El Barça vuelve a estar unido. Hacía tiempo que no se veía comunión en el barcelonismo y el causante es el PSG debido a su interés por Leo Messi. Que el club del Parque de los Príncipes se lanzará a por el argentino cuando se acabe la temporada no es un secreto. Lo han dicho por activa y por pasiva varios de los actores principales de la entidad, desde Leonardo hasta Di María pasando por Neymar y Mauricio Pochettino.
En el Barça no han sentado bien los guiños hacia Messi. No gusta el juego del PSG para convencer a Leo, que en unos meses será libre para irse al equipo que quiera. En los últimos días se han sucedido los ataques hacia el equipo galo provenientes de diferentes rostros culés. Ronald Koeman respondía casi al instante a Di María esta semana: "Es una falta de respeto lo que está haciendo el PSG con Messi", decía.
Al técnico holandés se han sumado las respuestas de dos de los candidatos a la presidencia. "Le faltaron el respeto al Barça [...] Todavía les queda mucho por aprender en el mundo del fútbol", dijo Laporta. Parecido fue el discurso de Victor Font: "Aprovecho para pedir a los dirigentes del PSG que respeten al Barcelona y a un jugador que ha dicho que se esperará a final de temporada para tomar una decisión y más a 12 días de que juguemos una eliminatoria muy importante", se explayaba.
El enfado del Barça es monumental, aunque muchos opinan que tan solo están probando de su propia medicina. Y es que en los últimos años, los movimientos del club catalán en el mercado han dejado mucho que desear en cuanto a 'fair play'. Son varios clubes los que han acabado molestos por las estrategias de la directiva de Josep Maria Bartomeu, entre ellos un PSG que ahora parece volver a tomarse la revancha.
Denuncia por Griezmann
El caso más claro por todos es el de Antoine Griezmann, que negoció en marzo su fichaje por el Barcelona que se acabó cerrando meses más tardes, en verano de 2019. El Atlético de Madrid lo denunció, aunque todo se acabó saldando con una irrisoria multa de 300 euros.
Enfado del Liverpool
O el 'caso Coutinho', en el que el Liverpool acabó tan enfadado con el Barça que incluyó en la venta del brasileño una cláusula para que los culés no pudieran intentar el fichaje de otros de sus jugadores en un periodo de tiempo. El enfado red vino por la forma de negociar del club catalán, que por ejemplo pidió pagar 82,2 millones de euros en un plazo de cinco años recién cobrados los 222 'kilos' de Neymar.
El Liverpool, en aquel verano, le cerro la puerta al Barça tras aquello y rompió las negociaciones por sus malas formas de actuar. Pero la presión azulgrana no cesó y siguió detrás de Coutinho para lograr su fichaje que, eso sí, acabó disparándose hasta casi 150 millones.
La rebeldía de Dembélé
El Barça ha captado a varios de sus fichajes ejerciendo presión o mandando a los futbolistas presionar, como ocurrió con Ousmane Dembélé. "¿De verdad se cree en serio que un veinteañero le dice a su club 'ahora ya no vengo al entrenamiento' sin la benevolencia de su posible nuevo club? En la vida", decía Hans-Joachim Watzke, gerente del Borussia Dortmund, tras la rebeldía de un Dembélé que se negó a entrenar para forzar su traspaso al club catalán en 2017.
"El respeto exige que uno hable con un club", se quejaba el Dortmund en aquel entonces y respeto es lo que ahora piden unos y otros al PSG por Messi. Y en eso de 'tocar' jugadores sin hablar con sus clubes, el Barça ha demostrado ser un experto a lo largo de los años.
'Tocar' a jugador del PSG
En París es difícil que olviden cuando el Barça 'tocó' a Marco Verratti y el PSG reaccionó 'robando' a Neymar con el pago de su cláusula. El pique entre ambos clubes siguió con el interés y acercamiento de los culés con Marquinhos y, sobre todo, Adrien Rabiot, a quien el PSG se negó a traspasar al Barça por el comportamiento en las negociaciones a sus espaldas.
También está reciente la intentona de Neymar por volver a España hace dos veranos. Con el Real Madrid de por medio, sin querer entrar en los juegos azulgranas, el PSG acabó otra vez harto con la forma de llevar el Barça la negociación. Un 'saco' de jugadores sobre la mesa, movimientos hacia adelante y hacia atrás y forzando la maquinaria para que Neymar llevara su rebeldía al límite. El PSG dijo basta.
Fichajes 'robados'
Hay más casos, clubes que tenían cerrados fichajes hasta la intromisión de malas maneras del Barça. En estos casos, también la culpa está en el club de origen. Todavía persiste el enfado de la Roma cuando llegó a anunciar un acuerdo por el fichaje de Malcom y el Barça se lo quitaba en la cara. O, este último verano, cuando el Ajax decidió retrasar su acuerdo con el Bayern Múnich por Sergiño Dest para esperar al Barça y vendérselo por menos dinero.
Y el 'caso Braithwaite'
Y solo unos meses antes, el penúltimo capítulo de los juegos sucios del Barça: el fichaje de Braithwaite. La lesión de Dembelé habilitó al Barça fichar fuera de mercado y pagó la cláusula del delantero danés al Leganés. El club pepinero, sin poder reaccionar, sufrió la pérdida de su estrella por el entonces líder de La Liga y acabó descendiendo. "El Barcelona sabe el perjuicio que puede hacer con la marcha de Braithwaite", lamentaba el Leganés, pero el Barça aprovechó la norma para volver a practicar su malas artes.
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