Leopoldo Luque, el médico y amigo de Diego Armando Maradona, ha sido encausado por la fiscalía de San Isidro, en Buenos Aires, por una posible negligencia y homicidio culposo dentro del marco de la investigación abierta por el fallecimiento del astro del fútbol mundial. El juez permitió que la policía allanara su domicilio particular y la clínica que tiene en propiedad para proceder a encontrar pruebas que puedan ser útiles durante el procedimiento que ha causado una gran polémica en el país.
En esta investigación también podría ser imputada la psiquiatra encargada de darle la medicación al '10' y una de las personas que se encontraban en la casa en el momento de su muerte. Una de las enfermeras que estaba allí abrió el debate de las dudas sobre el proceso al explicar que se vio obligada a alterar el informe. Su empresa, según esta declaración le obligó a escribir que había intentado controlar a Maradona, cuando en realidad le dejó descansando como le habría pedido el exfutbolista.
Fue la denuncia de Matías Morla, agente y abogado de Maradona, el que detonó el caso. Al día siguiente de su muerte, explicó en un comunicado que "la ambulancia tardó más de media hora en llegar" y que iba a elevar la investigación hasta donde hiciera falta para conseguir llegar a una conclusión sobre lo que pasó en las últimas horas de vida del 'Pelusa'.
El secretario de Maradona, Maximiliano Pomargo, explicó a EFE este sábado que Luque no se encontraba en la casa en el momento de la defunción y que ambos a la vez solicitaron las ambulancias que confirmarían la muerte del argentino. También la Fiscalía ha confirmado que su sobrino Johnny Expósito no fue el último en verle con vida, ya que el enfermero que estaba en el turno antes de la enfermera que hizo la declaración detallada previamente también explicó que Diego estaba a las 6:30 de la mañana respirando y descansando sobre su cama.
Luque tendrá que testificar ante el fiscal ante la sospecha de que existe por una posible negligencia médica en los últimos días de vida del exjugador y, por ello, un posible delito de homicidio culposo. El médico contestará a las preguntas sobre si de verdad existía ese alta médica del hospital tras su intervención, por qué no había un médico especializado y una ambulancia las 24 horas del día, si se estaba cumpliendo con el protocolo establecido y por qué no había un desfibrilador.
Luque se defiende
Tras su declaración, habló ante la prensa y fue rotundo: no tiene ninguna culpa de lo sucedido. "Acá no hubo un error médico", aseguró ante los medios. "Diego tuvo un evento fortuito, un ataque cardíaco que en un paciente como él es lo más común del mundo que muera así". Según aseguró, su paro cardiorrespiratorio "es algo que podía pasar". Por ello, Luque defendió que está "a disposición de la Justicia" dado que tiene "todo para mostrar". "Sé lo que hice con Diego y sé cómo lo hice", subrayó tras mostrarse "absolutamente seguro" de que hizo "lo mejor que se podía" con el argentino.
Luque, tras las críticas y acusaciones, se mostró "muy mal" por la pérdida de su "amigo". "Que se diga que no estuve con él no lo puedo creer". En varias ocasiones destacó no ser "el responsable de todo esto" y reveló que tras la intervención policial le dio "a las autoridades toda la información" que requirieron. Estos se llevaron la historia clínica del exjugador argentino.
El médico no se esperaba que él estuviera en el centro de los focos. "Me sorprendió absolutamente", indicó. "Cuando Diego fallece, llegué al lugar y estaba la Fiscalía trabajando". Él se mostró "a disposición de ellos" y todo "lo que pidieron, lo tuvieron".
Leopoldo Luque fue quien llamó a la ambulancia. En el audio filtrado se muestra tranquilo y no da el nombre de Diego Armando. Además, según los informes, él no se encontraba en la casa cuidando del exjugador y entrenador, por lo que la llamada llegó más tarde de lo necesario.
Sin embargo, no es el único que ha recibido críticas de parte del entorno de Maradona. También su abogado ha sido señalado como culpable de que Diego perdiera contacto con algunos exjugadores y conocidos que se preocupaban por él, o incluso de que el astro no siguiera un buen estilo de vida.
Su relación
Luque, durante esta intervención donde defendió su inocencia, destacó que "Diego odiaba a los médicos y psicólogos", aunque con él se comportaba de forma "diferente" porque eran amigos. También recalcó que Maradona "necesitaba ayuda, pero no había forma de entrarle". El argentino tenía "todo el tiempo" para decidir y llegó a echar de casa a Luque para luego volver a contactarle como "un padre y un hijo rebelde".
Era una de las personas más cercanas. Según el propio médico, pese a ser neurocirujano le "acompañaba a todos los médicos", incluido el dentista, porque si no lo hacía la actitud de Maradona era imposible de abordar para cualquier profesional. "El paciente tiene que tener voluntad", explicó Luque. "El jueves fui a verlo y pasó lo que pasó siempre con Diego". Y es que "cuando se pone mal, echa a todo el mundo".
"Yo no soy el responsable de todo", espetó, porque detrás de todo hay un equipo con diferentes especialistas. En una ocasión estuvo cerca de "agarrar a piñas" con Maradona "para internarlo" porque "nada se podía hacer" sin su voluntad.
"No se le podía llevar a un neuropsiquiátrico porque no había criterio clínico para hacerlo", indicó, y por ello la clínica actuó de forma perfecta. Al no ser "un centro de rehabilitación, sino de patología aguda", Luque extendió su estancia lo máximo que pudo. Pese a ello, el fallecimiento "nada tuvo que ver" con el hematoma subdural del que fue operado", sino que por medio de un acuerdo con la familia y demás expertos optaron por evitar que bebiera alcohol y que cumpliera con las pastillas que debía tomar.
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