La imagen del fútbol francés se vio perjudicada el pasado fin de semana durante el partido que centraba todas las miradas de la jornada. El Marsella-PSG, un clásico de la competición, quedó marcado por la tangana entre ambas plantillas y por el cara a cara entre Neymar y el español Álvaro González. Escupitajos, acusaciones de racismo y numerosas expulsiones que ya está investigando la propia liga para determinar qué sucedió y quién debe ser sancionado.
Sin embargo, la polémica no ha quedado ni en el terreno de juego ni en los despachos de la LFP, sino que se ha extrapolado al día a día. A las tensiones habituales entre ambas entidades, máximas rivales en el ámbito deportivo y con numerosos enfrentamientos entre sus ultras, se han sumado las reacciones de los implicados y los respaldos de sus respectivos clubes. La historia apunta a extenderse por un tiempo y a complicar aún más la relación.
La principal duda que existe ahora es si verdaderamente existieron los ataques racistas. Si es una excusa de Neymar o si Álvaro González realizó esos comentarios que, en caso de confirmarse, supondrían dura sanción por parte de la competición. El delantero brasileño defendió su versión desde el primer instante. Posteriormente, por medio de una carta, lo repitió: "Todo es parte del juego, pero el racismo y la intolerancia no son aceptables". El PSG, por su parte, mostró el apoyo a su estrella: "El club recuerda que no hay lugar para el racismo en la sociedad, en el fútbol o en nuestras vidas y pide a todos que se pronuncien en contra de sus manifestaciones en todo el mundo".
El bando contrario no se iba a quedar callado. González quiso anular todas las insinuaciones sobre sus insultos y compartió una fotografía con varios compañeros de equipo. "No existe lugar para el racismo. Carrera limpia y con muchos compañeros y amigos en el día a día. A veces hay que aprender a perder y asumirlo en el campo". Todo era una estrategia de Neymar para ocultar su mal perder, según el español.
Su club, al igual que el PSG, tampoco le dejó solo. "Álvaro González no es racista, nos lo demostró con su comportamiento diario desde que se incorporó al club, como ya han testificado sus compañeros. El Club queda a disposición de la comisión disciplinaria para colaborar plenamente en la investigación de todos los hechos que marcaron esta reunión", explicaron desde el Marsella.
Tal fue el revuelo generado que Álvaro González, como reveló el propio club, ha recibido amenazas de muerte en su número de teléfono. Este fue filtrado horas después del altercado y los mensajes amenazantes se han sucedido. "Esta controversia es grave y ya tiene graves consecuencias", afirmaba el equipo galo en el comunicado de defensa.
Las imágenes ya están en manos de la LFP. Y, aunque no ha habido ningún análisis oficial, las primeras revisiones no favorecen a Neymar. Si bien si puede apreciarse un sospechoso movimiento de Di María que podría suponer el escupitajo a Álvaro González, en ninguna toma se puede apreciar un ataque racista del español a Neymar.
Telefoot, medio francés que ostenta los derechos de retransmisión, trasladó en boca de su periodista Thibault Le Rol que no existían pruebas gráficas. Evidentemente existió "un insulto" como podría ser "a la madre de Neymar". Palabras habituales en el mundo del fútbol, según reconocieron desde la cadena. Pero en ningún caso un ataque racista. "No podemos ir en la dirección de Neymar con estas imágenes. Son las cámaras más ajustadas". La decisión final corresponderá a la liga francesa, pero el melón ya está abierto y la batalla entre las partes también. El análisis será escrupuloso.
¿Es Neymar un adalid contra el racismo? ¿Es Álvaro González un jugador cercano a la ultraderecha? Las últimas horas han puesto sobre la mesa los vínculos de cada jugador con los entornos políticos, con las diferentes ideologías y con asuntos que han defendido en público.
Los vínculos de Neymar con Bolsonaro
El delantero brasileño se ha erigido tras este altercado como un luchador contra las acciones racistas. Como nadie hacía nada, relataba el jugador en esta carta compartida, él había tenido que perder la compostura para reaccionar ante Álvaro González. Sin embargo, esa postura radical y que por el momento no encuentra sustento en las imágenes, se le ha vuelto en contra.
