Las conversaciones entre Atlético de Barcelona en las últimas semanas han tenido muchos nombres propios. Si la semana pasada hablábamos de Antoine Griezmann como el gran protagonista, EL ESPAÑOL ha conocido que el conjunto rojiblanco ofreció a Diego Costa a la Junta Directiva de Josep María Bartomeu. El hispano-brasileño, cuando se habló de la necesidad de encontrar un sustituto a Luis Suárez, apareció desde el lado colchonero como la solución a los problemas de los azulgranas.
Estos dos clubes que mantienen una buena relación, aunque la situación con Griezmann en el comienzo de las negociaciones la enturbió cuando finalmente decidió quedarse en la entidad rojiblanca. Ya han protagonizado movimientos como los de Arda Turan o David Villa, además del propio Antoine, en la última década y ambos se necesitan para paliar las carencias que ha dejado una temporada mala para colchoneros y azulgranas.
El Atlético necesita desprenderse del delantero de 31 años por dos razones evidentes. Costa cobra 8,5 millones de euros, una cifra que lastra a la entidad de forma considerable. La masa salarial que maneja el conjunto rojiblanco se ve completamente desnivelada con este contrato y el coronavirus ha provocado algunos problemas que tienen que ser paliados. No se puede sostener por sí solo. Además, hay que añadir que la próxima temporada saldría gratis y quieren tratar de sacar algo de dinero, además de quitare de esa ficha.
El rendimiento de Diego no ha cumplido con sus expectativas tras su regreso. Varias lesiones han agravado el estado de un cuerpo ya magullado por su historial en su primera etapa en el club. El Costa que regresó del Chelsea no era el mismo que el de antes. Aunque 'El Cholo' vive enamorado de la intensidad que pone sobre el campo este jugador, pero también sabe que tiene fecha de caducidad y la cifra que pone debajo del código de barras está cerca de vencer.
El coste que tuvo su regreso también es un lastre demasiado grande para la credibilidad que le tiene la afición. Los 60 'kilos' que tuvo que poner encima de la mesa no han encontrado una justificación en las temporadas que ha tenido en su regreso a la capital de España. 17 goles en tres temporadas son demasiados pocos, aunque fue el principal responsable de la Supercopa de Europa que le ganó al Real Madrid en 2018. También estuvo presente en la Europa League de 2017.
Rechazo culé
Esas conversaciones por Diego Costa, como el resto de las que ha venido informando EL ESPAÑOL en los últimos días, no llegaron a buen puerto. Ni los trueques ni las fórmulas ofrecidas han convencido a unos u otros, además de que económicamente no se han encontrado las vías para cuadrar estos movimientos. El Atlético lo que quiere es quitarse masa salarial y el Barça, cuadrar unas cuentas complicadas para que cuando abandone Bartomeu su legislatura, no tenga que poner parte de su aval para cubrir las pérdidas.
Cuando el Barça ofreció jugadores a los rojiblancos, Simeone solo tenía un nombre en mente: Griezmann. Sin embargo, el Barcelona se opuso ya que en estos momentos no consideran la salida del francés como una opción. Ronald Koeman ya ha transmitido al club que cuenta con el francés y que será una de las piezas importantes de su nuevo equipo y de su nuevo sistema, especialmente tras haber tomado la decisión de no contar con Luis Suárez.
Aunque a los rojiblancos no les disgustaba el nombre del uruguayo, su también altísimo salario, incluso superior al de Costa, hacían imposible la operación. Esto provocó que otros nombres saltaran a escena en una situación puramente propia del mercado de fichajes. El Barça puso sobre la mesa también el nombre de Rakitic, que está a punto de oficializar su regreso al Sevilla, cuestión por la que no se llegó tan siquiera a plantear una oferta ya que el deseo del croata era regresar a la ciudad hispalense.
El último jugador del Barça que estuvo presente en la negociación fue el lateral izquierdo Jordi Alba. El Atleti mostró su interés tras la salida de Caio Henrique al Mónaco, sin embargo, el conjunto azulgrana aseguró que el exjugador del Valencia no estaba en venta después de conversar con Koeman y entrar finalmente en sus planes para la temporada. Quizá la presión de su agente asegurando que no iban a salir ni él ni Busquets también fue determinante.
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