Si por algo se caracteriza históricamente el Rayo Vallecano es por la unidad. La fusión de una plantilla con un barrio obrero. El peso de una afición exigente que entabla lazos con los jugadores a los que animan desde la grada. La pasión y la lucha por seguir creciendo a pesar de las adversidades económicas y deportivas. Una imagen lastrada en los últimos tiempos y que deja ver dos bandos completamente opuestos.
Por un lado, la cúpula del club liderada por Raúl Marín Presa. El presidente de la entidad no cuenta con el respaldo de gran parte de la afición rayista. Y especialmente del grupo ultra 'Bukaneros', habitual en el fondo del campo vallecano cuando el público estaba permitido en los estadios de fútbol y que comanda la campaña contra la actual dirección de la entidad. Ni contar con David Cobeño en la dirección deportiva, histórico del club, le ha permitido ganarse a los jugadores.
Por el otro, además de un amplio sector de la afición, las plantillas de las diferentes secciones rayistas. Porque una de las grandes complicaciones de la crisis institucional que vive el Rayo es que tanto el primer equipo masculino, como el primer equipo femenino, como los entrenadores de las diferentes categorías inferiores, han emitido sendos comunicados criticando la gestión y denunciando una serie de reclamaciones como impagos, protocolos o falta de comunicación.
La tensión es total. A pesar de que Raúl Marín Presa, en una entrevista exclusiva con EL ESPAÑOL, subrayó que "todos los contratos, si no tienen una incidencia, están todos al día". "Al hablar de retraso estamos hablando de unos pocos días por una situación excepcional. El Rayo es un equipo que lleva años pagando religiosamente a todo el mundo. Cualquier cosa que se diga es falsa", expresó el dirigente rayista.
Sin embargo, en el último comunicado emitido por los jugadores, se vuelve a reclamar el pago total de las nóminas que faltan. En la posterior respuesta del club, además de pedirse disculpas, se explica que algunos retrasos forman parte de los efectos de la Covid-19 en la administración del club. Crisis que, pese a todo, no han logrado tumbar el rendimiento deportivo de ninguna de las dos principales plantillas del Rayo Vallecano.
El Rayo, ascenso y Copa
El equipo entrenado por Andoni Iraola no lo ha tenido fácil desde el inicio de la temporada. Pero, especialmente, ha sido en las últimas semanas cuando las complicaciones han aumentado. O, al menos, se han hecho públicas. Si anteriormente ya habían mostrado el respaldo total a sus compañeras del equipo femenino, y por ende a sus críticas a la directiva de la entidad, con la llegada del temporal Filomena se pasó a la acción en redes sociales.
Varios jugadores del Rayo, que se vieron obligados a ponerse a remolcar varios coches atrapados por la histórica nevada que cayó en Madrid, mostraron su oposición a las condiciones que estaban viviendo en redes. Pero el paso al frente llegaría por medio de un comunicado oficial y conjunto en el que se ponían de manifiestos varios problemas graves que atravesaba la entidad.
El club, según denunciaban los jugadores, había rechazado un acuerdo para el ERTE aplicado a la plantilla. Tampoco habían hecho caso a las alertas del estado del césped tras la borrasca Filomena. Y, lo más importante, decían textualmente que "determinadas actuaciones del club van en contra de las medidas básicas" contra la Covid-19. Y es que, cuando el viaje a Miranda del Ebro no se pudo producir por el temporal, los jugadores quedaron atrapados cinco horas en el autobús -sin medidas anti-Covid, según denunciaron- y, ante las dificultades para regresar a sus casas, algunos hicieron cosas "expresamente desaconsejadas por LaLiga".
Todo ello, respondido en otro comunicado por el Rayo, no ha servido para poner trabas al crecimiento deportivo de una plantilla que sueña con el ascenso y con llegar más lejos en la Copa del Rey. El Rayo no ha perdido ninguno de sus últimos cinco partidos y ya es cuarto en Segunda División a menos de diez puntos del líder.
Además, en la Copa del Rey se han convertido en el único equipo madrileño del fútbol profesional. Junto al Navalcarnero, son los dos únicos representantes de la región en la competición del K.O. Y, para culminar, se tendrán que enfrentar al Barcelona en la pelea por un puesto en los cuartos de final de la Copa del Rey. Proezas con las que se sueña tras ganar a un Primera como el Elche y que, como ha reconocido Iraola, "a nivel de resultados es el mejor momento del equipo".
Su petición, en vista de lo comunicado por el club, fue escuchada. El Rayo ha prometido mejorar la comunicación interna para evitar este tipo de conflictos y rebajar la tensión.
Las chicas también cumplen
A pesar de que las diferencias con la cúpula del club existen en tanto en la sección femenina como en la masculina, es esta primera la que más conflictos ha tenido en los últimos meses con la dirección. Cabe recordar que el Rayo fue protagonista desde un primer momento en el fútbol femenino: ante la falta de un protocolo aprobado, fue el único que se negó a comenzar los entrenamientos para iniciar la temporada lo antes posible. Mediante un pacto con la RFEF, organizadora de la competición, se les permitió tener el tiempo requerido para prepararse y, por ende, comenzar más tarde la liga.
Una de las grandes grietas surgió hace unas semanas. Fue a mediados de diciembre cuando la primera plantilla mostró en redes sociales su enfado por el trato que estaban recibiendo. Un bocadillo de pavo, que se les entregó como pícnic para recuperar físicamente tras una jornada, sirvió como detonante de todas las críticas.
Las jugadoras, según pudo saber EL ESPAÑOL, reclamaban cuestiones como mejoras salariales o el cumplimiento de los pagos. El enfado fue de tal calibre que incluso se barajó el hecho de plantarse y no jugar la jornada liguera en forma de protesta. Un escenario que se descartó para evitar tensar aún más la situación.
El asunto parecía haber quedado ahí. Sin embargo, Martín Presa desveló en EL ESPAÑOL que se estaba investigando una parada no autorizada y que podía romper el protocolo sanitario. Algo que, igualmente, no sentó bien en el vestuario. Y, semanas después, algo similar ha vuelto a abrir el frente de batalla.
El Rayo, por medio de un comunicado oficial emitido de madrugada, desvelaba que había varias jugadoras del Rayo que habían regresado desde Barcelona a Madrid por medios no dispuestos por el club y que rompían el protocolo. "El Rayo Vallecano está estudiando estos hechos en orden a esclarecerlos y en su caso adoptar las medias disciplinarias correspondientes", indicaron.
Gesto que, una vez más, tampoco ha gustado entre las chicas. Según ha podido confirmar EL ESPAÑOL, aquellas jugadoras que regresaron a la capital en AVE o avión, costeado por ellas mismas y para así evitar llegar de madrugada y poder trabajar o estudiar al día siguiente, no lo hicieron en forma de rebeldía sino que contaron con un permiso.
El Rayo Femenino, inmerso en este conflicto y a la espera de que el club pueda iniciar una sanción contra algunas de las jugadoras, sigue en la zona media de la tabla, con cinco puntos por encima del antepenúltimo clasificado. Además, cualquier expediente sancionador deberá cumplir con el Convenio Colectivo y por el que las jugadoras, una vez conocida la intención de sanción, podrían poner el caso en manos de los sindicatos.
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