Neymar es todo un ídolo en Brasil. Su peso en la sociedad es importante y cada movimiento se tiene en cuenta. De ahí que no haya pasado desapercibida su relación con Jair Bolsonaro, presidente brasileño posicionado en la ultraderecha. Una amistad, que así se considera en el país, que se ha visto reflejada en varias ocasiones.
Bolsonaro, por ejemplo, acudió al hospital en 2019 para visitar a Neymar. El delantero había sido operado de su tobillo derecho. Corría el 6 de junio del 2019 y el presidente se acercó al Hospital de Brasilia para fotografiarse con el goleador y trasladarle así su apoyo. Días después, el 3 de julio, el propio Bolsonaro compartía unas imágenes donde se abrazaba a Neymar en el palco del Mineirao antes de un Argentina-Brasil.
También salió en defensa del jugador cuando fue acusado de violación. "Yo creo en él", apuntó. Su vínculo es tal que hasta Neymar participó en un vídeo donde aparecían el presidente brasileño y Netanyahu, que ostenta el cargo en Israel, donde Neymar acepta la invitación del israelí de acudir al país. Unas imágenes donde aparece otro deportista como el surfista Gabriel Medina.
Esta relación, vistas las declaraciones de Bolsonaro, parece incompatible con una postura en pro de la igualdad racial, de derechos de los homosexuales o libertades como la religiosa. Y es que en la hemeroteca de Bolsonaro lucen fraces bien polémicas.
"No corro el riesgo de que uno de mis hijos se enamore de una mujer negra porque fueron muy bien educados", ha llegado a asegurar. Recientemente también afirmó que los pueblos indios están volviéndose "cada vez más en un ser humano como nosotros". Y en su pasado previo a alcanzar la presidencia también figuran frases como: "Sería incapaz de amar a un hijo homosexual. No voy a responder como un hipócrita, ante eso, prefiero que un hijo mío muera en un accidente".
Álvaro González, ni de VOX ni contra el 'BLM'
El jugador español está en el centro de la diana. Un comentario racista en pleno 2020 y con un movimiento social y reivindicativo como el Black Lives Matter. Toda una bomba de relojería. Él se defiende y su entorno también, pero al igual que con Neymar, su pasado está siendo analizado para darle mayor o menor credibilidad.
González, conocido como 'El Patrón' entre sus compañeros, es un rostro conocido en La Liga. Entre otras cosas por un pique con Leo Messi que también comenzó por un supuesto escupitajo y que terminó con el central llamando "enano" al argentino. Sin embargo, ha recibido el respaldo total de club y compañeros. No hay actitud racista en su día a día, según relatan.
En las últimas horas se le ha vinculado con VOX. Y la realidad es que las redes sociales de Álvaro González no esconden su postura en temas políticos. El central es claro utilizando la opción de marcar como 'me gusta' los diferentes mensajes que ve en la red social. Entre los mensajes apoyados están algunos de Santiago Abascal, líder de VOX, defendiendo a la Casa Real. Pero también es fácil encontrar la misma opción con otros partidos como Martínez-Almeida y el PP, o Albert Rivera -ex líder de Ciudadanos- e Inés Arrimadas, actual número uno de la formación. Todos ellos coinciden en algo: su oposición al Gobierno de Pedro Sánchez y a la coalición entre el PSOE y Unidas Podemos.
Más allá de estos 'me gusta' a partidos políticos, Álvaro González también ha compartido mensajes de compañeros de profesión como el delantero Roberto Soldado donde se defendía a la Guardia Civil, y otros como el de Dani Pacheco apoyando el movimiento por la igualdad racial del Black Lives Matter. Igualmente, González también ha sido crítico con este compartiendo un vídeo viral donde una mujer negra en Chicago ponía en duda los incidentes generados durante las protestas.
Durante los próximos días, y teniendo en cuenta estas hemerotecas, se abre un camino de investigaciones sobre lo ocurrido en el partido. La imagen de la Ligue-1 está en juego y la estabilidad de Neymar en la competición también. La liga francesa se juega su credibilidad y el PSG la comodidad de una estrella que es imagen mundial tanto del club como de la propia liga.
[Más información - Así fue la tangana que acabó con Neymar expulsado: insultos, racismo y escupitajos]
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