Los casos de acoso a deportistas continúan estando a la orden del día entre las distintas disciplinas. En la gimnasia han sido una constante las denuncias y juicios contra los monstruos de este deporte, pero otros como el de la natación también han estado de actualidad. Ahora es un suceso en el fútbol femenino el que ha dado la vuelta al mundo.
Las miradas se centran en Argentina. En el país sudamericano, en el cual el fútbol es prácticamente como una religión, la noticia ha consternado a los ciudadanos. Todo comenzó la semana pasada, cuando se dio a conocer que un grupo de futbolistas había puesto una denuncia por acoso sexual contra un entrenador. La demanda colectiva llegó a la FIFA y desde el máximo organismo internacional de fútbol se abrió una investigación por los presuntos "malos tratos a menores" e "inconducta sexual".
No se ha hecho público el nombre del denunciado por las jugadoras, pero sí que se ejerce todavía hoy un puesto como director técnico en la Asociación del Fútbol Argentino (AFA). A continuación, FIFPro ayudó con su apoyo legal a que las pruebas aportadas fuesen elevadas hasta el Comité de Ética de la FIFA y de ahí al comunicado en el que se conocieron datos del caso.
Según la nota publicada, el presunto autor de los hechos "utilizó su posición de poder para intimidar y acosar sexualmente a distintas adolescentes, alguna incluso de 14 años, que se encontraban en la búsqueda de concretar su sueño de convertirse en futbolistas". "En lo que debió haber sido un entorno seguro, las chicas fueron víctimas de amenazas y comentarios sexuales de explícita y violenta naturaleza", continúa el comunicado.
La medida que exigen las víctimas y FIFPro es que se destituya de manera "inmediata" al todavía director técnico de la AFA, ya que por su cargo y por esa posición que aún ostenta "podría acceder y ejercer poder sobre menores de edad". Desde FIFPro ponen de relieve la valentía de las futbolistas al interponer esta acción colectiva.
"Están determinadas a jugar un rol clave para que el fútbol se desarrolle en un ambiente más seguro e inclusivo". Es por esto por lo que desde el organismo internacional de futbolistas tienden la mano a aquellas otras víctimas que puedan guardar silencio por miedo o por vergüenza. Porque no deben sentir ni una ni otra cosa, ya que los que deberían agachar la cabeza son los monstruos que acosan, maltratan y abusan haciendo valer sus posiciones de poder.
FIFPro quiere así hacer ver que cualquier futbolista afectada por algo similar, en cualquier rincón del planeta, puede ponerse en contacto con ellos. "Sus reportes serán tratados con absoluta confidencialidad", se señala en la nota oficial. Algo que ha quedado confirmado en el caso que ha hecho temblar los cimientos de Argentina y de su fútbol.
Testimonio
Medios argentinos como Infobae han confirmado que por petición expresa de las futbolistas afectadas, no se ha presentado el caso ante la Justicia del país argentino, aunque todavía no se ha descartado que esto pueda ocurrir en un futuro no muy lejano. Sin darse a conocer el nombre del acusado ni de las víctimas, el nombre propio que sabe del caso y que ha dado testimonio es Alexandra Gómez Bruinewoud, asesora jurídica sénior de FIFPro.
Entrevistas individuales y testimonios que para la asesora de FIFPro son absolutamente "creíbles y coherentes" y, además que indican "un patrón de comportamiento abusivo, discriminatorio y dañino que socava los esfuerzos de desarrollar el fútbol femenino". Sin decir el nombre del denunciado, Alexandra Gómez Bruinewoud no ha ocultado que se trata de un "entrenador sénior y poderoso del país".
También ha querido poner de relieve que es muy importante que las propias futbolistas hayan unido su voz de manera colectiva "para lograr un cambio", admirando su "coraje". La asesora jurídica ha explicado después a medios argentinos que "uno de los problemas básicos del acoso o el abuso sexual es que se generan estructuras de protección con gente involucrada que tal vez no está de acuerdo con lo que está pasando, pero que no dice nada".
Gómez Bruinewoud ha hablado de "redes" que con el tiempo son "cada vez más grandes" y que esto provoca que las deportistas tengan "miedo" de denunciar" porque las personas que ejercen este tipo de conductas de abuso, acoso o maltrato "tienen cierto poder".
