El fútbol femenino tumbó la puerta del profesionalismo en la última década en España. El país se dio cuenta de que ellas también eran estrellas con el balón en los pies cuando ven al Barça en una final de Champions League y, sobre todo, cuando ven a la Selección plantando cara a Estados Unidos, el país referencia. Pero en estas últimas semanas la nación ha descubierto que, para llegar a esta situación, el maltrato mediático no había sido el único que habían sufrido.
Danae Boronat (Tarragona, 1985) ha hecho de 'No las llames chicas, llámalas futbolistas' una obra que denuncia el trato vejatorio que han sufrido las profesionales del país que iban a la selección española entre 1988 y 2015. Ignacio Quereda era el técnico del combinado nacional y muchas de las que defendieron la camiseta roja durante ese tiempo desvelan el trato vejatorio que recibían de este personaje que, además, no las preparaba como debían.
"Esta lo que necesita es que le metan una guindilla por el culo", "A ti lo que te hace falta es un buen macho", pellizcos en el culo, levantamientos de camiseta... Y ellas no podían levantar la voz por miedo; primero, por la vergüenza que suponía ser vejada de esta manera y, segundo, porque si hablaban, se quedaban fuera de la selección. En 2015 dijeron "basta ya" y pidieron la dimisión del seleccionador por lo deportivo. Ahora se levanta una manta de la que nadie se había percatado en este tiempo.
EL ESPAÑOL conversa con la autora de este libro que viene a repasar la evolución desde ese maltrato mediático, y machista, al fútbol femenino actual. A partir de la próxima temporada las futbolistas serán profesionales por primera vez en la historia del país, se confía en las posibilidades que tiene este equipo de cara a los próximos compromisos y el interés ha crecido, pero aún hay mucho que hacer para que se asiente definitivamente. Así lo ve Danae Boronat.
El título es un llamamiento al lenguaje inclusivo
Sí. Sobre todo se dirige al oficio periodístico. Yo soy periodista y me fijo en cómo lo hacemos y cómo podríamos hacerlo mejor. Todavía hay demasiada condescendencia. Escucho algún periodista reputado presentar la sección de fútbol femenino diciendo: "Vamos a hablar de las chicas del Atleti". Me chirría.
Si tú las presentas de esta forma, no las estás respetando. Es tan sencillo hacerlo bien, es solo cuestión de pararse a pensarlo. Ellos siempre son los hombres de Zidane, solo nos referimos a los chicos cuando nos referimos a los del filial. Con ellas, a veces se dice "las chavalas" o "las niñas".
Hace un par de días se presentaba la primera liga profesional de fútbol femenino como Liga Ellas, ¿es inclusivo?
No lo entiendo. No sé qué buscan con esa denominación. No me parece el más adecuado. Si lo primero que haces es poner esa diferencia al decir "ellas"... da igual si son ellos o ellas. Son deportistas. Juegan al fútbol y buscan las mismas condiciones. No le veo el sentido.
Este fue el último acto de Irene Lozano al frente del CSD, ¿cuánto cree que ha beneficiado que hubiera una mujer al cargo del deporte español al fútbol femenino?
No lo sé. Creo que es un paso clave. Es fundamental cambiar varias cosas, ha tardado en llegar. Si ha sido gracias a Irene Lozano, lo celebro. Entiendo que es una decisión consensuada, pero sí que creo que cuando se ha expresado lo ha hecho de una forma vehemente para reforzar el fútbol femenino. Sí me ha dado la sensación de que creía en ello. Ha sabido escuchar a las jugadoras.
Ahora coge el cargo José Manuel Franco, ¿habría salido adelante el proyecto con un hombre al frente?
No lo sé. Quiero pensar que sí, hay hombres muy dispuestos a dar el espaldarazo al fútbol femenino. En el FC Barcelona, el que profesionaliza la sección es Jordi Mestre. Ha habido hombres que han hecho cosas importantes. La sororidad ayuda, el hecho de que las mujeres nos apoyemos entre nosotras y vayamos a por un objetivo, ayuda.
