El fútbol siempre ha sido considerado un mundo de hombres. Sin embargo, poco a poco y con mucho esfuerzo, las mujeres van haciéndose un hueco y vas mostrando también su valía y su nivel. El fútbol femenino está ganando cada vez más protagonismo y sus competiciones son seguidas cada vez por un mayor número de personas. El deporte debería ser un mundo abierto en el que todos tuvieran cabida, y el fútbol femenino busca así su propio espacio para brillar.
No obstante, las mujeres no solo han conseguido que su fútbol sea cada más visible y tenga más protagonismo y repercusión, sino que también están derribando la puerta de la disciplina masculina, demostrando que también pueden formar parte de ella como los hombres lo hacen de la suya. No es extraño ver a entrenadores o árbitros que forman parte del fútbol femenino. Por ello, las mujeres también intentan dar ese gran salto.
Y si hay una referente que está consiguiendo hacer este camino y ser protagonista en un mundo puramente de hombres, esa es Stéphanie Frappart, la colegiada que ha conseguido hacerse un hueco en el fútbol francés de máximo nivel y que ahora está haciendo lo propio en Europa. Frappart es ahora mismo una referente absoluta y una prueba de que poco a poco, la igualdad y la libertad se asientan en el fútbol y que lo que realmente importa es el nivel y la valía de cada uno y no el sexo de la persona en cuestión. Este camino es el que quiere recorrer Stéphanie Frappart, la árbitra que manda y dirige en el fútbol masculino.
Un sueño de infancia
A pesar de que la presencia de las mujeres en el mundo del fútbol no es nueva, sí ha sido en los tiempos recientes cuando ha crecido en cuanto a repercusión y atención por parte del gran público y de los medios de comunicación. Poco a poco, el fútbol femenino consigue mover cada vez más dinero, obtener mayores ingresos y atraer a más patrocinadores que permiten que todo crezca y que empiezan a ver el fútbol femenino como una vía con la que ampliar la magnitud de sus propias empresas.
Los clubes están cada vez más implicados e invierten y destinan más recursos y más atención en hacer que estos equipos y estas competiciones evolucionen, lo que provoca la consolidación de una disciplina que hace no mucho era realmente endeble. Sin embargo, hace tan solo unos años, ser mujer y querer dedicarse al mundo del fútbol no era tarea fácil. Pero esta misión se hacía aun más complicada si el deseo era por pertenecer al colectivo más perseguido y dañado del mundo del fútbol: los árbitros.
Este siempre ha sido el sueño de Stéphanie Frappart, que desde niña tenía devoción absoluta por el arbitraje y se imaginaba impartiendo justicia en los partidos más importantes del mundo, algo que poco a poco va consiguiendo, siendo ella misma la protagonista de esos avances.
Su vocación por ser árbitra le viene desde muy pequeña, ya que con tan solo 13 años acudía a clases de árbitros para aprenderse perfectamente el reglamento del fútbol y conocer las variaciones que iban surgiendo temporada tras temporada. Lo suyo era verdadera pasión, por eso siempre tuvo claro a donde quería llegar. Como casi todos los chicos, empezó jugando al fútbol, pero pronto se dio cuenta que su pasión realmente no era esa, pero sí que era un aprendizaje que le servía para cultivar su conocimiento del deporte y su entendimiento del futbolista, algo que sin duda le servirían en un futuro, cuando decidió dejar definitivamente el fútbol y pasarse al mundo del silbato y las tarjetas.
Después de haber pasado por diferentes etapas, de haber sido tocada por el sueño del arbitraje y de haber probado como joven futbolista, ahora puede decir que está cumpliendo todos sus sueños, ya que ha conseguido instalarse en la élite del fútbol masculino, aunque su crecimiento promete ser todavía mayor.
Un mundo de hombres
Stéphanie Frappart está acostumbrada a lidiar en un mundo que no es el suyo, o eso le han intentado hacer ver en más de una ocasión. La representación de niñas y mujeres en el fútbol es infinitamente inferior a la de los hombres, especialmente hace unas décadas, cuando ella empezaba a dar sus pasos y el fútbol femenino no tenía el mismo desarrollo, sobre todo en la base.
Frappart siempre tuvo claro que el fútbol era su pasión y era a lo que quería dedicarse. Creció y se formó en las categorías inferiores de equipos galos como el CS Pierrelaye y el Val-d’Oise, además de en las selecciones regionales, donde tuvo que competir y compartir vestuario con otros niños, algo que hoy es cada vez menos frecuente, ya que cada vez existen más equipos y más instituciones que apuestan por el fútbol femenino y que crean equipos formados íntegramente por chicas.
Sin embargo, esta experiencia desde tan pequeña le sirvió para darse cuenta de que llegaba a un mundo en el que podía no ser tratada con la mayor de las comodidades en un futuro, donde todavía hay muchas personas reticentes a ver a una mujer jugar al fútbol, arbitrar un partido o dirigir a un equipo.
Como tantas y tantas chicas, Stéphanie ha tenido que aguantar a lo largo de su carrera y de su crecimiento personal muchas críticas e insultos sexistas, solo por ser mujer y no por su nivel como colegiada, algo que hoy se considera denigrante, pero no así hace unos años.
