Ya han pasado más de 30 días (34, para ser exactos) desde que el Barcelona cayera en Lisboa contra el Bayern Múnich por un rotundo 2-8. Una de las derrotas más dolorosas de toda la historia de la entidad azulgrana que se presuponía que pondría un punto y final en una era del club. Empezaba la revolución, la renovación o reestructuración, como cada cual quiera llamarlo. El caso es que todos esperaban cambios, muchos, que afectaran al vestuario, el banquillo y la directiva.
Para liderar la revolución, el presidente Josep María Bartomeu descolgó el teléfono de Ronald Koeman para coger los mandos del equipo. Un entrenador 'de hierro', ideal para el momento actual del equipo y las urgencias con aires de revolución que se necesitaba en la plantilla. A su llegada marcó una lista negra de nombres que se ha ido diluyendo finalmente quedándose jugadores señalados en un principio como Sergio Busquets o Jordi Alba.
Aún así, quedaban muchos futbolistas a los que dar salida para cambiar la imagen del equipo. Pero estalló el 'caso Messi'. El burofax de Leo lo dinamitó todo. El mejor jugador de la historia del Barcelona quería irse en uno de los momentos más sensibles de la entidad. Entre que si se iba o no quedó paralizado el resto, incluyendo la salida de su amigo Luis Suárez que hoy día sigue sin resolución.
Lo que está claro es que la salida de Messi habría permitido cambiar el equipo y pasar páginca de modo rotundo. Bartomeu no le dio el gusto a Messi de ejercer su cláusula liberatoria y se quedó. Él y sus casi 100 millones de euros brutos en salario. Una millonada que lo hipoteca todo un año más por un jugador que, por mucho que tenga seis Balones de Oro, no tiene ganas de estar donde está. Con cero feeling con Bartomeu y su directiva. Y siendo el capitán.
¿Marcha atrás con Suárez?
Lo único que se pudo definir en lo que duró el 'culebrón Messi' fue la salida de Ivan Rakitic. Con un valor de mercado de 20 millones de euros cogió el billete de vuelta a Nervión para firmar por el Sevilla hasta 2024. Pero al conjunto hispalense no le costó su fichaje eso ni los 18 'kilos' que pagó el Barça en verano de 2014. El Barça dejó salir a Rakitic por la simbólica cifra de 1,5 millones.
De momento, el adiós de Rakitic es el único en confirmarse desde la llegada de Koeman. La única en 27 días desde que aterrizó el técnico holandés en el Camp Nou y se prometió un cambio en el equipo. La marcha de Arturo Vidal al Inter de Milán está encarrilada y se hará oficial esta semana (solo se espera a que los neoazurri hagan hueco con la salida de Godín), pero que nadie se espere una operación mejor que la de Rakitic en lo económico. La cifra ya pactada por el traspaso es de 500.000 euros más variables.
Volviendo a Luis Suárez, su salida debía ser la tercera en producirse pero cada día que pasa más se atasca. La opción de ir a la Juventus parece que se ha diluido al haber complicaciones en la obtención del pasaporte italiano (si es extracomunitario se perdería la Champions) y siendo Dzeko el elegido por la entidad de Turín para reforzar su ataque. ¿Dónde irá el uruguayo? Suárez tiene pretendientes, pero la rueda de su futuro va girando y postulándose a seguir también en el Barcelona según pasa el tiempo.
Depay... ¿o ni eso?
Y sin salidas no hay fichajes. Como mucho, el que está al caer es Memphis Depay. Aunque este martes sorprendió Aulas, presidente del Lyon, con unas declaraciones que denotan los problemas económicos azulgranas: "El presidente del Barça me dijo el domingo que estaban sufriendo mucho por la crisis de la Covid-19 y no tenía posibilidad de hacer una oferta", escribió en sus redes sociales.
De momento, Koeman no cuenta con ninguna incorporación desde que ha llegado y se ha tenido que conformar con los Pedri o Trincao y mejorando sus sensaciones con jugadores como Sergi Roberto o los ya citados Busquets y Alba.
Koeman pidió a Wijnaldum, pero el centrocampista seguirá ligado al Liverpool. Eric García era el señalado para la defensa, pero el Manchester City es duro en las negociaciones. Lautaro Martínez era la estrella con la que todos soñaban, pero está más cerca de renovar con el Inter que de salir a otro equipo. Y Depay se complica porque no hay dinero. El Barça se va quedando sin opciones en el mercado a una semana y media de debutar en Liga.
Parece que el barcelonismo deberá conformarse con seguir viendo esta temporada al equipo del 2-8 con pequeñas pinceladas y sin grandes nombres nuevos con el sello Koeman. Llega Pjanic, llega Pedri, llega Trincao y se queda Coutinho. ¿Ya no se espera ni a Depay? Se van Arthur, Rakitic, Arturo Vidal, ¿Suárez y Umtiti? Y Messi entre el enfado y la decepción. La falsa revolución del Barça.
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