Las competiciones europeas están dejando una tendencia de resultados muy poco positiva para los equipos de La Liga. La goleada que encajó el Barça con el sello de Kylian Mbappé, las dificultades por las que pasó el Sevilla ante el Dortmund y la reciente derrota del Atlético frente al Chelsea han puesto en perspectiva una situación que deja en mal lugar el fútbol nacional. A esto se ha sumado la goleada del United a la Real Sociedad, que fue paliada por las victorias en Europa League de Granada y Villarreal.
La sensación de que el fútbol nacional se ha quedado atrás la tiene hasta el propio Ibai Llanos. El popular caster se preguntaba qué estaba pasando con los equipos españoles "que no le ganan ni a un equipo de cuarta división polaca". No hace falta exagerar hasta ese punto, pero sí que es verdad que toda esta situación de la Covid-19 está afectando mucho a los clubes de La Liga.
Aunque queda la vuelta de todos los partidos de Champions y las remontadas tendrán cabida, las últimas dos temporadas ya mostraron este déficit que ahora parece haber llegado a su cenit. A pesar del título de Europa League del Sevilla de la temporada pasada, en la máxima competición continental los ridículos y las derrotas sonrojantes se están precipitando.
En la última década, los clubes españoles nos malacostumbraron con juego vistoso, títulos por doquier y grandes jugadores que centraban el foco sobre el país. Todo esto ha acabado y la realidad que espera a España en el futuro no parece ser mucho mejor. Hay varias cuestiones a las que atender para entender si el fútbol nacional está en crisis.
Físico contra técnica
Hay datos que desnudan la capacidad física de La Liga, como el que muestra que, de media, el Bayern corre por partido 20 kilómetros más que los registros medios de la competición nacional. La tendencia en Europa es que los equipos que dominan la presión y soportan las cargas físicas a las que se están sometiendo con tanto partido apiñado por culpa de la pandemia son los que triunfan. El muro del Atlético, concretamente, ha caído ante esta carga de partidos y acumulan ocho partidos seguidos encajando.
Fuga de cerebros
Hubo un momento en el que La Liga tenía la batalla del siglo XXI entre Cristiano y Messi, con actores secundarios de gran nivel como Neymar y Bale, además de Balones de Oro que fueron o pudieron ser como Modric e Iniesta. Ahora los grandes jugadores están repartidos entre Inglaterra, Francia, Italia y Alemania, que tiene el último The Best en Robert Lewandowski.
Sin el brasileño y el portugués ya, con la posible salida del argentino el próximo verano, el campeonato nacional se ha quedado huérfano de estrellas. Habrá que buscarlas en todos esos jugadores en los que hay puestas grandes expectativas. Ahí aparecen los Griezmann, Hazard y Joao Félix, que tendrán que dar un paso adelante para devolver el foco al país.
¿Mejores entrenadores?
La última camada de entrenadores españoles parecía seguir contando con el beneplácito de los grandes de Europa. Después de que Pep conquistara Alemania e Inglaterra, Emery o Luis Enrique parecían destinados a hacer lo mismo en Francia e Italia. Pero fracasaron en sus intentos y tuvieron que regresar a España para buscar de nuevo su sitio en el país.
A su vez, los Lopetegui, Setién, Valverde y Marcelino encontraban en Bordalás, Alguacil, Diego Martínez, Calleja o Paco López una alternativa para que el producto nacional siga bien valorado. Son la opción de volver a crear un estilo como el que llevó a España a conseguir dos Eurocopas y un Mundial de forma consecutiva. El tiempo lo dirá, pero una semilla está brotando ahí y pronto dará sus frutos.
Las jóvenes promesas
España viene de ser la última campeona de Europa sub21, las canteras nacionales no paran de producir jugadores interesantes y Madrid y Barça siguen dando espacio a futbolistas que pueden dejar su huella en el fútbol mundial. El problema está en que algunos también prefieren salir del país. Ferrán Torres incluso se ha ganado un hueco en la Selección y decidió poner rumbo al Manchester City.
La forma en la que ha emergido Ansu Fati puede ser el mejor ejemplo de que las cosas se siguen haciendo bien en el fútbol base. El Real Madrid ha llevado a Bérgamo a los principales responsables de que ganasen la última edición de la Youth League. También son ejemplos el Sevilla, que está expectante a lo que está prometiendo Bryan Gil, el Villarreal, que sigue sacando jugadores interesantes como Fer Niño y Yeremi Pino, o la Real Sociedad, que ha hecho de Zubieta el epicentro de su gran rendimiento.
Capacidad de atracción
La Liga tenía una capacidad para seducir a los grandes talentos en la última década que las diferentes crisis (el dinero de los jeques y la del coronavirus) han provocado que haya dejado de llegar. La siguiente gran prueba de fuego será dónde acabarán los Mbappé y Haaland, que están destinados a librar una rivalidad legendaria en la próxima década.
[Más información: La Liga evidencia la grave crisis económica en el mercado de fichajes]