Sin embargo, Frappart ha tenido que ver como estos insultos no se reducían solo a las categorías menos profesionales del fútbol, sino que también han sido recibidos en la élite, como el episodio que sufrido con el entrenador del Valenciennes FC en 2015, David Le Frapper, quien se quejó por un penalti no pitado a su equipo en rueda de prensa, diciendo que “es complicado para una mujer arbitrar en un deporte de hombres”. Por su parte, Stéphanie decidió no entrar al trapo y obviar un comentario de semejante bajeza.
Estos son los episodios que han forjado una fuerte personalidad en Frappart para poder ponerse al mando de los partidos más complicados y exigentes que se juegan en el mundo del fútbol, para los cuales ya ha demostrado estar perfectamente preparada, como cualquier otro compañero de profesión.
Su éxito en Francia
Stéphanie Frappart nació en Val-d’Oise hace 36 años. Comenzó su andadura profesional como árbitra de la FIFA en el año 2011 y hoy en día es toda una institución en Francia y en el arbitraje. A base de mucho esfuerzo y de derribar todas las barreras que ha tenido en su camino se ha convertido en toda una referencia del fútbol galo, en el que ya está haciendo historia y donde está abriendo el camino a muchas compañeras.
Frappart tiene el honor de poseer varios récords del fútbol francés, ya que ha conseguido ser la primera mujer en arbitrar un partido de la Segunda División y también la primera en dirigir un encuentro de la Ligue 1, donde hoy ya está perfectamente asentada. Sin ir más lejos, esta misma temporada ya ha arbitrado hasta tres encuentros de la máxima división del fútbol galo.
Sin embargo, sus éxitos no se quedan ahí, ya que puede presumir de ser una árbitra todoterreno en su país al dirigir también en las competiciones de la Copa de Francia y de la Copa de la Liga. El año 2014 será siempre recordado por Stéphanie, ya que fue la temporada en la que dio el gran salto a la élite del fútbol galo, dirigiendo sus primeros partidos de la Copa de Francia y de la Ligue 2. Tan solo un curso después recibió también la oportunidad de dirigir en la Copa de la Liga, y en el año 2018 dio el paso definitivo, siendo la juez principal de dos partidos de la Ligue 1 y confirmando que su crecimiento y su figura en el fútbol masculino había llegado para quedarse.
Cumpliendo sueños en Europa
El crecimiento de la carrera de Frappart ha sido meteórico. En muy poco tiempo ha conseguido llegar a la élite más absoluta y codearse con los árbitros más importantes del mundo, lo que le ha permitido recibir el apoyo y el respaldo de los máximos estamentos del fútbol mundial.
Stéphanie consiguió su denominación de árbitra FIFA en el año 2011 y tan solo cuatro temporadas después ya fue elegida para dirigir encuentros de la Copa del Mundo de Canadá 2015 de fútbol femenino, lo que supuso todo un orgullo para ella. Desde ese momento, su crecimiento internacional ha sido también una carrera de velocidad, ya que ha ido cumpliendo etapas y superando niveles a un ritmo de vértigo.
El año 2019 se convirtió en el gran momento de su corta carrera profesional. En el mes de noviembre, fue elegida para dirigir un partido de la fase de grupos de la clasificación para la Eurocopa sub21 entre Italia y Armenia, sin embargo, unos meses antes, había tocado el cielo había recibido la atención de todo el planeta fútbol consiguiendo un gran hito para las mujeres en el mundo del deporte en general.
El 14 de agosto de 2019, Stéphanie Frappart tuvo la gran oportunidad de dirigir la Supercopa de Europa entre el Liverpool, que se había proclamado campeón de la Champions en el Wanda Metropolitano al vencer al Tottenham, y el Chelsea, campeón de la Europa League. Aquel partido puso definitivamente en el mapa futbolístico universal a Frappart, y sentó un gran precedente por parte de la UEFA y de la FIFA. Además, ha sido el gran éxito de su carrera deportiva.
Sin embargo, este crecimiento a nivel internacional y la consumación de su prestigio han seguido creciendo desde aquel día, ya que esta temporada ha recibido la oportunidad de dirigir tres partidos de competiciones europeas. El primero de ellos fue un encuentro de la fase de grupos de la Liga de las Naciones entre Malta y Letonia que finalizó con 1-1.
Unos días después, Frappart dirigió un compromiso de la fase de clasificación para la Europa League entre el Djurgarden y el Europa FC con victoria para los locales. Y sin ir más lejos, esta misma semana se ha convertido en la primera mujer en arbitrar un partido de la fase de grupos de la Europa League, dirigiendo la victoria del Leicester sobre el Zorya por 3-0, un encuentro en el que sacó hasta tres tarjetas amarillas.
Este es el ejemplo de Stéphanie Frappart, una niña que con 13 años ya soñaba con ser protagonista en el mundo del arbitraje y del fútbol masculino y que dos décadas después se codea con las mayores estrellas y es protagonista de las mejores competiciones con una carrera deportiva impecable y que promete llegar a lo más alto.
[Más información - Frappart, árbitra de la Supercopa de Europa: "El fútbol masculino es igual que el femenino"]