El fútbol femenino sigue maltratado porque las protagonistas en España lo han sufrido
Cuantas más mujeres haya en puestos directivos en clubes, federaciones y política, será más fácil el avance, pero esto no es solo cosa de las mujeres. Me siento más identificado con el movimiento 'He for she'. Necesitamos que los hombres se impliquen en esto.
En lo deportivo, el paso más importante hacia la profesionalización, sobre todo en el caso de la selección española, fue en ese Mundial de 2015 en Canadá, ¿por qué se tardó tanto?
Por miedo, porque nadie escuchaba a las jugadoras de fútbol femenino, porque a nadie le importaba lo que les pasara; se tardó tanto porque durante 27 años hubo varias que intentaron alzar la voz, que escribieron cartas a los responsables y se quedaban en un cajón. Además, estas no volvían a la Selección.
Había que poner en una balanza tu carrera profesional y tu ilusión y decir: bueno, si tengo que callar, recibir insultos y un trato vejatorio... Se sentían agradecidas de estar en una selección si todo eso pasaba a un segundo plano. Como nadie reparaba en lo que sucedía, se alargó tanto la situación. Tuvieron que hacerlo con mucha valentía, ya que en ese momento aparece Vicente del Bosque a respaldar a Quereda y los hombres fuertes de la Federación les recriminan las formas.
¿Sabía algo antes de escribir el libro de los tratos vejatorios de Ignacio Quereda o fue a raíz de hablar con ellas cuando lo descubre?
No sabía nada. Nadie sabía nada. Lo que sabíamos es que ellas protestaron porque deportivamente él no estaba a la altura. Lo que había detrás, no había salido porque nadie les había preguntado. Nadie rascó detrás de esas quejas. Ellas se atrevían a contar la punta del iceberg. A la que te pones a hablar con ellas con tranquilidad, en un clima de cercanía, acaban contándote que sufrieron muchísimo. De la vergüenza que les daba, no se lo contaban ni a sus familias.
¿Cree que este tipo de comentarios y comportamientos que tenía Quereda son un caso aislado o que eran una constante en clubes de España?
Sí. De hecho, he recibido alguna llamada que me ha dicho: hay muchos Queredas. A día de hoy, es más difícil que se produzca una situación así. Quiero pensar que hoy ya no sucede. Las mujeres hemos consentido cosas que ya no estamos dispuestas a consentir. La conciencia social feminista ha ido empoderándonos y haciéndonos fuertes a la hora de denunciar estos machismos.
En el caso de las futbolistas se sienten más valoradas y respetadas, entiendo que ya no habrá entrenadores ni directivos que se dirijan a ellas así. Aún así, en el libro contamos que el fútbol es un mundo muy machista. Eso sí, ya no va a quedar impune como en el caso de Quereda.
¿Intentó hablar con Quereda cuando estaba escribiendo el libro?
Pues no. Me lo planteé, pero creo que el testimonio de ellas es tan claro, que consideré que era mejor que no. Ya me sabe mal que estemos hablando de un libro en el que yo pongo el foco sobre ellas y se habla sobre un hombre.
¿Y con Ángel María Villar?
No, qué va. Si hubiera sido gente que estuviera aún en activo, pues quizá sí. Ángel María Villar es un personaje que ha pasado por la cárcel. Creo que dar voz a según qué personajes es más peligroso que beneficioso, es más injusto que justo. Los hechos son muy claros y que cualquier cosa que pudieran decir ellos, para mí tiene poco valor.
¿Espera un movimiento 'Me too' en el fútbol español después de esto?
No, para nada. Yo espero que esto sirva básicamente para que la gente conozca la realidad del fútbol femenino, maltratado hasta hace dos días. Todavía maltratado, porque las protagonistas de hoy han sido maltratadas en todos los sentidos. Mi objetivo era ese, que la gente conociera la realidad. El fútbol masculino y el femenino no son realidades comparables.
Si a partir de aquí surgen más situaciones y hay jugadoras que quieren contar casos así, lo aplaudiré y las escucharé. Tengo la sensación de que ellas necesitan pasar página. Estamos en la fase de la dignificación del fútbol femenino. Ahora hay que pedir que se crea en el fútbol femenino. Que el fútbol es de hombres es un dogma para muchos, es necesario mucho tiempo para acabar con esos prejuicios y evolucionar.
