El protocolo sanitario para la vuelta del deporte no profesional era una de las grandes demandas que se hacía desde el sector. Llevaban semanas reclamando esos textos que, dada la tardanza en elaborarlos, habían provocado una paralización sine díe de las competiciones. Después de que la RFEF dejara toda la responsabilidad al CSD, el organismo liderado por Irene Lozano ha redactado y distribuido un borrador a las Comunidades Autónomas.
Según ha podido saber EL ESPAÑOL, el Consejo Superior de Deportes no ha transmitido que este texto sea definitivo. Querían contar con la opinión de los consejeros de cada territorio y, así, mejorar las obligaciones y recomendaciones que se incluyen en este protocolo sanitario armonizado.
Tras esa reunión, la sensación es que apenas ha habido modificaciones. El protocolo ha gustado entre las comunidades y no se producirá ningún retoque exagerado en el documento de más de 30 páginas distribuido. Una situación que no termina de calmar los ánimos en el mundo del fútbol no profesional, según ha podido comprobar este periódico.
Y es que, entre clubes y jugadores, siguen existiendo grandes incógnitas que afectan y mucho a su día a día. Una de ellas es la que se refiere a los términos económicos de protocolo. En dicho borrador no aparecía ninguna apreciación sobre la financiación, lo que no gusta en absoluto entre las directivas de las entidades deportivas. No saben cómo poder afrontar esa inversión en una temporada donde los ingresos derivados de los aficionados serán más bien escasos.
Pero, además, las competiciones siguen sin conocer un calendario de regreso, por lo que planificar la temporada sigue siendo complicado y las pérdidas se acumulan en las cuentas. Los clubes quieren claridad. Creen que el protocolo tiene lagunas y poca concreción. Y, encima, es difícil de adaptar en categorías humildes como las suyas.
La duda de los PCR
El borrador compartido por el CSD presentaba un punto llamativo para cualquiera que lo leyera. El apartado hacía referencia a las medidas a tomar previamente a la competición. Sin embargo, dentro de dicho punto se incluía la siguiente frase: "Será de obligado cumplimiento realizar un cuestionario médico Covid-19 previo al inicio de cada partido/competición". Ese "partido/competición" provoca una oleada de dudas.
Y más cuando, unas líneas más abajo, se recalca que para algunas ligas como la de fútbol sala masculino, Liga Iberdrola o Segunda B y Tercera, es obligatorio realizar una PCR 72 horas antes. La pregunta que surge en el mundo del deporte es: ¿Antes de qué?
Fuentes del CSD confirmaron a este periódico que esa frase concreta se refiere a antes de cada competición y no de cada partido. En caso de ser la segunda, es una obviedad que gran parte de los clubes deportivos no podrían afrontar esos pagos. Y, por ello, quieren esperar hasta que sea definitivo. "Hay cosas que evidentemente denotan que no se conoce bien cómo funciona", trasladan fuentes de los clubes de fútbol a EL ESPAÑOL.
"Si nos centramos en el tema de los PCR que es lo que más ha llamado la atención, si es 72 horas antes de cada partido, es absolutamente imposible que lo puedan cumplir. Estamos hablando de costes muy elevados", apuntan. La inversión en cualquier disciplina iría por encima rondaría, como mínimo, los 100.000 euros para cumplir este tipo de obligaciones sanitarias. Cifras imposibles en tiempos de la Covid-19. De nuevo, la pregunta es la misma: "¿Quién paga los tests? ¿Quién paga la fiesta? ¿Y cuándo empieza la fiesta?".
En resumidas cuentas, el pago de los tests, en caso de que tenga que ser algo semanal antes de cada encuentro, es inasumible para los clubes. Siempre y cuando, recalcan, no reciban financiación de la Federación o el Estado. En ese caso, el panorama será muy diferente.
Piden financiación
Esta falta de fondos es la que lleva a reclamar entre las direcciones de los clubes un respaldo de la Federación Española de Fútbol, organizadora en la mayoría de los casos de las competiciones incluidas en el protocolo. Otras de las ligas a las que se hace referencia en el borrador, como puede ser la élite del waterpolo o del voleibol, parece imposible que puedan invertir tantos miles de euros en unas disciplinas que no generan tales ingresos.
"Deberían poner encima de la mesa los recursos que van a poner para cumplir los protocolos. Si conoces lo que sufre un club para sacar adelante las cosas, lo primero que pondrías serían los recursos", aseguran a este periódico. Sin embargo, en algunas reuniones que se han tenido con la Federación, no se les ha transmitido ningún mensaje de financiación.
Los clubes siguen "a expensas de todo". "No les especificaron nada, quién asume los costes y quién es el responsable ni cuándo empieza la competición", subrayan.
La responsabilidad de los deportistas
Por último, más allá de los aspectos económicos, toda la situación de la pandemia ha abierto un frente de dudas legales sobre cuáles son las responsabilidades que corren tanto los deportistas como sus clubes y los organizadores. Hace unos meses, cuando se retomaron las competiciones, la RFEF obligó a firmar un documento que les eximía de responsabilidad. Y, según transmitieron jugadores de estas disciplinas no profesionales a EL ESPAÑOL, hubo clubes que pidieron a las plantillas que les eximieran a ellos.
El borrador del CSD habla de "voluntariedad" y "autorresponsabilidad". Términos que entre jugadores y jugadoras no ven con buenos ojos. "La voluntariedad no puede existir en el momento en el que, si quieres participar, tienes que asumir todas las normas de carácter federativo", explican a este periódico.
Ese apartado del protocolo explica que todo deportista asume, a la hora de jugar, que lo hace por voluntad propia y consciente de que hay una pandemia, por lo que el riesgo cero es imposible de alcanzar. Sin embargo, el hecho de eximir de responsabilidad a las organizaciones de forma total, no termina de convencer. "Hay unas responsabilidades, estamos sometidos a un estado de pandemia".
Y, en lo que respecta a la "voluntariedad", el término queda algo desdibujado si se tiene en cuenta que para muchos deportistas es su única fuente de ingresos. "Si estas en una profesión tienes que acudir al trabajo. Tienes unas responsabilidades. Si no vas, atente a las consecuencias". Es decir, no es algo voluntario al cien por cien.
Las mismas dudas surgen entre los clubes, que en su mayoría no viven económicamente del fútbol no profesional. "Los presidentes son personas que dedican tiempo de sus familias y tiempo libre. No quieren recaer en responsabilidades tan importantes como pueden ser las derivadas de esto", explican a EL ESPAÑOL.
Con esas, y a falta de que sea oficial, el mundo del fútbol no profesional ve con incertidumbre su futuro. El calendario sigue sin aclararse y detalles como este borrador del CSD no les da garantías. Ni en términos de responsabilidad ni en términos económicos. Sin subvenciones ni respaldo federativo será imposible abordar la inversión en tests y protocolos. Y, sin ellas, no habrá competiciones como se conocen.
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