Las 24 horas de Bartomeu: victoria de la oposición y moción de censura o punto y final hasta las elecciones
La moción de censura alcanza la fecha límite para obtener las firmas necesarias. El actual presidente afronta un día clave donde puede salir reforzado o muy tocado.
17 septiembre, 2020 00:32Noticias relacionadas
El jueves 17 de septiembre es la fecha límite para que la oposición a Bartomeu entregue las firmas necesarias para sacar adelante su moción de censura. El presidente del Barcelona estuvo en la cuerda floja tras el desastre de la Champions League y, con la petición de Messi de abandonar la entidad, terminó por estallar todo el malestar del aficionado culé.
Ese enfado se tradujo en una moción que impulsó en solitario Jordi Farré. Sin embargo, después de recibir algunas críticas de todos los sectores contrarios a la gestión actual, se produjo una reunión clave. Era necesario unirse para tumbar a Josep María Bartomeu. Era obligatorio centrar toda la atención en esta moción para que prosperara. Y así se hizo.
Los rivales del presidente del Barcelona unieron fuerzas en torno a la moción. El objetivo era alcanzar las cifras necesarias. Y no iba a ser fácil. En tan solo 14 días hábiles debían obtener algo más de 16.000 firmas de los socios. Concretamente 16.521 para que la moción pueda salir adelante y plantearse en una votación. Una cantidad que representa al 15% del censo culé y que, en el caso de que fuera aprobada, sería votada en un referéndum que tendría que recoger el 66% de votos para echar a Bartomeu.
La situación del coronavirus era una de las trabas a superar por los impulsores de la moción. Por ello, en un primer momento se anunció que se establecerían plataformas para votar online y evitar que se perdieran apoyos que habitualmente se recogían los días de partido. El FC Barcelona rechazó esa posibilidad y en los últimos días el movimiento crítico con Bartomeu retomó la idea.
"La semana pasada la Generalitat de Cataluña dio validez a un decreto ley formulado a partir del coronavirus y, aunque dijeron que no valía para la moción de censura, sí sirven para cualquier proceso ordinario. Y esta moción empezará cuando tengamos las 16.520 firmas necesarias para llevarla a referéndum. Hasta ahora, lo que estamos haciendo es un proceso ordinario", defendió Jordi Farré. Esta iniciativa no cuenta con el apoyo del resto de rivales del presidente blaugrana.
Según transmiten a EL ESPAÑOL, estas últimas horas ha crecido el optimismo de que la moción salga adelante. Alcanzar las más de 16.000 firmas parece una realidad posible. Al menos, esa es la sensación que existe entre los organizadores. A finales del martes les separaban apenas 2.000 firmas del objetivo.
La influencia de Messi
El conflicto de Leo Messi con la actual directiva del FC Barcelona ha sido uno de los temas protagonistas del final del verano. El argentino, que parecía eterno en el plantel catalán, daba un paso al frente para pedir su salida. Quería marcharse y utilizar la famosa cláusula de libertad que tenía en su contrato. El burofax que llegó días después de la derrota ante el Bayern desataba toda una tormenta en la Ciudad Condal.
Y, como era de esperar, daba alas a la moción de censura. El hecho de que Messi lanzara un órdago a la directiva era un respaldo completo a la necesidad de cambiar la cúpula del Barcelona. En el caso de que el '10' saliera de la plantilla de Koeman, Bartomeu y su equipo recibirían un golpe mortal. La moción, por tanto, saldría reforzada.
Sin embargo, la dureza de Bartomeu evitó que Messi se marchara. Según el argentino, seguirá un año más en el Barça para no acudir a los tribunales y evitar una guerra contra la entidad que le vio crecer en el mundo del fútbol. "El presidente siempre me dijo: 'Cuando acabe la temporada decides si te quedas o te vas'. Nunca puso fecha, y bueno, simplemente era hacerle oficial al club que no seguía, pero no para entrar en una pelea porque yo no quería pelearme con el club", explicó tajante.
Todo un éxito de la directiva y su equipo de abogados que diluyó la relevancia de esta moción contra Bartomeu. Messi seguía como capitán, Koeman cogía los mandos del nuevo proyecto y el presidente blaugrana se alejaba del foco mediático. Una estrategia perfecta y que ha dejado en cosa del pasado las protestas contra Bartomeu.
Y es que cabe recordar que la tensión fue tal que un grupo de aficionados del Barcelona llegó a acudir al Camp Nou para quejarse frente a las oficinas de la directiva. En parte lo consiguieron, tumbando la seguridad del club y accediendo de forma ilegal al exterior de las instalaciones blaugranas.
Messi seguirá siendo determinante y, en caso de que no prospere la moción de censura, será la siguiente baza de los rivales de Bartomeu. Conseguir su renovación y por ende continuidad en el Barcelona es promesa de campaña. Si durante estos días su posición ha influido, dentro de unos meses su situación será similar o superior.
Octubre, mes clave
Este jueves 17 es la fecha límite para presentar las necesarias más de 16.000 firmas. Sin embargo, el próximo mes de octubre también se plantea como una fecha relevante en el futuro del FC Barcelona. Tanto a nivel deportivo como a nivel estructural. Bartomeu estará contra las cuerdas.
Recientemente el Barcelona confirmó que en octubre se iba a celebrar la Asamblea de Socios Compromisarios. Además, se fijaron las fechas electorales en el marzo de 2021. Pero en esta asamblea, justo el día 25 y horas antes de que el conjunto catalán se enfrente al Real Madrid, ya marcará un antes y un después si no se logran las firmas para la moción de censura.
A todo ello se le suma que en octubre el FC Barcelona ya habrá comenzado la temporada liguera. Es decir, los primeros análisis sobre el proyecto de Koeman se empezarán a producir. Y las críticas sobre lo que no guste también. El enfado es notable entre el aficionado blaugrana y la exigencia es máxima.
Por si fuera poco, el 5 de octubre finaliza la ventana de traspasos y el Barcelona, que prometió una revolución en la plantilla, sigue sin su parte de protagonismo en el mercado. No se han producido fichajes de peso y las salidas, pocas y de jugadores como Rakitic, han sido a precios ínfimos que no ayudan en absoluto a obtener los fondos necesarios para pelear por un traspaso de relevancia. Si no se vende no se fichará. Y, si no se ficha, Bartomeu tendrá que explicarlo ante los suyos.
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