El FC Barcelona se enfrentará, en algo más de un mes, a las esperadas elecciones para la presidencia del club. Una batalla por iniciar un nuevo rumbo y que, según las reclamaciones que se están haciendo desde los aficionados, se debe modificar y mucho el camino impulsado por Josep Maria Bartomeu. Igualmente, también hace poco más de un mes que el catalán y su equipo abandonaron la cúpula de la entidad. Pese a ello, su herencia sigue pesando y afectará notablemente a su sucesor.
El conjunto catalán no lo está pasando bien a nivel deportivo. Las grietas en la plantilla por lo sucedido la pasada temporada se mantienen. Los datos en la Champions League, por el momento, son muy positivos y más teniendo en cuenta los números de otros clubes rivales como el Real Madrid o el Atlético. Pero, por el contrario, en La Liga los resultados son opuestos y perder El Clásico es de lo menos importante que le ha sucedido al equipo azulgrana.
Cuestiones deportivas con Koeman a la cabeza y que, pese a su gravedad, no son los principales problemas a los que se tendrá que enfrentar el nuevo presidente del FC Barcelona. Con la Gestora a los mandos del club se han ido conociendo nuevos detalles de cómo se encuentra tanto la institución como sus bienes. Y las noticias, como la mayoría de las que se generan en el entorno culé, no son buenas.
La nueva Junta, bien liderada por Laporta, por Font o por cualquiera de los numerosos precandidatos que pelearán por la presidencia del Barça, tendrán que trabajar a sabiendas de que las cuentas del club no pueden exprimirse más, de que los fichajes serán escasos o no se producirán si no se ingresa antes y, como problema de última hora, que los años también le pesan al Camp Nou.
Son datos que la propia Gestora, con Carlos Tusquets al frente, ha venido revelando en estas últimas semanas. La presencia del actual máximo mandatario azulgrana se ha multiplicado en los medios y sus palabras, muchas veces sin medida, han generado cierto malestar en el equipo de Koeman. La respuesta de Tusquets ha sido dar un paso atrás a nivel mediático y empezar a contar los días para abandonar el cargo.
Cuentas tocadas
El Barcelona parte casi de la bancarrota. Se ha llegado a hablar de un concurso de acreedores. La situación es límite y los datos que ya ofreció en su día Bartomeu no invitaban al optimismo. La entidad catalana, tanto por la crisis de la Covid-19 como por la propia gestión realizada, cerró el último ejercicio con 97 millones de euros en pérdidas.
Además, su deuda creció hasta los 488 millones y presupuesto 828 'kilos' para esta nueva temporada contando con que los estadios abrirían en febrero al 25%. Como han indicado fuentes del Gobierno a EL ESPAÑOL, el calendario de la vuelta del público sigue siendo del tramo final de temporada. Los números, al fin y al cabo, no son buenos.
La Gestora, con funciones limitadas a la supervivencia del club, ha negociado con la plantilla una rebaja salarial. Y, aunque aún debe ser aprobada por los jugadores de forma definitiva, se han reducido en 122 millones de euros las nóminas de esta campaña, en el mes de enero no se realizarán los pagos sino que se atrasarán y, en lo que a términos variables se refiere, se distribuirán en las próximas tres temporadas. Es decir, la deuda sigue y solo se extiende a otras campañas en las que ya habrá nuevo presidente. Esta rebaja salarial la empezó Bartomeu, pero tras su dimisión se hizo cargo la Gestora.
El Camp Nou
Cabe recordar que la promesa de renovar las instalaciones del FC Barcelona se remontan a los inicios de Bartomeu como presidente de la entidad. Sin embargo, por unas razones y otras las obras no han avanzado salvo las del campo del Barça B, ya finalizado. El Palau de baloncesto y otras secciones de interior se ha retrasado y el Camp Nou, como ha confirmado la propia Gestora, necesita mejoras.
Hasta el momento se contaba con que las obras y el proyecto del Espai Barça se iban a paralizar y alargar en el tiempo. Sin embargo, lo que no se tenía en cuenta es que hubiera que acometer obras menores para evitar que el estadio vaya perdiendo partes de su estructura. Tusquets, máximo representante de la Gestora, desveló la necesidad de realizar dichas mejoras para evitar que el Camp Nou se venga abajo.
"Hay zonas en la que se está cayendo, literalmente. Hay una parte de la estructura del estadio que está cayendo. En alguna puerta de entrada al estadio se han caído trozos del techo", indicó en una entrevista para Rac1. "Hay que hacer obras de forma urgente", aunque lo que se desconoce es con qué fondos y qué inversión supondrá. En unos meses el público estará de vuelta y el nuevo presidente ya estará al frente del club.
Sin fichajes
El club no puede acometer ningún fichaje. De hecho, ya en el último mercado no lograron cerrar a Depay y García, peticiones de Koeman para su plantilla, ante la falta de una venta que dejara un hueco tanto físico como económico en el equipo azulgrana. Las cosas, con el mercado de invierno como nuevo frente, no parece que vayan a cambiar. Y el propio técnico ha reconocido que no hay dinero.
Precandidatos como Joan Laporta incluso han asegurado que no prometerán ningún fichaje durante la campaña electoral. Un tema que entre los aficionados siempre tiene una gran relevancia y que, sin embargo dejará de lado el expresidente azulgrana. Además, teniendo en cuenta que las elecciones se producirán la última semana de enero, con menos de siete días para que se cierre la ventana de traspasos, la Junta Directiva entrante tendrá esa complicación extra.
Pase lo que pase, la clave del Barcelona seguirá estando en Leo Messi. El delantero del FC Barcelona no ha aclarado su futuro y dejar la entidad catalana de forma gratuita sería todo un varapalo para sus cuentas. Por eso Tusquets defendió que en verano se tendría que haber vendido al argentino, porque de un plumazo se habrían solventado los problemas económicos a corto plazo. El desenlace, primero en enero y puede que en verano.
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