El Tour de Francia no solo es la carrera más importante de la temporada ciclista, sino que es uno de lo eventos deportivos más fundamentales del año. En un curso marcado por las dificultades, la pandemia y la crisis económica, la disputa de la ronda gala centró todos los esfuerzos del universo de la bicicleta, sabedores de que, sin Tour, probablemente no habría temporada y podría dejar de haber ciclismo por todo lo que mueve y genera. Y es precisamente eso, su capacidad mediática y económica, lo que se quiere utilizar ahora para impulsar el deporte femenino.