"Algunos pretenden, alargando el proceso, parar lo que es inevitable. El cambio es imparable". Así impulsaba Luis Rubiales su candidatura a presidir la RFEF e iniciar una nueva etapa tras Ángel María Villar. Era el año 2018 y dejaba claras sus intenciones. Un legado marcado por la pulcritud en la gestión, la renovación de la institución y una limpia completa de imagen.
Algunos de los objetivos los ha conseguido. De hecho, renovó su presidencia sin oposición en la última asamblea. Sin embargo, la imagen de la RFEF sigue distando mucho de la casa común del fútbol español. Rubiales mantiene abiertas varias batallas con las principales asociaciones de clubes del fútbol, fútbol femenino y fútbol sala del país. También han empeorado los vínculos con el sindicato que él mismo presidió (AFE). Y los conflictos judiciales, que parecían quedar en la anterior etapa de la Federación, son el pan nuestro de cada día en el organismo de Las Rozas.
El último, y que puede marcar un antes y un después, ha llegado con la imputación de Luis Rubiales por coacciones, amenazas y prevaricación tras una querella interpuesta por la Asociación de Clubes de Fútbol Femenino. El Juzgado de Instrucción nº8 de Majadahonda investigará al presidente de la RFEF, así como a su mano derecha, Andreu Camps, por estos presuntos delitos. Es más, el caso también se ha puesto en conocimiento de la Fiscalía Especial Contra la Corrupción y la Criminalidad Organizada.
La querella, en resumidas cuentas, acusa a la RFEF de realizar una "campaña de acoso y hostigamiento" a algunos clubes de la Liga Iberdrola para hacerse con sus derechos televisivos, que salvo comercialización con alguna entidad, pertenecen a cada club. Rubiales tendrá que declarar en abril, al igual que lo harán en diferentes fechas Camps e Iñaki Mikeo Etxarri, responsable de fútbol femenino de la RFEF.
Defensa ante la imputación
El organismo presidido por Rubiales, horas después de que se conociera la imputación, ha emitido un comunicado mostrando su total desconocimiento del auto judicial y ha restado valor a la querella porque la ACFF está "vinculada a la LNFP", es decir, a LaLiga que preside Javier Tebas, enemigo de Luis Rubiales.
La defensa que realiza la RFEF en el comunicado se resume en la relación de la ACFF con la LNFP y en alguna victoria en lo Mercantil en diferentes pugnas con la Asociación en tema de derechos audiovisuales. Sin embargo, cabe recalcar que la querella habla de coacciones, amenazas y prevaricación, y no hace ninguna referencia a quién tiene razón en ese conflicto por los derechos audiovisuales. "La RFEF confía en la Justicia y, por lo tanto, está segura de que esta querella tendrá también el mismo destino que los anteriores procedimientos", concluyen en su comunicado.
Pese a que desde la Federación se le reste importancia, el simple hecho de haber imputado a Luis Rubiales ha supuesto un soplo de esperanza a aquellas organizaciones que mantienen batallas judiciales con el presidente de la RFEF -que no son pocas-. De hecho, en la misma querella de la ACFF se indica que la forma de actuar de Rubiales fue la misma para "tratar de hacerse con otros activos audiovisuales como los correspondientes al fútbol sala o a las competiciones de fútbol en la Segunda División B y Tercera División". Según finalice este proceso, el panorama del fútbol nacional podría cambiar considerablemente.
Los otros conflictos
Porque, a las diferencias que tiene con LaLiga y que han llevado al CSD a interceder para permitir la disputa de partidos los viernes y lunes, se suma la misma denuncia que la ACFF puso en el CSD -con los mismos tintes que la que ha provocado la imputación- o las disputas con LNFS o ProLiga.
El conflicto con el fútbol sala es uno de los más populares. Los derechos televisivos están por un lado, pero también la batalla que tiene Rubiales con Javier Lozano, histórico de la disciplina en España y máximo representante de la LNFS. El presidente de la Federación, de hecho, tuvo que declarar el pasado mes de septiembre ante el juez por un posible delito de coacción. El líder de la LNFS se querelló y ese proceso aún sigue abierto hoy en día. La última imputación del presidente de la RFEF abre la puerta a que en este caso se pueda seguir el mismo camino.
Sin embargo, en lo que respecta a los propios clubes, la Federación ha hecho que la justicia tenga que determinar si el organismo federativo puede controlar la publicidad de las camisetas. La RFEF, como organizadora de la competición, quiere que los equipos porten el parche del organismo. Los clubes, conscientes de la importancia que supone para su economía su camiseta y el espacio publicitario, se negó a hacerlo gratis y sin ninguna negociación.
Postura que ya adelantó EL ESPAÑOL y que, además de estar a la espera de una respuesta final de la Justicia, ha obligado a que los equipos den marcha atrás en su postura oficial ante las constantes sanciones de hasta 2.000 euros. La RFEF incluso vinculó, tanto en el fútbol sala como en el fútbol femenino, la entrega de test Covid con el asunto del parche.
El caso de la Segunda B y Tercera sigue derroteros similares. ProLiga, asociación que representa a gran parte de los clubes humildes del fútbol español, fue una de las últimas en ganar levemente el pulso a la RFEF. La asociación presentó una denuncia ante la CNMC y el pasado diciembre se confirmó que el organismo abría un "expediente sancionador" al ente federativo "por posibles prácticas anticompetitivas relacionadas con la comercialización y explotación de derechos audiovisuales".
"Tales prácticas consistirían en atribuirse de manera exclusiva la explotación de todos los derechos audiovisuales de las competiciones", según se recogió de la nota oficial, "en detrimento de los derechos que correspondan a los clubes participantes en las mismas, abusando de su posición de dominio como entidad organizadora de las competiciones". El periodo máximo para una resolución es de 18 meses.
La imputación de Luis Rubiales, por lo tanto, puede marcar un antes y un después según su desenlace. En caso de vencer, el presidente se verá reforzado en su puesto. En caso de confirmarse el delito del que se le acusa, el resto de asociaciones que mantienen frentes judiciales similares con el presidente de la Federación verán vía libre para su victoria. En cualquier caso, la imputación llega en un momento clave: esta semana se estaban realizando reuniones con el fútbol femenino para acabar con la crisis generada por el protocolo Covid. La Federación confía en que la imputación quede en nada y los rivales de Rubiales que se confirme.
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