Piqué rompe su silencio sobre la presidencia de Joan Laporta en el Barça

Joan Laporta ya es oficialmente nuevo presidente del FC Barcelona. El máximo mandatario azulgrana vivió su esperada investidura este miércoles en un Camp Nou donde acudieron sus nuevos y estrechos colaboradores, además de representantes de diferentes secciones del club. Entre otros, y como no podía ser de otra manera, un peso pesado del primer equipo como Gerard Piqué. Ídolo del barcelonismo, veterano de la entidad y un referente dentro del conjunto culé que, hasta el momento, no se había pronunciado sobre Laporta.

Sin embargo, ese silencio poco habitual en una persona extrovertida como Piqué, llegó a su fin una vez se hizo oficial la toma de posesión. El central del Barcelona empleó sus redes sociales, donde estos días únicamente se había pronunciado para celebrar la remontada en la Copa del Rey ante el Sevilla y subir los ánimos tras la eliminación en la Champions League, para mandar un mensaje de unidad al barcelonismo y de apoyo al nuevo presidente azulgrana.

"Fuimos muy felices. Lo volveremos a hacer. Felicidades Joan Laporta. Visca el Barça", escribió en su cuenta oficial de Twitter un Piqué que ya había sido protagonista durante el acto. Y es que, en una de las múltiples imágenes que se pudieron observar durante el acto de investidura, tanto Laporta como Piqué se fundieron en un abrazo que no pasó desapercibido y que refleja el cambio de proyecto en el seno de la entidad.

Una relación muy diferente a la que han marcado los últimos tiempos en el FC Barcelona, donde el intercambio de información entre la cúpula del club y el seno del vestuario era prácticamente nulo. Josep Maria Bartomeu, antiguo líder del Barça, dejó muy dañada la convivencia entre jugadores y dirigentes. El expresidente, que estuvo presente en el acto, se convirtió en uno de los grandes rivales del propio Piqué.

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Piqué, de irse a peso pesado

Y es que, no hace tanto, el central azulgrana puso sobre la mesa su marcha del equipo si era un impedimento para la revolución en la plantilla. Su ultimátum se produjo el verano pasado a los pocos minutos de la dura derrota ante el Bayern. El Barcelona había cosechado una histórica derrota por 2-8 y ponía punto y final a su estancia en la competición europea. Entonces, Piqué fue de los pocos que salió ante los medios y dio una explicación. El central criticó la gestión, insinuó que Bartomeu debía dimitir y puso su salida encima de la mesa si la entidad así lo determinaba.

Sin embargo, y pese a ser una de las grandes oposiciones del vestuario a la gestión del equipo de Bartomeu, Piqué acabó renovando con el entonces presidente culé. Lo hizo, además, en unas fechas donde el resto del plantel se negaba a firmar la adecuación salarial. Piqué llegó a un acuerdo, amplió su contrato y aceptó esa adecuación del salario. Meses después, y con un contrato hasta 2024, el zaguero encuentra en la directiva a un líder con el que sí mantiene un buen trato.

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