Finlandia se llevó la victoria en su debut en esta Eurocopa tras vencer a Dinamarca. Pero nadie se acordará del resultado de este partido. Todo cambió a cinco para el final de la primera mitad. Cuando mejor estaba jugando el conjunto danés, controlando la posesión y arrinconando a su rival en la tarde de este sábado, se produjo la peor imagen de la jornada. Christian Eriksen, tras recibir en un saque de banda, caía inconsciente al terreno de juego. El miedo se apoderó de todos, presentes en el campo, en la grada y en sus casas. Los servicios médicos saltaron al terreno de juego y comenzaron a realizar una RCP al jugador. Saldría consciente del campo, pero nadie se quedó tranquilo.
La UEFA, minutos después, anunció su estado de salud: "Tras la emergencia médica que involucró al jugador danés Eriksen, se ha producido una reunión de crisis con ambos equipos y árbitros y se comunicará más información a las 19:45 CET. El jugador ha sido trasladado al hospital y se ha estabilizado". La federación danesa repitió su mensaje: "Está despierto y debe someterse a más exámenes en Rigshospitalet". Su representante, que acudió junto a sus familiares al hospital, tranquilizó en el medio NOS a todos los fans. Según el propio agente, Eriksen se encontraba ya consciente, con capacidad respiratoria y pudiendo hablar.
El partido fue suspendido, las redes volcándose con el jugador, la grada entre en un silencio sepulcral que acabó comiéndose esos cánticos. Los jugadores de Finlandia no se lo creían. Algunos, incluidos los de Dinamarca, optaban por rezar a la espera de que todo se resolviera de la mejor forma posible. Finalmente, todo quedó en un susto, el choque se reanudó y finalmente se decantó del lado finés.
Eso sí, el estado de ánimo de los jugadores y de la propia afición hacía imposible el normal desarrollo del encuentro. El que mejor fue capaz de expresar lo que sucedió en esos minutos fue el médico que le atendió.Este es el relato que el doctor Morten Boesen contó en rueda de prensa tras el Dinamarca - Finlandia.
Sus palabras
"Quiero empezar diciendo que lo que voy a contar lo he hablado con la familia de Christian. No voy a contar ningún detalle sobre su estado, voy a contar lo que vimos. Fuimos llamados al campo tan pronto como Christian cayó. No lo vi, pero estaba bastante claro que había perdido el conocimiento. Cuando llegamos a él estaba de lado: respiraba y le sentí el pulso. Pero de repente no hubo más latidos y, como todo el mundo pudo ver, comenzamos el masaje cardíaco. El protocolo era el de evitar una muerte súbita. La ayuda vino muy, muy rápido del personal médico y con su colaboración pudimos hacer lo que teníamos que hacer. Hemos comenzado a intervenir para mantenerlo con vida. Por suerte se aferró a la vida".
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