Cuando todo parecía ir sobre ruedas para el Atlético de Madrid, ha llegado la Copa del Rey y le ha devuelto a los infiernos, esos que parecían olvidados en el año en el que ganar la liga no era un sueño, sino una obligación tras el gran inicio de campeonato realizado. Sin embargo, cuando los rojiblancos volvieron a ponerse el traje de víctimas, tropezaron de nuevo con la misma piedra, la del torneo que más se les atraganta en los últimos años.
El 'Cholo' Simeone, líder de este proyecto por momentos autoritario y personalista, ya dejó caer antes del partido sus dudas con este compromiso copero, un duelo en una competición que afrontaban con la ilusión de llegar lo más lejos posible, pero que no han cuidado en esta segunda ronda. El conjunto rojiblanco ha tirado un título a las primeras de cambio y aunque ahora se intente vender que es algo positivo para gozar de más descanso, una derrota nunca puede tener ni unas mínimas connotaciones positivas. Y menos, cuando se produce ante un equipo de Segunda B, que con ilusión y esfuerzo ha asestado un duro golpe a lo más profundo del cholismo.
Esta dolorosa derrota ha servido también de excusa para volver a interpretar ese papel de equipo pequeño que huye de favoritismos. Los rojiblancos conformistas como Simeone han recibido la oportunidad de alojarse en la suite principal del hotel del conservadurismo, y es que si el Cornellà ha podido con ellos, cómo no lo van a hacer los 19 equipos de Primera División, categoría en la que deberían ser los máximos favoritos al título, condición que van a querer negar hasta el último partido.
Errores del pasado
El Atlético de Madrid y el 'Cholo' Simeone han vivido grandes momentos en la Copa del Rey, pero por desgracia para la hinchada rojiblanca, esos recuerdos forman parte de un pasado ya muy lejano. En las últimas temporadas, el torneo copero se ha convertido en un auténtico dolor de cabeza para los colchoneros, que se han acostumbrado a perder ante equipos de menor nivel y categoría. El del Cornellà ha sido el tercer fiasco consecutivo.
El equipo madrileño se propuso olvidar el fracaso vivido el pasado año al caer ante un Segunda B como la Cultural Leonesa. Aquella derrota ya puso contra las cuerdas el proyecto de Simeone. Sin embargo, después llegaron triunfos como el de Liverpool y volvieron a revitalizar a un equipo que encontró en la pandemia un oasis de paz deportivo, ya que aprovechó el parón para recomponerse y darle la enésima oportunidad al proyecto del argentino, al que muchos veían ya superado.
Por la propia idiosincrasia del técnico, fue uno de los mayores revulsivos que ha encontrado el Atleti en su historia llegando en el momento más necesario posible. Sin embargo, le ha costado dar el paso hacia la grandeza que demanda un equipo como este Atlético de Madrid. Este año, ese avance parecía haber llegado, especialmente en LaLiga, pero la Copa ha abierto heridas del pasado y ha vuelto a sembrar la duda de si realmente, Simeone ha agotado ya su proyecto del partido a partido y aspavientos desde el banquillo.
La ya famosa derrota ante el UE Cornellà ha sido el capítulo que este 2021 le tenía reservado al Atlético después de haber vivido el citado ante la Cultural Leonesa y el de hace dos temporadas frente al Girona, un equipo que terminó ese año descendiendo a Segunda División. La Copa, que podía ser un torneo idóneo para el Atleti, le saca año tras año las vergüenzas.
Un título accesible
A pesar de que cada año se afirma que esta vez sí, que el Atleti va para arriba, este curso parecía ser una certeza casi absoluta. Los colchoneros son líderes en la liga con cierta solidez, ya que aventajan al Real Madrid en dos puntos y le sacan dos partidos, y al Barça en siete, sacándole también dos encuentros. Es prácticamente imposible imaginar un escenario mejor para los rojiblancos. Por eso, parecía el año.
Sin embargo, el fantasma de la Copa ha llegado para sembrar la duda, para hacer que el proyecto de Simeone se empiece a tambalear de nuevo y que la sombra de que lo visto en la liga sea un espejismo vuelva a rondar la conciencia de los aficionados colchoneros. Por qué renunciar de esta forma a un título a pesar de que el objetivo principal sea una liga que se ha puesto a tiro. Eso es lo que piensan muchos.
En el mejor de los casos supone ganar un doblete que sería histórico, y en el peor, tener una competición que permite tocar metal estando acertado en una serie de partidos, además de jugar la Supercopa de España el próximo curso, algo que hicieron en 2020 y que no podrán hacer en 2021.
Además, los colchoneros han sido testigos en las últimas semanas de cómo el Real Madrid se ha apuntado a la fiesta por LaLiga cuando hace apenas dos meses estaba casi desahuciado, lo que arroja todavía más dudas sobre las opciones reales de ganar el título. Las hay, pero con un Madrid enchufado y en claro crecimiento, siempre serán menos. Eso, si el Barça de Pedri y Messi no retoma el vuelo a tiempo y se mete también en una pelea que podría ser muy dura hasta final de temporada.
Por el camino se quedará el enfrentamiento contra el Chelsea en los octavos de final de la Champions, el cual ha adquirido una importancia superlativa, a pesar de que ganar la Copa de Europa sí sea un reto muy difícil. No obstante, el fracaso contra el Leipzig en Lisboa todavía duele, en otro año de esos que llamaban 'del Atleti' por el formato especial a un partido que había tomado la Champions y su fase final tras la pandemia.