En cualquier caso, en lo deportivo el fútbol femenino español ha evolucionado mucho. Ha habido muchos éxitos en las categorías inferiores pero, ¿cuándo le llegará ese gran momento a la absoluta?
Ya le ha llegado. La selección le planta cara en unos octavos de final de un Mundial a Estados Unidos. ¿Qué más queremos? Los resultados que ha conseguido el país están muy por encima de lo que se ha apostado por ellas. Es un milagro que España pasara de la fase de grupos y plantase cara a una selección que lleva 50 años de ventaja. El fútbol femenino español ya ha tirado la puerta. Ahora lo que queda es pasar de los gestos, a la realidad, a creer y apostar por ellas.
Los resultados que ha conseguido la selección están muy por encima de lo que se ha apostado por ellas
La rueda ya ha echado a andar. Si existe mi libro, es por lo que ellas han conseguido casi sin apoyo. Hay mucho talento, en 2015 estalla todo porque ellas se dan cuenta de que tienen nivel pero que no están preparadas. A la que hemos empezado a darles entrenamientos de calidad, un entrenador moderno, han llegado los resultados. Si les damos un poco más, nos van a dar muchas alegrías. En muy poco tiempo van a ser referencia en el mundo.
Es una respuesta al trabajo que han llevado a cabo clubes en todo este tiempo y ahora se han sumado caras tan visibles como el Real Madrid, ¿es posible que sea el último empujón que necesita el fútbol femenino español?
No. El impulso que necesita el fútbol femenino es de todos. Los clubes que tienen un masculino y femenino tienen que ir acortando la brecha entre ellos, la Federación tiene que ir acortando la brecha, en lo político se vaya acortando la brecha, los patrocinadores acorten la brecha...
Esto es de todos. El Barça y el Atlético han liderado la profesionalización desde 2015 y los resultados han llegado. A la que tú inviertes y crees en el fútbol femenino, el fútbol femenino da resultados. No vale con que solo lo haga uno, esto es una rueda.
¿Pero el hecho de que haya equipos como el Real Madrid no sube el nivel de la liga?
No lo creo. Las jugadoras que tiene el Real Madrid estaban en otros equipos. Lo que puede aportar es que se dé más visibilidad, que de momento no está pasando. El Madrid ha copiado la política comunicativa del masculino con el femenino, se ha convertido en un búnker y no se podía trasladar al femenino. El fútbol femenino necesita visibilidad, que se dé a conocer a las jugadoras, que sepamos que hay detrás de ellas.
Necesitamos que den entrevistas y eso no pasa. El impulso del fútbol femenino viene de muchas partes y una muy importante es esa. El Madrid está desaprovechando esa oportunidad por el poder mediático que tiene de llegar a cualquier lugar del mundo. Tienen que creérselo mucho más y dar pasos muchos más importantes.
Tu libro también hace un llamamiento a llegar a la igualdad, Megan Rapinoe hacía esta semana pasada un llamamiento a llegar a la equiparación salarial, ¿ese es el último paso para llegar a la igualdad?
Probablemente sea el último, hay otros aún más importantes. En España, por desgracia, el debate del 'equal pay' no está instalado. Las futbolistas te dicen que lo ven como algo utópico. Si todavía no hay unos estadios en condiciones, unos campos de entrenamiento en condiciones, los mejores cuerpos médicos... antes de esa igualdad salarial hay muchas cosas. Ninguna jugadora de fútbol quiere cobrar lo que gana Messi, porque lo que gana Messi no está al alcance de otro jugador en el mundo, quizá solo de Cristiano Ronaldo.
Ese es el gran error que comete el aficionado. El objetivo es que puedan vivir de su talento en unas condiciones que hasta ahora no se han dado. Tras el convenio que se ha aprobado, estamos hablando de 16.000 euros anuales de sueldo mínimo. Hasta reclamar la igualdad salarial, antes necesitamos que la media pueda ser la que tienen en Segunda División masculina. Cuando se habla de sueldos, se es muy injusto. Ellas no quieren ser multimillonarias, ellas quieren poder ganarse la vida con un deporte que bien vendido mueve a las masas.
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