Josep Maria Bartomeu dejó la presidencia del FC Barcelona tras años de tensión y focos de conflicto. El dirigente catalán decidió dar un paso a un lado tan solo un día después de negar esa posibilidad y con el único objetivo de evitar ser el primer presidente de la historia del Barça cesado por la masa social.
El exlíder azulgrana se despidió con una amplia rueda de prensa donde, además, se pronunció sobre los asuntos más escabrosos relacionados con el club. Bartomeu dijo adiós a su manera. Se retira del frente de batalla, pero lo hace peleando como ha venido demostrando en las últimas temporadas.
Y es que el ya expresidente fue el primero en confirmar públicamente la existencia de una Superliga que se está fraguando y de la que formará parte el Barcelona. También criticó a la Generalitat por su postura en la celebración del referéndum. Por si fuera poco, se reafirmó en que dejar salir a Messi no era una opción entre los miembros de la directiva.
Un resumen perfecto de su etapa como máximo representante del FC Barcelona, donde la división con la plantilla, las críticas y los asuntos extradeportivos han estado a la orden del día blaugrana.
9 técnicos en dos secciones
Los éxitos deportivos del Barcelona con Bartomeu al frente del club no han sido los esperados. 14 títulos en la sección de fútbol en seis años. Datos que aparentemente pueden parecer muy positivos, pero que no han terminado de convencer ni a jugadores ni aficionados. Y lo más representativo de esta opinión generalizada es que hasta Leo Messi puso en duda el proyecto azulgrana tras su ultimátum para irse.
Bartomeu solo ha podido celebrar en todos estos años una Champions League. La de Berlín en 2015 y que certificó el triplete de dicha temporada. En la sección de baloncesto, por su parte, no ha conseguido hacerse con ningún título continental. El último se remonta a la 2009/2010 y, a pesar de la inversión, no se ha logrado recuperar el trono continental.
Síntoma de la falta de rumbo es que Bartomeu ha tenido que contratar hasta a nueve entrenadores diferentes entre las dos principales secciones del club. En la de futbol, máxima representante de la entidad, han pasado Luis Enrique, Ernesto Valverde, Quique Setién y ahora Koeman. Dos de ellos, además, se marcharon de malas maneras y en el caso del ex del Betis el asunto está en los tribunales.
Más de lo mismo en baloncesto, donde Xavi Pascual no ha encontrado aún un reemplazo seguro. Ni Bartzokas, ni Sito Alonso, ni Pesic armaron un equipo que plantase cara al Real Madrid. Jasikevicius, aclamado y requerido por la afición desde hacía meses, buscará hacerlo ya sin Bartomeu en la presidencia.
Esta falta de dominio en fútbol y baloncesto, sin embargo, no ha sido por falta de inversión. Bartomeu ha gastado, y mucho, para armar una plantilla competitiva. Cada verano, incluido este último marcado por la crisis de la Covid-19, ha tenido un desembolso considerable. De hecho, el Barcelona ha sido el equipo español que más ha gastado en este mercado de fichajes.
Durante la etapa del ya expresidente se acometieron fichajes que rompieron el mercado como el de Coutinho o Dembélé, ambos superiores a los 100 millones de euros. Y también la incorporación de Nikola Mirotic, que se convirtió en el gran refuerzo del pasado verano tras abandonar la NBA y fichar por el que, hasta hacía unos meses, había sido su máximo rival por su pasado madridista.
Las dudas del Espai Barça
La etapa de Bartomeu comenzó con un objetivo: terminar un proyecto estrella como el del Espai Barça. Renovar el Camp Nou, un nuevo pabellón para la sección de baloncesto y tirar abajo el Mini Estadi para levantar otro estadio para el equipo femenino y el filial. Una obra cumbre que impulsó Rosell y que su mano derecha en la presidencia culé iba a llevar a cabo bajo su mandato. Desde 2015 -cuando renovó su poder en las elecciones- hasta 2021, cuando las obras tendrían que haber finalizado. Bartomeu se ganaría ser recordado como el impulsor de la innovación en las instalaciones azulgranas.
En un primer momento la inversión sería de 600 millones. Con el tiempo, y sin el Espai Barça completado, la cifra se ha ido a más de 800 millones de euros como consecuencia del crédito solicitado. Lo único que está en pie es el Johan Cruyff y que ya funciona como sustituto del Mini Estadi. El resto de obras se mantienen en pausa con una fecha aproximada de finalización fijada en 2025.
Sin embargo, a las ya aplazadas fechas por motivos de gestión y permisos, se suma ahora la incertidumbre por la crisis económica. La crisis de la Covid-19 ha golpeado las cuentas azulgranas y los últimos datos ofrecidos por el club no son del todo optimistas. Pero, por si fuera poco, tras la dimisión de Bartomeu se abre un nuevo frente. Y es que el ya expresidente tenía previsto negociar con la Junta Directiva entrante, en caso de marcharse en las elecciones del 2021, para seguir adelante con el proyecto.
Ahora, con su salida del Barça para evitar el referéndum y sin cordialidad alguna con los opositores, el Espai Barça queda aún más en duda. "El Espai Barça ya está en marcha. Dejamos a disposición de la nueva Junta la posibilidad de parar las obras sin coste", explicó Bartomeu en su última comparecencia tras abandonar el club.
Un Barça político
El discurso de despedida de Bartomeu también tuvo tintes políticos, como todo su mandato. "Nos ha tocado dirigir al Barça en una de las épocas más difíciles del país y del club", se refirió Bartomeu ante los medios de comunicación. "Siempre hemos estado al lado de nuestras instituciones con la bandera del derecho a decidir y la libertad de expresión", espetó. Y no miente.
El Barcelona, durante estos últimos años en los que se ha producido el auge del procés e incluso el referéndum ilegal del 1 de octubre, se ha posicionado siempre a favor de los partidos independentistas. No solo por medio de comunicados donde defendían la votación, sino con otras tantas notas oficiales donde defendían a Quim Torra, criticaban sentencias judiciales y ejercían un posicionamiento político.
El más reciente fue el del expresident Torra. Este, que semanas antes había enviado un mensaje público para despedir a Messi tras su petición al Barcelona, acabó saliendo él antes del puesto de la Generalitat que el argentino del Camp Nou. Tras la inhabilitación del líder independentista, el Barça lanzó una dura crítica por la sentencia.
La calificaron de "desproporcionada", destacaron su "defensa del derecho a la libertad de expresión y del derecho a decidir" y denunciaron que se omitía "gravemente la voluntad democrática de la ciudadanía expresada libremente en las urnas". Pero no es su único pronunciamiento. Permitieron pancartas en las gradas del Camp Nou relacionadas con el movimiento independentista y se opusieron a las sanciones de la UEFA.
Bartomeu se va y el independentismo tendrá su peso en la carrera por la presidencia. Solo falta por concluir si el peso de la política en el club irá a más o si, por el contrario, se deja como algo secundario en la entidad.
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