El sueño de la selección vasca de fútbol está más cerca. Parece complicado, casi imposible, que se acabe cumpliendo. Sin embargo, el último paso dado por la federación autonómica, respaldo del Gobierno vasco incluido, supone un nuevo avance en el camino hacia la conocida como oficialidad. Es decir, el reconocimiento para participar con equipo propio en torneos internacionales y continentales de selecciones.
Todo este proceso comenzó a ganar relevancia en el 2018. La asamblea de la federación vasca impulsó, por unanimidad, el proceso para obtener la oficialidad. Había que presentar la documentación necesaria para que UEFA y FIFA, principales organismos del fútbol europeo y mundial, aceptaran a la federación vasca como miembro de pleno derecho. Una propuesta que contó con 43 votos afirmativos y una abstención tras la reunión de Durango.
"Manifestando la voluntad de consecución de oficialidad internacional de sus selecciones representativas, la Federación Vasca acuerda para su materialización solicitar formalmente la integración directa en la UEFA y la FIFA", explicaba el orden del aquel día. Dos años después, y con Luis Mari Elustondo a unas semanas de celebrar elecciones a la federación, se ha producido el esperado paso.
De por medio ha habido una pandemia sanitaria que ha ralentizado todo. Y, muy importante, una notable inestabilidad política que se esconde tras esta reclamación. Porque, como se ha comprobado en la propia presentación de la petición en Nyon y Zúrich, el Gobierno vasco liderado por el PNV es uno de los grandes impulsores en el reconocimiento.
Si en diciembre de 2018 se confirmaba la intención de tener selección propia, un año después se plasmaba en un acuerdo político. El PNV pactó con el PSOE para sacar adelante la investidura de Pedro Sánchez. Un total de 12 puntos que ambos partidos firmaron para llevar a cabo durante el gobierno de coalición con Unidas Podemos. El 11, que llamó la atención pero que en términos políticos pasó desapercibido, era claro.
PSOE y PNV asumían "abrir cauces para promover la representación internacional de Euskadi en el ámbito deportivo y cultural". Esto es, trabajar en que la selección vasca fuera una realidad. Andoni Ortuzar, líder del partido, lo explicó en su día tras rubricar el acuerdo. En el mundo deportivo existía una "decena larga de deportes y federaciones" que dejaban la puerta abierta a la participación de selecciones no estatales. Este sería el caso de la selección vasca.
El mismo presidente de la federación autonómica, Luis Mari Elustondo, desveló en una entrevista que existía un "preacuerdo" entre gobierno central y vasco para llevar a cabo la iniciativa. Se formó un gran revuelo, llegó al Congreso y el dirigente tuvo que rectificar en público. Según expresó, todo se debía a una mala explicación. Sin embargo, el antecedente del pacto PSOE-PNV del 2019 y su misma revelación en una entrevista publicada en Noticias de Gipuzkoa el 19 de noviembre eliminan la posibilidad de un simple error de expresión.
Un año después del pacto, y como si de un calendario fijado se tratara, la federación vasca ha llevado a cabo el movimiento más esperado. Y justo después de que algunos jugadores presionaran por carta a la cúpula federativa para que dieran el paso hacia UEFA y FIFA. Entre otros, además, lo firmó un internacional con España como Illarramendi.
La satisfacción en las esferas nacionalistas es evidente. Gobierno vasco y federación autonómica llevaban trabajando en ello mucho tiempo. De ahí que a entregar la documentación haya habido representación tanto política como deportiva, y muy importante, de expertos en derecho como el abogado David Salinas-Armendariz. La documentación aportada a ambos organismos cuenta incluso con informes legales para que sean aceptados.
Sin respuesta
Pese a las fotografías y la parafernalia, no hay muchas opciones de que salga adelante su petición. Y menos si no cuentan con el apoyo de la Real Federación Española de Fútbol. Según trasladan fuentes federativas a EL ESPAÑOL, la opción de una selección vasca es "irrealizable" y ven el proceso como algo "cíclico" que ya se ha producido en otras ocasiones. Y es que cabe recordar que Luis Rubiales ya rechazó esa posibilidad en 2018 cuando la asamblea vasca sacó la iniciativa adelante.
La expedición vasca llegó a Zúrich y Nyon, pero en ninguna de las sedes tuvieron las puertas abiertas. Tanto por las medidas de seguridad derivadas de la Covid-19, como por la falta de autoridad del organismo autonómico, no fueron recibidos por ninguna comitiva ni dirigente de los entes deportivos. Una situación que, como trasladan a este periódico, demuestra las escasas opciones que tienen de conseguir formar parte como miembros independientes y de pleno derecho.
¿En qué se apoya la federación autonómica y el Gobierno vasco para poder llevar a cabo su oficialidad? En aquellas selecciones con relaciones algo complicadas como Gales y Reino Unido. El Swansea, equipo galés, participó en la Premier League. Sin embargo, tiene una selección independiente. Es justo el ejemplo por el que sueñan el País Vasco.
La respuesta de UEFA y FIFA será negativa salvo sorpresa de última hora. Los estatutos de UEFA subrayan que solo podrán integrarse las federaciones nacionales reconocidas como estado independiente. La FIFA, por su parte, requiere el apoyo de la federación nacional. Y, como informan a este periódico, con este requisito no se va a contar. De hecho, en el comunicado de la federación vasca, se recalca que quieren negociar con el organismo de Las Rozas.
Entonces, con UEFA, FIFA y RFEF dando la espalda a la selección vasca, solo quedará la posibilidad de acudir al TAS. Allí están acostumbrados a resolver conflictos de este estilo. Kosovo, estado que se independizó de Serbia y que no es reconocido por algunos países como España, sí está reconocido por la UEFA y jugará de hecho la clasificación para el Mundial ante el combinado de Luis Enrique. Otro ejemplo más reciente es el de Bonaire, una isla caribeña cercana a Venezuela y que pertenece a Países Bajos. Quieren participar de forma independiente, la FIFA rechazó esa opción y presentaron un recurso al TAS el pasado mes de septiembre.
¿Quién jugaría?
La selección vasca no ha podido jugar muchos en los últimos tiempos. La pandemia de la Covid-19 ha ayudado a negar esa posibilidad, pero también la elaboración de un calendario cada vez más apretado y que obliga a los clubes a rechazar que sus jugadores participen en amistosos sin ningún valor como los organizados por la federación vasca.
En las últimas semanas, sin embargo, lograron cerrar un encuentro ante la Costa Rica de Keylor Navas. La intención es enfrentarse con selecciones de gran nivel y así demostrar que tienen potencial suficiente como para participar en la Nations League, competición que ven más factible para iniciarse en el mundo de la oficialidad.
Para ese duelo ya hubo cierta polémica. Equipos que no cedieron a sus jugadores para el conjunto de Javier Clemente pese a ser convocados, como el caso de Javi Martínez y Fernando Llorente, y otros que alegaron problemas físicos para que sus estrellas no jugaran con la selección de Euskadi. Una situación que cambiaría notablemente si fueran reconocidos como están reclamando. País Vasco, de hecho, tendría un equipo muy competitivo.
[Más información: La Federación Vasca presenta ante FIFA y UEFA la solicitud para ser miembro de pleno derecho]