Era un 14 de junio de 2018, quedaban dos días para que España se estrenara en el Mundial de Rusia ante Portugal y el Real Madrid había anunciado un día antes que Julen Lopetegui sería su nuevo entrenador. Luis Rubiales salía a una rueda de prensa para anunciar la destitución del seleccionador y colocar a Fernando Hierro en una decisión que condicionó a un plantel que llegaba entre los favoritos para ganar y que acabó su camino en los octavos de final en una tanda de penaltis contra Rusia.
Lopetegui se había asentado como el técnico que iba a liderar el cambio de una selección que venía de tocar fondo en la Eurocopa de 2016 al caer ante Italia para firmar el final de la gloriosa etapa de Del Bosque. Parecía ser el hombre que iba a volver a llevar al combinado nacional hacia el camino del éxito, pero todo se torció en esa tarde veraniega en Krasnodar. Allí, este martes el vasco regresará con su Sevilla, el equipo que le ha devuelto al estrellato.
Su etapa en Madrid se redujo a un par de meses hasta que cayó con estrépito en el Camp Nou. Después se tomó un tiempo de reflexión por todo lo que había vivido hasta encontrar esta oportunidad en el barrio de Nervión. España escuchaba Lopetegui y tenía en mente el 'gif' de su mareo en un programa de televisión, este ridículo que vivió con la Selección y su paso intrascendente y negativo por el conjunto blanco. Nadie sacaba buenas referencias del vasco.
Ahora, el técnico del conjunto hispalense es uno de los más reputados a nivel europeo. Su tándem con Monchi ha llevado al Sevilla a una nueva Europa League y a confirmar que es un gran entrenador. Cada fichaje es un éxito, cada decisión técnica termina encontrando su justificación y cada resultado termina respaldando su determinación. Es uno de los entrenadores de moda en el fútbol europeo y su figura vuelve a tener la reputación que perdió en su día.
Un hombre nuevo
Lopetegui es una persona completamente nueva y quiere llevar a su equipo a la clasificación para la fase final de la Champions League, que conseguiría en caso de firmar la victoria. Después de varios malos resultados en Liga, ha vuelto a enderezar su situación con las victorias ante el Celta y el Osasuna en una temporada en la que también ha sacado un empate del Camp Nou. La confianza de los hispalenses está por las nubes y todo hace pensar que ese objetivo europeo es más que posible.
Poco a poco van encontrando esas buenas sensaciones que llevaron a los de Nervión a conseguir una plaza para esta Champions y a levantar la Europa League. Las nuevas caras se han asentado, Diego Carlos y Koundé siguen siendo los centrales contundentes y cotizados en el mercado, Rakitic ha sido suficiente para suplir la calidad de Banega y De Jong y En-Nesyri están cogiendo los galones del gol, que al final es lo que marca que las cosas vayan bien o mal.
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