"El tema del abuso y del acoso es mucho más complejo de lo que a veces parece ya que en determinados países y contextos hay cosas que están normalizadas y a la persona le cuesta darse cuenta de que lo que está sufriendo es acoso o abuso", ha apuntado la abogada, quien exige transparencia y terminar con el secretismo.
Trasfondo del problema
Para Gómez Bruinewoud el problema llega porque a veces las propias víctimas no saben que ese abuso al que se ven sometidas no está bien y eso les lleva a querer dejar la profesión: "Algo muy fuerte es que muchas jugadoras decían que llegaba un punto en que se les había ido el amor por lo que hacían, por el fútbol, que era lo que ellas más querían".
La abogada se pregunta si algunas de las jugadoras qué hubiese pasado si algunas futbolistas que lo dejaron hubieran dado a conocer el problema: "No se habla de estas cosas. Un día te empiezan a acosar, no aguantas más y te vas. No hay muchas opciones de lugares a dónde ir si en el club en el que estás te hacen la vida imposible".
"Muchas veces hay jugadoras que nos dicen 'yo no sabía que eso estaba mal'. A veces se escuchan comentarios como "me parece raro que el entrenador haga esto' o 'me agarra todo el tiempo, me toca todo el tiempo, pero no es grave' y queda ahí. Cada una de estas expresiones se tiene que mirar con lupa", ha afirmado la asesora de FIFPro.
"Hay que estar atentos y ver si hay que reportar. Reportar no tiene nada de malo: es solo decir que viste una situación que no te parece correcta. Después el ente que va a investigar se va a encargar de determinar si eso es acoso sexual o no, pero siempre ante la duda hay que ir por lo seguro. Para las chicas eso implica un cambio de cultura", ha sentenciado Alexandra Gómez Bruinewoud.
El caso español
'No las llames chicas, llámalas futbolistas' es el libro escrito por Danae Boronat que recoge los abusos y acoso sufridos por las futbolistas en España durante casi tres décadas, recogiendo testimonios de jugadoras que estuvieron a las órdenes de Ignacio Quereda, quien estuvo al frente del combinado nacional de 1988 a 2015.
En diálogo con EL ESPAÑOL, la periodista explicó que había recibido llamadas confirmando que el caso de Quereda no es único en el fútbol español: "De hecho, he recibido alguna llamada que me ha dicho: hay muchos Queredas. A día de hoy, es más difícil que se produzca una situación así. Quiero pensar que hoy ya no sucede. Las mujeres hemos consentido cosas que ya no estamos dispuestas a consentir. La conciencia social feminista ha ido empoderándonos y haciéndonos fuertes a la hora de denunciar estos machismos".
Danae Boronat señaló que antes de escribir el libro no sabía "nada" sobre este caso de abuso en el fútbol femenino español: "No sabía nada. Nadie sabía nada. Lo que sabíamos es que ellas protestaron porque deportivamente él no estaba a la altura. Lo que había detrás, no había salido porque nadie les había preguntado. Nadie rascó detrás de esas quejas. Ellas se atrevían a contar la punta del iceberg. A la que te pones a hablar con ellas con tranquilidad, en un clima de cercanía, acaban contándote que sufrieron muchísimo. De la vergüenza que les daba, no se lo contaban ni a sus familias".
En esta materia, el pasado 2020 el BOE publicó un acuerdo histórico para el fútbol femenino español en el que se incluía un protocolo contra el acoso sexual. Gracias al convenio colectivo se estableció que a través de una Comisión, se podrá denunciar de forma anónima cualquier tipo de acoso sexual.
El objetivo es "prevenir, detectar y solucionar posibles situaciones de acoso sexual y/o por razón de sexo". Entre otras medidas que se han comenzado a adoptar esta la de "proporcionar la ayuda que se considere necesaria para la víctima", "proteger a las personas que han presentado una denuncia de acoso sexual y/o por razón de sexo", incluyendo testigos, y "adoptar medidas disciplinarias contra la persona acosadora y contra quien presente falsas denuncias".
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