El lío que se montó con la elección de la sede de España para esta Eurocopa aún tiene un episodio más con el torneo ya comenzado. Tras ser el lugar donde se celebraron las últimas finales de la Supercopa de España y de la Copa del Rey, el Estadio de La Cartuja parecía el sitio ideal para sustituir a San Mamés después de las dificultades que puso el gobierno vasco para que se celebraran ahí los partidos como estaba previsto. Ahora, el césped del campo sevillano no vale.
Así lo hizo público Luis Enrique, en unas declaraciones que recordaban a la época de Xavi Hernández en el Barça. Cuando se esperaba que el seleccionador centrase el foco de la culpabilidad del empate de España frente a Suecia en el estreno en el torneo para La Roja, sacó de la chistera esta razón en la que nadie había reparado. "El campo no ha ayudado, los jugadores tenían complicaciones para el control. No es una disculpa es una realidad", explicó en los micrófonos de Telecinco.
Ante el estupor, el periodista le repreguntó sobre esta cuestión para que matizara y fue lo que apuntó. Este sentir está en todo el vestuario de La Roja. Es lo primero que salió de sus bocas tanto al descanso como al final del encuentro. El discurso lo refrendó el director deportivo de la Federación, José Francisco Molina, unos minutos después: "El campo estaba más lento de lo normal. Estaba irregular. A nosotros nos viene bien el césped en perfecto estado. Este no lo estaba". Además, explicó que ya habían hablado con los responsables para que trabajen en soluciones.
Antes del partido, Luis Enrique y Molina estuvieron examinándolo minuciosamente. Algo no pintaba bien, como se pudo ver en las imágenes que emitió Telecinco tras el partido y después de estos comentarios. El mosqueo con el estado del césped, afectado también por el calor que hace en esta ciudad en estas fechas, existía antes de que se pusiera esta venda como explicación a lo que sucedió sobre el campo en la noche de este lunes.
Un problema
No pareció durante el partido que los jugadores estuvieran incómodos. En la primera parte, España dominó con el balón y fue muy superior a su rival. La circulación no estaba siendo mala. De hecho, lo hacían con velocidad y bastante ritmo. Si algo no se podía reprochar a los jugadores era el juego vistoso que, además, trataban de combinar con un punto de verticalidad buscando los pocos espacios que dejaba el rival. Así llegaron las ocasiones, pero no el gol.
Al final ese fue el gran problema de la Selección en su debut. Si la pelota hubiera entrado, quizá esta queja hubiera sido solo interna y no pública. Reducir el discurso al estado del césped no es propio del nivel que debe mostrar esta selección también como imagen. España tiene que mejorar, aunque su fútbol no fuera del todo malo ante Suecia. En cualquier caso, el césped también tendrá que mejorar para que el juego español encuentre el gol.
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