La causa del fútbol femenino traspasa las esferas del deporte. Hace quince días, en el Parlamento Europeo llegó la cuestión para comenzar así un debate de lo más necesario. No se explica que en pleno siglo XXI las futbolistas tengan que cobrar menos dinero cuando juegan con su selección nacional que los jugadores del mismo país.
En naciones como Noruega esta brecha salarial hace tiempo que fue solventada por las protestas de estrellas como Ada Hegerberg, quien consiguió lograr el hito de ser la primera mujer futbolista en ganar más de un millón por su contrato con Nike. Además del país del norte europeo, también Dinamarca mantiene una política de igualdad. Pero no son excepciones, lejos del Viejo Continente también se dan casos.
En la selección de Australia, los internacionales, independientemente de su sexo, perciben el mismo salario por los torneos con sus combinados nacionales. Algo a lo que se sumó recientemente Brasil. "No hay más diferencias de género. La CBF trata a hombres y mujeres por igual. Desde marzo de este año se igualaron las dietas y las mujeres ganan lo mismo", aseguró Rogério Caboclo, el presidente de la CBF.
Preocupación en Europa
El holandés Antonius Manders ha sido el que ha elevado la situación por la que atraviesa el fútbol femenino al Parlamento Europeo. Con dos preguntas cuestionó el actual escenario entre hombres y mujeres dentro del considerado como deporte rey.
"¿Está de acuerdo la Comisión en que esto constituye una discriminación contra las futbolistas profesionales y da un mal ejemplo?", fue la primera de sus preguntas. "En caso afirmativo, ¿qué acciones se tomarán para alentar a las confederaciones nacionales de fútbol y a la UEFA a seguir el ejemplo de la Confederación Brasileña de Fútbol y pagar a los jugadores de fútbol profesionales hombres y mujeres por igual por los partidos nacionales?", sostuvo en su segunda cuestión.
Ahora ha llegado el momento de las respuestas. La hora de la verdad. Las visibles desigualdades entre mujeres y hombres en el fútbol son denunciadas cada vez más a menudo. Un problema por el que la ya mencionada Ada Hegerberg decidió renunciar al Mundial de Francia de 2019, pese a que en Noruega hay igualdad salarial. Pero, al fin y al cabo, un gesto para todas sus compañeras de profesión. Más importante aún llegando esta firme decisión de la por aquel entonces Balón de Oro.
Discriminación y respeto
Para Manders, la situación en la que se encuentra el fútbol femenino es de "discriminación" y también señala que es una auténtica "falta de respeto" para con él. El eurodiputado deja claro que "el sector del deporte profesional es uno de los sectores más influyentes y puede dar el ejemplo correcto al cerrar la brecha salarial de género".
"No es correcto que en los países de la UE a las futbolistas profesionales que juegan en selecciones nacionales les pague solo una fracción del salario de sus homólogos masculinos. Ésta es una práctica discriminatoria. Muestra una falta de respeto por las futbolistas profesionales que representan a sus países con el mismo honor y esfuerzo que los jugadores masculinos", ha reivindicado el holandés.
Es una cuestión complicada, pero no imposible: "Soy consciente de que los empleadores pueden pagar diferentes salarios a sus empleados y que podría ser problemático para los gobiernos interferir, ya que esta es una característica de una economía de mercado liberal". "Es necesario hacer una declaración política para ayudar a abordar la brecha salarial de género y defender principios como la no discriminación en la Unión Europea", ha añadido.
El fútbol es uno de los deportes más influyentes en todo el mundo, es por eso por lo que tiene que dar ejemplo y para ello desde Europa se entiende que deben acabar con la brecha salarial por razón de sexo. Una batalla que en España también esta latente, aunque en cuanto a la profesionalización de este deporte. El fútbol femenino quiere avanzar, pero para ello le tienen que dejar.
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