El deporte no profesional celebró en la tarde-noche del miércoles la aprobación del ansiado protocolo sanitario para el regreso de sus competiciones. El CSD anunciaba un "principio de acuerdo" y encumbraba dos semanas de intensa negociación con Comunidades Autónomas, COE, Federaciones y varios organismos más. Con este, el reloj de la vuelta del deporte comenzaba a contar.
Las partes implicadas celebraron el acuerdo alcanzado. Si el martes todo parecía que había estallado por los aires, unas horas después la situación daba un giro de 180 grados por el bien del deporte. Momentos de tensión, conversaciones con numerosos protagonistas e idas y venidas que no aclaraban nada la situación del deporte no profesional.
Finalmente, el Consejo Superior de Deportes alcanzó el objetivo y cerró un acuerdo. Un "texto completo" que contaba con el total respaldo de los organismos deportivos y que conmemoraban un día "histórico" para hacer frente a la pandemia de la Covid-19. Sin embargo, el "principio de acuerdo" no es el final del camino, sino más bien el principio. El protocolo ya ha sido distribuido y, tal y como ha podido saber EL ESPAÑOL, sigue habiendo flecos muy importantes por cerrar.
A grandes rasgos, lo que transmiten fuentes presentes en la elaboración del protocolo es que las instituciones sanitarias, representadas con el Ministerio liderado por Salvador Illa, así como las respectivas consejerías de las Comunidades Autónomas, tendrán un papel fundamental. Además, según refleja el mismo texto, las Federaciones ganan peso de gestión.
Si bien se mantienen aspectos como los cargos responsables de vigilar que se cumpla el protocolo, algo que ya existía en el borrador, se elimina la obligatoriedad de realizar pruebas PCR 72 horas antes de cada competición y, muchas de las indicaciones se convierten en simples "recomendaciones", lo que ha favorecido el acuerdo.
Las CCAA decidirán sobre el público
La presencia de público ha sido tema de debate, aunque de menor gravedad que el de los tests. El CSD ya ha indicado que en competiciones de élite como La Liga, es "muy complicado" ver a los aficionados en la grada antes de 2021. En el deporte no profesional, sin embargo, se han abierto ha permitir un número menor de presencia.
En el protocolo se deja claro que "es competente la no presencia de público". Pese a esa postura del CSD, fruto de las negociaciones se ha permitido que, tras "petición mayoritaria del sector", haya una "presencia controlada y gradual de público, actuando siempre con la prudencia requerida por la propia situación sanitaria".
Por tanto, serán las Comunidades Autónomas las que decidan si puede haber o no aficionados en las gradas, siguiendo siempre criterios sanitarios. En la Comunidad de Madrid, sin ir más lejos, se aprobó recientemente la presencia de hasta 600 en espacios abiertos. El CSD va más allá y "recomienda que el número máximo de público asistente fijado será de 500 personas para las instalaciones cubiertas y de 1.000 personas" para las abiertas en aquellas competiciones que puedan gestionar por ser de ámbito estatal.
Estas cifras, que en ningún caso pueden chocar con las que determine Sanidad o las diferentes Comunidades Autónomas, serán revisadas lo antes posible. Se especifica que el análisis llegará antes del 1 de noviembre, cuando ya se haya podido poner en práctica la asistencia de aficionados a los eventos, en el Consejo Interterritorial de Sanidad.
Negociación abierta con los tests
La polémica de los tests ha sido la que más debate ha generado. No solo en el seno de las instituciones deportivas que han negociado el protocolo, también entre clubes y jugadores. En un primer momento, el borrador hablaba de la obligación de realizar una prueba PCR 72 horas antes de comenzar cada competición. A ello se sumarían 50 pruebas aleatorias a lo largo de la temporada.
La cifra, para algunos, era exagerada. No se iba a poder financiar y podría suponer el desastre económico para los clubes. Para otros, el hecho de jugar partidos sin haberse realizado una PCR previa era un peligro de contagio. Y todo ello había que compaginarlo en el protocolo final.
En esta edición final se explica que el CSD "recomienda", que no obliga, a realizar pruebas de detección "específica" antes de iniciar los entrenamientos de pretemporada (ya iniciada por la mayoría) "o en su defecto 72 horas antes del inicio de las competiciones". El objetivo es "conocer la situación de los deportistas y miembros de los equipos técnicos inscritos, y la eventual detección temprana de posibles positivos o brotes".
Pese a este apartado, según ha podido constatar EL ESPAÑOL, las negociaciones siguen abiertas para detallar todo el tema de las pruebas de detección. El COE, por medio de Alejandro Blanco, ha confirmado que "no se pueden hacer PCR porque son inasumibles". "Haremos los test rápidos en determinados momentos de la competición", confesó en Cope.
Unas declaraciones que no son definitivas. Fuentes cercanas a la elaboración del protocolo dejan claro que serán "los expertos en la materia" los que determinen qué se hará y qué no. Recalcan que se debe seguir un "criterio sanitario" y que, por tanto, las palabras del COE no son determinantes. "La decisión la tomarán en el seno del Consejo Interterritorial de Sanidad entre el Ministerio y las CCAA, que son los expertos sanitarios", subrayan. Según ha podido saber EL ESPAÑOL, esta cita está marcada, si nada cambia en estas próximas horas, para el miércoles 16.
Fuentes autonómicas también muestran el consenso generado y aseguran que no hay "debate", sino que se está trabajando para cerrar lo que consideran "flecos" que concreten "algunos puntos".
La duda de la financiación
El aspecto de cómo financiar los tests dependerá del número de estos y, sobre todo, del tipo que se vayan a realizar. Los clubes ya aseguraron, en conversaciones con este periódico, que ellos solos no podían hacer frente a controles sanitarios estrictos. Menos aún si se tiene en cuenta que han vivido y viven meses sin ningún ingreso por la parálisis deportiva.
Las Federaciones, por su parte, tampoco aclararon si podrían hacer frente a la inversión. Como organizadoras, tienen cierta responsabilidad, pero la amplitud de competiciones a las que tienen que prestar atención complicaban el desembolso. El CSD, por su parte, indica en el protocolo aprobado que "aspectos como el tipo de prueba a realizar, su financiación, la evaluación de su utilidad y si se debe realizar más veces con posterioridad (incluido a través de un mecanismo de pruebas aleatorias no anunciadas) serán determinados con criterios sanitarios, en el marco de los mecanismos existentes de coordinación con las CCAA".
Y fuentes del Consejo confirman a EL ESPAÑOL, que su oferta es "firme". Están dispuestos a colaborar con un fondo común que pueda hacer frente a la financiación de los protocolos. Aquí se sumaría el respaldo económico de cada Federación y Comunidad Autónoma que, según lo espetado en sus conversaciones, se han posicionado a favor de su contribución.
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