El futuro del fútbol europeo, referencia en el mundo, se determinará en las próximas semanas. La UEFA tendrá que tomar decisiones de gran calado y con impacto tanto a corto como a largo plazo. La economía, como en todos los sectores, será una de las cuestiones más importantes a la hora de gestionar las diferentes competiciones que están bajo su paraguas. Un partido que se juega en abril.
Recientemente, el organismo reunió a su Comité Ejecutivo. Entre otras cuestiones, aprobó conceptos de reglamento y eliminó reglas contra la Covid-19. Y es que la UEFA permitirá los cinco cambios en las próximas competiciones como la Eurocopa o la UEFA Nations League que se desarrollará después del verano. Pero, además, tumbó su propia medida de la limitación de aforo en los partidos de sus competiciones. En este caso, incluidas Champions y Europa League.
La UEFA, cabe recordar, decidió aceptar aficionados en estos torneos allá por octubre. Fue una medida determinante y que tenía como objetivo paliar los daños económicos generados por la pandemia en las entidades deportivas. Si bien dejaba la decisión final en manos de cada Estado -en España se llegó a enviar una carta para explicar su negativa al regreso del público-, la UEFA daba su apoyo a los clubes mediante su visto bueno a un máximo de 30% de aforo en los estadios.
Esa medida, a partir de este momento, ya no tiene validez y cada país o autoridad pertinente tendrá la libertad para que en sus campos haya hasta un 100% de ocupación si así lo permite la situación sanitaria. Su única prohibición es la de aceptar aficionados visitantes en los partidos. En este caso, será hasta antes de la final de las dos grandes competiciones de clubes cuando se pierda el efecto de la medida. Como sucediera en la final de la Supercopa, la intención es que pueda haber representantes en la grada de los equipos que peleen por el título.
Sin embargo, estas modificaciones no son más que las 'migas' de lo que queda por delante. El 19 de abril, por ejemplo, la UEFA hará oficial el nuevo formato de la Champions League. La crisis que estalló en los últimos meses dio alas a la creación de la ansiada Superliga, objetivo de los grandes clubes del continente y más en tiempos donde los ingresos se han reducido. Pero, por si fuera poco, el organismo también tendrá que determinar cuáles serán las sedes definitivas de la Eurocopa de este verano. El futuro del fútbol, por lo tanto, se resuelve en abril con decisiones determinantes.
La duda de Bilbao y la otra carrera
La UEFA quiso conmemorar el 60 aniversario de la competición distribuyendo por 12 ciudades las sedes de la Eurocopa. Tuvieron que retrasar la edición por culpa de la Covid-19 y este 2021 se desarrollará finalmente la cita de selecciones. Sin embargo, la situación sanitaria ha creado toda una atmósfera de dudas sobre si las sedes anunciadas hace meses se mantendrán finalmente. Y, aunque la UEFA siempre ha defendido mantener el mismo plan, nunca han dado por cerrado el asunto.
De hecho, poco a poco se han ido dando detalles. Y de los últimos fue la de señalar como condición primordial el aceptar público en los estadios. Bilbao, representante de la sede española, no ha hecho público ningún plan. España, de hecho, tampoco se ha atrevido a poner fecha al regreso de los aficionados al fútbol y baloncesto profesionales. El tramo final de temporada siempre fue la intención, pero recientemente se barajó meter público en la final de la Copa del Rey y desde el Gobierno se trasladó su categórica negativa. Por lo tanto, entre las dudas del público y las críticas políticas, Bilbao pelea por mantener la condición de sede de Eurocopa y no recibir el 'castigo' de la organización.
Los rumores son constantes y de ahí que haya tanta expectación sobre qué decidirá la UEFA en los próximos días. Medios internacionales como Sky Sports llegaron a publicar que Bilbao, Dublín y Glasgow eran las principales candidatas a perder la condición de sede. Porque la UEFA, y es una realidad, nunca ha descartado rebajar el número de ciudades por las condiciones de la Covid-19.
Sin embargo, la UEFA no solo tendrá que determinar cuáles serán las sedes que participen en la Eurocopa, sino si serán varias o sedes únicas. Porque esta es otra de las posibilidades que se ha venido barajando en el mundo del deporte y que, en términos sanitarios, sería la que permitiría mayor seguridad. Hace meses Rusia surgió como posible organizadora de la Eurocopa de forma íntegra. La UEFA lo negó. Pero en las últimas semanas Reino Unido repitió el guion y se postuló para albergar todos los encuentros de la competición.
El ritmo de vacunación y la capacidad de acoger aficionados es, sin duda, una de las principales condiciones para tomar cada decisión que afecte a la Eurocopa. Y la carrera entre ambas potencias es evidente. Reino Unido, según medios británicos, quiere incluso meter a 60.000 aficionados en las últimas fases de la Eurocopa. Rusia, por su parte, ha confirmado que aceptará un 50% de público como mínimo, por lo que podría ir a más. Y ese 50% supone, por el momento, más de 30.000 aficionados.
La batalla por ver quién logra establecer el entorno más seguro y de forma más rápida está claro. Rusia viene aceptando aficionados en competiciones europeas, incluidas las de baloncesto. Las imágenes, sin embargo, dejaron entrever en más de una ocasión como los pabellones no hacían cumplir normativas sanitarias básicas como el buen uso de la mascarilla. Reino Unido, por su parte, permitirá en mayo 10.000 aficionados en grandes estadios, 4.000 en los más pequeños y hasta 20.000 en la gran final de la FA Cup.
Antídoto Superliga
Por si fuera poco, la UEFA también tiene que pronunciarse sobre uno de sus pilares fundamentales: la Champions League. Y será el 19 de abril. La competición continental debe cambiar de formato y serán las negociaciones entre la organización y la ECA las que concluyan con una nueva forma de torneo donde los grandes clubes se sientan más cómodos. El objetivo del organismo europeo no es otro que espantar, una vez más, la idea de que los principales equipos construyan la popular Superliga europea. Una competición de mayor nivel, donde los ingresos serían mucho más grandes y que tanta polémica genera entre las instituciones deportivas.
Con la confirmación del nuevo formato, que se aplicaría a partir de 2024, se construiría una competición muy diferente de la actual y acorde a las peticiones de los grandes clubes. Los equipos aumentarán hasta los 36. Esta es una de las características que están prácticamente confirmadas. Sin embargo, faltan por concretar datos del formato. Lo más probable es que se apueste por un modelo similar al de una 'liguilla', como sería la Superliga, jugando diez partidos por equipo. Los ocho primeros de la tabla general pasarían a octavos, y el resto de equipos de entre las posiciones 9ª y 24ª se la jugarían con una eliminatoria de ida y vuelta.
La UEFA deberá dar todos los datos ese 19 de abril. Fecha fundamental y que pegará un giro completo al fútbol europeo. Porque, frente a otras modificaciones del formato de Champions de otras temporadas, en esta ocasión se pretende zanjar las dudas sobre la creación de la Superliga. Asuntos como el calendario, la creación de ingresos y el mecanismo de competición son las claves a perfilar el 19.
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