Los días clave
El Atlético de Madrid de este año era el que lidera LaLiga con puño de hierro, el que vuelve a ser un muro defensivo que tiene a Oblak como Zamora destacado tras la demostración de fortaleza del pasado año del Madrid de Courtois, y el que por fin tiene un delantero de talla mundial. Luis Suárez cambió el Camp Nou por el Wanda Metropolitano y ahora lucha por el pichichi de rojiblanco.
Además, este Atlético de Madrid era un equipo más ofensivo, que había aprendido a jugar con balón, no solo sin él, que dominaba y gobernaba los partidos sin echarse atrás y en el que Joao Félix, la joya de la corona y el fichaje más caro de su historia, era la piedra angular. Sin embargo, el portugués acumula ya varios partidos sin ser decisivo, suma un gol y una asistencia en los últimos diez choques, y vuelve a revivir su pesadilla de conflictos, cambios y gestos con Simeone.
A eso se suma que jugadores como Saúl, Vitolo, Lemar o Lodi no están dando la talla, que ha perdido la poca pólvora que le quedaba arriba con el adiós de Diego Costa, que sigue pendiente de los problemas de Trippier, que Kondogbia no es ni mucho menos lo que era Thomas Partey y que el buen momento de jugadores como Koke o Marcos Llorente no será eterno.
Además, desmontando en cierto en modo al Atleti campeón de todo que muchos ya han enviado a Neptuno varias veces este año, es obligado afirmar que en los días claves, el Atleti no ha dado la talla y que ha pasado más problemas de los esperados. El primer gran partido del curso fue el que le midió al Bayern Múnich de Hans Dieter-Flick. Los alemanes, sin pisar en exceso el acelerador, les metieron cuatro y demostraron quien era el mejor equipo del grupo de la Champions. En el encuentro de vuelta, con un Atleti necesitado y un Bayern ya clasificado y lleno de suplentes, los de Simeone no fueron capaces de pasar del empate en otro día marcado en rojo en el que no dieron la talla.
Por el camino también se han dejado puntos importantes en sus dos partidos contra el Lokomotiv que a punto han estado de poner en aprietos su presencia en los octavos de final, lo que habría supuesto revivir los fantasmas del pasado, pero esta vez con un nuevo Qarabag. Finalmente, avanzaron a duras penas como segundos y hasta tuvieron suerte en el sorteo, ya que el Chelsea no era ni mucho menos el rival más temido. Acechando estaban también viejos fantasmas como Cristiano Ronaldo, habitual en las noches más oscuras del Atleti de Simeone.
El otro gran partido en el que el Atleti ha pinchado este año y que era una gran oportunidad para dar un golpe en la mesa fue el derbi ante el Real Madrid. Muchos preveían que sería el final de la era Zidane en el banquillo merengue y el alirón rojiblanco por el título de liga. No obstante, los blancos hicieron un partido soberbio y pusieron en su sitio a un equipo que, tal y como demuestran estos resultados, a pesar de su buen año, acumula ya varios pinchazos sonados.
Una derrota peligrosa
El duro golpe frente al Cornellà podía suponer un simple traspiés, un error de un mal día que sirviera de acicate para una plantilla que por primera vez en muchos años está de verdad peleando por la liga con los más grandes. Sin embargo, ya se encargó Simeone en rueda de prensa después del partido de alejar esas miras optimistas.
En lugar de animar al equipo y de dar la cara tras la derrota, se encargó de sacar el tema de su futuro, de correr una cortina de excusas para tapar el desastre y la enésima debacle copera, dando a entender que su proyecto podía estar terminado, que entendería que el club tomara una decisión y que quizás la próxima temporada no estaría ahí, en una nueva edición del torneo para evitar otro fracaso semejante.
Para colmo, el buen rollo de principios de temporada parece haberse esfumado, sobre todo con su estrella Joao Félix, al que vuelve a tener a raya para que no sobresalga y le haga sombra. Cuando el luso comenzaba a maravillar a todos los colchoneros, Simeone ha conseguido apagarle de nuevo y que este solo aparezca con pequeños fogonazos como ante el Alavés. Y cuando se siente el verso libre de su equipo apocado, lo manda al banquillo, como ante el Real Madrid.
Por ello, lo que podía ser una simple derrota podría abrir una pequeña grieta que con el paso de los días se haga insalvable. Las caras en el Atlético de Madrid ya no son de felicidad, ni siquiera de ganas de revancha, sino que son caras largas y de pocos amigos, quizás hasta de desconfianza en un proyecto que ante el primer soplido de aire que ha llegado, amenaza con derrumbarse como un castillo de naipes.
Muchos creían que el proyecto de Simeone ya había tocado fondo al término de la pasada temporada y este fracaso puede hacer que ese sentimiento vuelva suponiendo el principio del fin de un equipo que sigue siendo el principal favorito a ganar la liga, o que, mejor dicho, no debería perderla. En el futuro del Atleti y del 'Cholo' vuelven a coger fuerza los rumores de su llegada a la selección argentina o al Inter de Milán, mientras que la eliminatoria ante el Chelsea, con derbi entremedias incluido, vuelve a ganar una importancia vital. Una derrota ahí, si la situación en liga no se mantiene, puede ser el fin.
[Más información - Simeone deja en el aire su futuro en el Atlético para la próxima temporada]