran público conociese no solo a las españolas, sino también a estrellas internacionales como Alex Morgan, Megan Rapinoe, Ellen White, Kosovare Asllani...
Este efecto se unió a que el Real Madrid Femenino hacía oficial su apuesta por el fútbol femenino con adquisición del CD Tacón a partir del final de la temporada 2019/2020. De hecho, jugadoras como Asllani o su compatriota Sofia Jakobsson ya jugaron en la Primera Iberdrola el pasado curso con el Tacón para poder ir adaptándose y hacer historia al formar parte del primer equipo femenino del Real Madrid.
Sin embargo, la temporada que parecía estar llamada a la gran explosión del fútbol femenino en España y en Europa se vio frenada por la Covid-19. Pero esto no es lo más preocupante. Y es que lo que podría haber servido de impulso, un evento como la Champions femenina con los mejores clubes del Viejo Continente, ha sido una decepción a efectos mediáticos, que no deportivos y por la calidad vista en los encuentros de la fase final.
De hecho, en cuartos se pudo disfrutar de un Atlético de Madrid - Barcelona, que acabó con victoria culé por la mínima -no hay que olvidar que cinco importantes jugadores del conjunto rojiblanco se quedaron en la capital española tras haber dado positivo por coronavirus-, pero apenas hubo eco de este gran paso del fútbol español también entre los grandes de Europa.
Más importante todavía para hacer visible el frenazo es que esta fase final de la Women's Champions League se ha disputado en España. La UEFA eligió nuestro país para que se finalizase la competición. Bilbao y San Sebastián han sido por unos días la capital del fútbol femenino en el mundo, pero la comparación con la cobertura que se le ha dado a este torneo y al Mundial del año pasado confirman que hay un problema.
Polémica sexista
La noticia que no tardó en hacerse viral y de la cual incluso se hicieron eco en Estados Unidos fue la que ocurrió durante la semifinal entre el Olympique de Lyon y el PSG. Durante el cambio de Sandy Baltimore, quien llevaba en el terreno de juego tan solo 26 minutos, el técnico del Paris Saint-Germain protagonizó una acción con la futbolista que muchos calificaron como de "toqueteo". Incluso la leyenda del fútbol estadounidense Hope Solo se hizo eco de ello.
Olivier Echouafni se colocó así en el punto de mira. Muchos veían un tocamiento inapropiado, otros una acción normal entre jugadora-técnico, que de haber sucedido con un futbolista no hubiera trascendido más allá de un apoyo del entrenador a su pupilo. Pero la polémica secuencia abrió el debate en las redes.
Desigualdades frente al masculino
La falta de efecto mediático y la polémica sexista que dio la vuelta al mundo en cuestión de minutos se unió la denuncia que presentó la española Irene Paredes después de caer en semifinales con el PSG. Y es que el VAR no estuvo presente en la Champions femenina hasta la gran final.
"Si estamos los mejores de Europa, necesitamos a las mejores árbitras de Europa, necesitamos la ayuda del VAR y de momento no la tenemos. No suelo decir nada del arbitraje pero queda a la vista que no ha estado al nivel. No ha hecho más que sacarnos tarjetas amarillas, lo cual te condiciona bastante. Si hubiese arbitrado para los dos igual hubiese sido diferente", dijo la defensa en declaraciones a Gol.
Una medida llamativa la de la desaparición del VAR en el torneo hasta la final ya que los partidos se han jugado en San Mamés y el Reale Arena, dos estadios de la Primera División española que cuentan, por supuesto, con el sistema de videoarbitraje. Uno de los puntos rojos de la máxima competición continental del fútbol femenino, que deja como conclusión que hay mucho que hacer para acabar con la brecha.
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