Las 5 consecuencias de que Messi se quede en el Barça: guerra abierta y sin dinero para la reconstrucción
El jugador argentino ha terminado tomando la decisión de no forzar más la situación y quedarse en el Barça tras la negativa del club a permitir su salida, pero eso traerá consigo unas negativas consecuencias para el club.
4 septiembre, 2020 20:57Noticias relacionadas
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Lionel Messi ha dado carpetazo al asunto de su salida del FC Barcelona. Tras muchos días de rumores y especulaciones, el jugador argentino ha transmitido que se queda en el club azulgrana a pesar de que no esconde que su deseo real era salir del equipo. Sin embargo, los desencuentros con la directiva, especialmente con Josep María Bartomeu, han terminado condicionando la decisión del futbolista argentino. El presidente le prometió que podría salir gratis al término de esta temporada, pero finalmente no ha sido así y el jugador le acusa ahora de faltar a su palabra.
Sin embargo, Messi ha tomado la decisión de quedarse ya que no quiere abrir una disputa judicial con el club de su vida y porque la otra opción, el pago de los 700 millones de su cláusula, es del todo inviable para cualquier equipo. No obstante, esta noticia que habrá causado felicidad en el barcelonismo, esconde algunas consecuencias que no son nada positivas para el club.
1. La guerra entre Messi y Bartomeu sigue abierta
La razón real por la que Leo Messi se quería ir del Barcelona tiene mucho que ver con Josep María Bartomeu. El argentino no estaba molesto por temas económicos sino por temas deportivos y en ellos consideraba al presidente como el mayor culpable. Por eso, los continuos bandazos del equipo esta temporada provocaron que Messi pidiera su marcha en más de una ocasión.
El argentino considera que el presidente del Barça es el culpable de que no exista un proyecto claro desde hace varios años y de que el club haya perdido a jugadores importantes como Neymar o Arthur a los que Messi consideraba como indispensables para su sueño de volver a levantar la Champions. Sin embargo, tal y como afirma Leo, Bartomeu y su junta directiva han ido tapando los agujeros que ellos mismos han ido creando, llevando consigo al Barça a la mayor catástrofe deportiva que tuvo su final más funesto en la derrota frente al Bayern.
Además, Messi ha tenido que ver como Bartomeu le ha ignorado durante todo el año en sus peticiones de abandonar el club y como, después de confirmarle que le dejaría marchar gratis al final del curso, el presidente ha faltado a su palabra remitiéndole a la cláusula y obligándole a quedarse encontrado de su voluntad. Todo ello provoca que la guerra entre Messi y Bartomeu siga más abierta que nunca.
2. Un agujero económico insalvable
Si algo tenía de beneficioso la salida de Leo Messi era su rentabilidad económica. El jugador argentino, a pesar de ser uno de los mejores jugadores del mundo, tiene ya 33 años y tan solo le resta un año más de vinculación con el club. Un año que el argentino consideraba opcional y que el club le obligará a cumplir tras no haber comunicado su salida antes del 10 de junio cuando todavía estaban en juego La Liga y la Champions.
La continuidad de Leo Messi supone una pérdida económica de 100 millones de euros para esta temporada que volverán a provocar el caos en la cuenta de una junta directiva que vive con el agua al cuello. De esta forma, el salario desorbitado que cobra Messi, gracias a la condescendencia de un club que nunca ha sabido parar los pies al argentino en sus exigencias económicas, volverá a suponer un gravísimo problema en cuando al límite salarial que acogota a la institución.
Además, la continuidad de Messi sigue acercando al Barça al precipicio del FairPlay financiero que la entidad culé lleva burlando varios años con parches que solo arrojan problemas y problemas. Con todo ello, y para evitar males mayores, el club está obligado a deshacerse de jugadores que podrían ser más útiles que Leo en un proyecto a largo plazo debido a la caducidad contractual del argentino, rompiendo así una plantilla ya mermada y provocando que se vean imágenes como las vistas en Lisboa con un banquillo repleto de jugadores de la cantera y del filial sin experiencia al más alto nivel.
3. Sin dinero para la reconstrucción
El Barça se había propuesto hacer una reestructuración esta misma temporada de su plantilla tras una debacle sin precedentes donde los blaugranas han perdido una liga en la que partían con ventaja y donde han sido fulminantemente eliminados tras recibir ocho goles del Bayern. Por ello, el club decidió poner en venta a gran parte de la plantilla para intentar así obtener dinero con el que hacer nuevo fichajes y crear un nuevo proyecto.
