Público sí, público no y en qué categorías. Es el debate que existe actualmente en todo el deporte español. Mientras en otros países se permite el acceso de aficionados a los recintos deportivos, en España continúa sin haber una directriz clara. Recientemente, a nivel estatal, las Comunidades Autónomas decidieron pactar el cierre de las gradas en competiciones europeas para clubes de élite, tanto en baloncesto como en fútbol.
Sin embargo, esa decisión no afecta al deporte no profesional, que sigue siendo competencia de todos los gobiernos regionales y que, en función del territorio, cuenta con el visto bueno o la prohibición absoluta.
Las razones para permitir la presencia de aficionados, sobre todo en las categorías más humildes, son evidentes: sin público no pueden sobrevivir a nivel económico. Pero, en contra, también surgen otras tantas pensando en el riesgo sanitario. Aunque la vuelta de los aficionados parece más cerca tras los últimos avances en las vacunas, las discrepancias y desigualdades siguen vigentes.
Riesgo sanitario
La prohibición de la asistencia de público se confirmó con el regreso de las competiciones. Después del parón por el confinamiento total en España, las ligas de élite regresaban para finalizar la temporada de la mejor manera posible. Algunas disciplinas como el fútbol femenino se quedaban sin poder hacerlo, otras como el fútbol sala lo hacían con un formato exprés, al igual que categorías como la Segunda B o Tercera que tenían que resolver sus ascensos.
En todo momento, el aspecto de permitir afición en las gradas de los estadios y pabellones estuvo sobre la mesa. El deporte, sin hinchas, no es lo mismo. Y, además, son una base fundamental para la mayoría de clubes. El debate estaba abierto: arriesgarse con gente en la grada cumpliendo protocolos o prohibirlo.
El Consejo Superior de Deportes dio su 'no' y las competiciones finalizaron sin público en la grada. Sin embargo, con el inicio de la nueva temporada adaptada a la Covid-19, nuevamente la petición de aceptar público volvió a ponerse encima de la mesa. El CSD, otra vez, dijo que "no". Pero las Comunidades Autónomas, competentes en el deporte no profesional, dejaron la puerta abierta al no haber ninguna obligación en el protocolo. Y así ha sido.
El deporte no profesional cuenta con público, mientras que el profesional no. Ya sea en ACB o La Liga, o en competiciones europeas tras el último pacto en el Consejo Interterritorial. No hay afición en las butacas tras el repunte de contagio. Según los datos ofrecidos por el CSD, "los contagios por la Covid en España en el ámbito deportivo han sido solo del 0,28% del total". Buenos números que, sin embargo, no pueden permitir bajar la guardia. Las principales competiciones, hasta el tramo final de la 2020/2021 y si todo va bien, no tendrán seguidores asistentes.
Pese al optimismo de ese 0,28%, es un hecho que permitir público en determinados recintos puede ser un problema. Y más si no se controla el cumplimiento de las medidas sanitarias. El ejemplo más reciente está en Rusia, donde acuden numerosos equipos españoles y del resto del continente para disputar competiciones europeas. Los contagios se multiplican entre jugadores mientras que sus pabellones los ocupan cientos de aficionados.
Alerta económica
Todos los clubes están pasando dificultades económicas. Las cuentas no salen y todo por culpa de la Covid-19. Tanto las grandes entidades como los equipos más humildes, que se encomiendan a las ayudas de las federaciones para poder sobrevivir a la crisis derivada de la pandemia. Sin afición no hay ingresos y, sin ingresos, no hay futuro.
El ejemplo más fácil de cómo está pasando factura la Covid-19 en las cuentas está en clubes como el FC Barcelona. El conjunto de Bartomeu ha cerrado un ejercicio con pérdidas quedando en una delicada situación que tendrá que arreglar la nueva Junta Directiva. Tal es la presión por los números cosechados que se está trabajando con la primera plantilla en una adecuación salarial que salve las arcas azulgranas. De momento no hay acuerdo agotado el plazo, pero se sueña con un punto de encuentro en las próximas semanas.
De la misma manera, los clubes más modestos están sufriendo las mismas consecuencias, solo que sin ningún colchón económico que pueda ayudarles a pasar estos meses. Tal y como publicó EL ESPAÑOL, muchos de los clubes participantes en Segunda B y Tercera están reclamando un aumento de las subvenciones federativas. Y es que, teniendo en cuenta que el número de participantes ha aumentado y que con la Covid-19 el apoyo debe ser mayor, las cifras ofrecidas por la RFEF, según se ha calculado, podría reducir hasta en 10.000 euros la cantidad recibida por cada entidad.
El público es clave para ellos. Y más teniendo en cuenta que, además de la entrada, de ello dependen los patrocinios o el uso de cafeterías y restaurantes que suelen establecerse en la mayoría de recintos deportivos. La petición es clara al CSD: intervenir para que todas las Comunidades abran la puerta del fútbol no profesional. Además, cabe destacar una fecha clave que se avecina. No es otra que la de la Copa del Rey, cita en la que muchos de los conjuntos más humildes del país se enfrentarán a clubes de Primera y Segunda en lo que puede ser todo un empujón para llenar, en la medida de lo posible, sus gradas.
Desigualdad deportiva
Quizás, teniendo en cuenta los aspectos sanitarios y económicos, el ámbito deportivo haya quedado algo olvidado. Sin embargo, es la base de toda competición y, debido a la disparidad de opiniones sobre la vuelta del público, se está produciendo una desventaja entre equipos españoles y otros europeos, o incluso entre equipos del mismo país.
Y es que cualquier conjunto, sea de la disciplina que sea, prefiere contar con afición en sus gradas. Un respaldo que puede convertirse en factor determinante en el mundo del deporte. Sin embargo, el panorama en la actualidad tiene de todo menos equilibrio. Los clubes españoles que compiten en ligas europeas ven cómo sus pabellones están vacíos mientras los de sus rivales, bien de Lituania o Rusia aprietan como nunca. El entrenador del Real Madrid de Baloncesto, Pablo Laso, ya señaló esta desigualdad a inicio de temporada: "Me parece injusto. O todos con público o ninguno".
Igualmente, y que también ha generado quejas entre los clubes, en categorías no profesionales del territorio nacional. Clubes de algunas Comunidades Autónomas que no pueden albergar público, pero que cuando acuden al pabellón o estadio de un rival sí cuentan con el factor cancha a favor. La propuesta lanzada recientemente, y que va ligada también al riesgo económico, es de abrir las puertas de todos los estadios para que no se produzcan estas diferencias.
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