Bruno Soriano ha vivido un auténtico calvario durante la recta final de su carrera deportiva. Una terrible lesión que le tuvo más de 1.000 días fuera de los terrenos de juego y que solo le ha dejado volver para retirarse sobre un terreno de juego. Un caso que ha sucedido muy cerca en el tiempo a lo padecido por Santi Cazorla o Sergio Asenjo, leyendas del club amarillo que han sufrido y mucho.
Ahora, el mítico centrocampista que se convirtió en un histórico del antiguo Madrigal ha repasado su trayectoria, sus peores momentos y el primer título del conjunto amarillo en una charla con Ídolos. Bruno ha hablado sobre todo y ha dejado algunas confesiones realmente impactantes.
La leyenda groguet reconoce que sintió mucha envidia al ver a los que han sido sus compañeros levantando el primer título de la historia del club después de que él ha estado tantos años peleando por esa camiseta: "Sentí envidia de mis compañeros cuando ganaron la Europa League. No voy a decir que me da igual porque me hubiese gustado estar ahí. Pero yo solo esperaba que el Villarreal levantara el título".
Respecto al título continental conseguido en este final de temporada, Bruno ha alabado el gen ganador de Unai Emery: "Lo suyo con la Europa League es algo increíble. Todo lo que me llega de él son cosas buenas. Los que juegan y los que no juegan están felices. Creen que se es justo con ellos".
Soriano también ha analizado la situación de dos de las estrellas del equipo como Gerard Moreno y Dani Parejo: "A Gerard le veo mucho tiempo en el Villarreal. Siempre me gustó mucho. No me sorprende demasiado todo esto. Este año ha sido una cosa de locos. Además de meter goles, trabaja para el equipo como uno más".
"Sobre Dani yo no veo eso de que le guste la noche. Es súper profesional. Por una noche que salió y se tomó dos copas en Valencia, parece que saliera todas las noches y no es así. Venía de ser un referente allí y ha venido tranquilo, a adaptarse. Es un poco líder también, se ha adaptado muy bien. Me hubiese gustado mucho jugar a su lado".
El mítico jugador del 'submarino amarillo' también destacó a otra leyenda como Juan Román Riquelme: "Era un tipo callado, especial. Todos los veíamos un poco como un ídolo. Tenía una forma de jugar especial y diferente. Intenté aprender mucho de él. El trato era bueno, a mí me regalaba botas. Román siempre me decía que me cogiera las botas que quisiera. Es un jugador de los que te pones a ver vídeos y te sale de los buenos. Pero también regalaba cosas a los utilleros, a masajistas, a los fisios. Siempre tenía detalles con gente del equipo. Los jugadores grandes tienen que tener esos detalles".
Respecto a su relación con Marcelino García Toral, Bruno ha sido sincero y muy agradecido: "Consiguió cambiar el equipo y subir a primera al Villarreal. Entendimos lo que quería Marcelino y conseguimos el ascenso. Es exigente, lo que él quiere lo tiene que conseguir con sus jugadores. También lo es en el tema del peso, de la alimentación. Pero nos vino muy bien en esa época. Cuando tienes estos entrenadores, a lo mejor puedes tener un conflicto, yo también lo tuve. Yo defendí lo mío y ya está".
Los momentos difíciles
Por último, ofreció su visión del infierno que padeció con la lesión: "Pensé que no iba a volver a jugar. Cojeaba y me encontraba superado por el dolor, no lo llevaba bien. El día a día era muy complicado. Ver a mis compañeros concentrados y no poder estar para ayudarles hacía que me fuera mal a casa. No veía bien el partido, estaba enfadado. Era difícil cruzarme con el presidente, que siempre me preguntaba que qué tal iba".
"Yo cuando veía a un jugador que se lesionaba y estaba seis meses sin jugar, no entendía qué era lo que le podía molestar. Cuando me pasó, lo entendí. Creo que no hubo nada positivo durante el tiempo que duró la lesión, solo la gente que me ayudó y me acompañó".
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