El club ya ha comprobado sobradamente que no solo no llegan ofertas por unos jugadores que superan casi todos la treintena, desgastados y que ya han regalado sus mejores años de fútbol, si no que tienen problemas hasta para deshacerse de ellos gratis. Este ha sido el caso de Ivan Rakitic y podría ser el de Suárez y Arturo Vidal, jugadores que se marcharán sin apenas dejar dinero con la intención de, al menos, liberarse de sus salarios.
Por ello, la salida de Messi se presentaba como una gran oportunidad de sacar una importante cantidad de dinero en un mercado tan complicado como el actual, por un jugador de 33 años y al que tan solo le resta un año de contrato. Sin embargo, la negativa del club a negociar y de remitirse a su cláusula de 700 millones ha hecho que el Barça pierda la oportunidad de sacar una cifra alrededor de los 100 o 150 millones por su salida, o incluso la oportunidad de recibir jugadores a cambio del argentino para así llevar a cabo su ansiada reforma. De esta forma, disfrutarán un año más de Messi, pero mantendrán el problema sin recibir nada a cambio el próximo curso.
4. Las dudas de Messi con el proyecto de Koeman
Con la continuidad de Messi el FC Barcelona gana un gran activo en el aspecto deportivo, aunque no uno que no estuviera ya el año pasado y que pudiera evitar una nueva debacle. La realidad es que Messi ha sido parte de la plantilla que ha fracasado los últimos años en Europa y por ello el argentino estaba decidido a salir. Impotente, se ha sentido solo en el campo durante mucho tiempo con un equipo que no le alcanzaba para pelear por la Champions.
Por eso, el único cambio en la plantilla culé es la llegada de un nuevo entrenador como Ronald Koeman que no empezó precisamente con buen pie su relación con Messi. La presencia del técnico holandés no fue ningún aliciente para que Leo se pensara su marcha y todo hace indicar que el argentino no tiene una gran confianza en este nuevo proyecto, por lo que se resignará un año más a dar su máximo para intentar irse el próximo verano a un equipo en el que sea feliz y pueda luchar por todo.
Por otro lado, la falta de liquidez del club, agudizada con la permanencia del argentino, hacen el Barça tenga cada vez más difícil la opción de realizar fichajes significativos esta temporada. Por ello, se tendrá que despedir de nombres como Lautaro Martínez o Van de Beek, y esperar a ver si de alguna forma consigue traer a alguien entre los Eric García, Depay o Wijnaldum. Sin embargo, los recursos económicos del club son nulos, por lo que, o consigue convencer a algún club con un cambio de fichas como ya ocurrió con Pjanic y Arthur, o Messi tendrá ante sí el mismo proyecto desgastado que el pasado año, pero con un sargento al frente como Koeman e incluso puede que con la falta de su mejor amigo y compañero Luis Suárez.
5. El retorno de los rumores
Messi se queda, pero todo hace indicar que no lo hará para siempre. Leo ha afirmado que no se ha ido porque el club, y en especial Bartomeu, no se lo han permitido, por lo que según parece lo volverá a intentar el próximo año, esta vez sin impedimentos. Salvo que la temporada del Barça vaya como la seda, algo que parece improbable, el club tendrá que ingeniárselas para intentar convencer a Messi de que renueve, pero solo tendrá hasta el mes de enero para hacerlo.
A partir de esa fecha, Messi tendrá vía libre para negociar con quiera y en junio será libre, lo que puede abrir una auténtica subasta de equipos, salarios y proyectos. Manchester City, PSG, Manchester United o Inter podrían ponerse manos a la obra para intentar hacerse con los servicios de un jugador de época y el Barcelona solo podrá mirar como le quitan a su mayor tesoro sin poder hacer absolutamente nada.
Además, tendrá que convivir en la parte más importante de la temporada con continuos rumores de salidas, nuevos equipos, primas de fichaje, salarios y demás elementos que rodearán la salida de Leo. En cada rueda de prensa y en cada comparecencia, tanto Koeman como sus compañeros serán preguntados por el nuevo destino de Messi, y toda la vorágine mediática, la cual se ha podido vivir estos días, podrá desestabilizar a un equipo ya de por sí endeble. Por si esto fuera poco, si el Barça intenta entrar en la puja.y renovar a Leo, solo conseguirá extender estos rumores hasta el infinito.
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