Lo que ha ocurrido en el Parque de los Príncipes entre el martes y el miércoles ya forma parte de los libros de historia del fútbol y el deporte en general. El día que un partido de la Champions League, una de las grandes competiciones del mundo, se paró por culpa del racismo. Triste a la par que emocionante, puesto que nadie se podía imaginar algo así hace no tanto tiempo.
El 2020 ha sido un año especial para todos. La pandemia, con todo lo que se ha llevado y el tiempo de reflexión que dejó; los estadios que hoy todavía permanecen vacíos aunque se van llenando poco a poco. El día que vuelvan a estar llenos, todo habrá cambiado. Y en el deporte, uno de esos grandes cambios es que el racismo ya no tiene cabida en sus disciplinas.
Se lleva tiempo trabajando, pero sin duda este año ha sido en el que todos han dicho 'basta' para erradicar el racismo. Lo que ocurrió en París, durante el partido entre el PSG - Basaksehir, no es más que la última muestra de ello. Un comentario que tiempo atrás habría pasado casi desapercibido ("ese negro") fue suficiente para parar un partido de la competición más importante en el mundo del fútbol.
La imagen de jugadores del PSG, entre ellos grandes estrellas como Neymar y Mbappé, y los del Basaksehir unidos pasará a la historia. También la de todos ellos y el nuevo cuerpo arbitral arrodillados y con el puño al aire este miércoles sobre el círculo central del terreno de juego y le lema 'No to racism' que tantos años lleva enseñando la UEFA y que hasta ahora no había sido tan determinante.
Aún hay mucho que aclarar en torno a lo que sucedió el martes con Sebastian Coltescu, Octavian Sovre y el banquillo del Basaksehir. Todavía falta escuchar a los protagonistas y son muchos los que esperan una disculpa tan necesaria como conveniente en un momento así. También se esperan sanciones si se demuestra que hubo racismo.
'Caso Williams'
El racismo ya se castiga y en España hace solo unas semanas se ha marcado también ejemplo. Se trata del 'caso Iñaki Williams', jugador del Athletic que el pasado mes de enero sufrió en el estadio Cornellá-El Prat los insultos de tres individuos que gritaron "uh, uh, uh", gesto de los primates, para tratar de humillar al delantero solo por su color de piel. El caso no ha quedado impune y eso es motivo de celebración en un país donde tampoco hace mucho hasta se tiraban cáscaras de plátano al césped.
LaLiga denunció los hechos, la Fiscalía asumió la investigación y los Mossos, con ayuda de las cámaras de seguridad, encontraron a los tres aficionados. Dos de los individuos, el tercero es menor de edad, son ya investigados. El Juzgado de Instrucción número 2 de Cornellá abrió hace unas semanas una investigación tras admitir a trámite la querella, la primera que presenta el servicio para delitos de odio de la Fiscalía de Barcelona por insultos en las gradas de los campos de fútbol.
NBA y 'Black Lives Matter'
Y si se habla de racismo y movilización del deporte no hay que olvidarse del paso adelante que dio la NBA, la gran competición deportiva donde se ve representada en mayor número la comunidad afroamericana. Del plantón en París del otro día al boicot en la NBA el pasado mes de agosto contra la brutalidad policial contra las personas negras en Estados Unidos.
Los Milwaukee Bucks dijeron hasta aquí y, seguidos por el resto de equipos, paralizaron los playoffs de la NBA. El pabellón donde los Bucks iban a jugar contra Orlando Magic aquella noche se quedó vacío. El lema Black Lives Matter, que en 2020 se ha convertido también en un movimiento global, por todas partes, incluidos otros deportes como la Fórmula 1.
Un gesto racista lo ha vuelto a detonar todo y ha demostrado que 2020 también ha sido el año en el que el deporte decidió erradicar el racismo. Ahora tocarán unas disculpas o una sanción porque decir "ese negro" es racista, partiendo desde el punto que a un futbolista blanco no se le diría lo de "ese blanco". En Rumanía las autoridades ya han desaprobado el comportamiento de sus colegiados. El mundo entero también.
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