Manuel Neuer y el alcalde de Múnich han sido dos de los grandes protagonistas de esta Eurocopa después de que ambos decidieron hacer dos gestos contra la homofobia con el brazalete y la iluminación del estadio. Después de que la UEFA quisiera mandar un mensaje al mundo con la campaña contra el racismo antes de los encuentros, y de mostrarse orgulloso dos años antes de que esta edición sería "para todos", se ha encontrado la oposición de todo el mundo tras tomar la decisión de prohibir al Arena de Múnich encenderse con los colores del arcoíris.
Primero, la UEFA abrió una investigación contra el portero alemán por lucir este símbolo, una causa que finalmente cerró sin sanción pero que sirvió de aviso. La noticia generó duras reacciones en Alemania. "Querida UEFA, ¿es en serio?", escribió en sus redes sociales el exinternacional Thomas Hitzslperger, quien al concluir su carrera hizo pública su homosexualidad. El brazalete, según la argumentación para archivar la demanda, responde a una "buena causa". Neuer decidió que lo llevaría durante todo el mes de junio, el mes que mundialmente es el del orgullo LGTB.
En cambio, el mismo organismo sí que ha determinado que no se vuelva a cambiar el color del Arena de Múnich en favor de la comunidad LGTB de Hungría, como suele hacerse durante las celebraciones en honor al movimiento que se celebran en la ciudad alemana en la semana del 'Christopher Street Day'. El Gobierno magiar está sacando adelante una ley que restringe el derecho a la información de los jóvenes con respecto a la homosexualidad y la transexualidad. Es por lo que el ayuntamiento de la ciudad alemana aprobó esta iniciativa que ha tumbado UEFA. Neuer sí seguirá llevando el brazalete.
Esto ha abierto un debate entre las instituciones del mundo del deporte por la forma de actuar ante los movimientos sociales. Los equipos de la Bundesliga han reaccionado encendiendo sus estadios con los colores del arcoíris. El Barça ha publicado una imagen con su escudo sobre un fondo con el símbolo LGTB. Hasta la Federación Noruega de Fútbol ha pedido a la UEFA que "encienda Múnich" a través de su cuenta oficial. Pero si hay dos organizaciones que son referencia a la hora de cuidar estos movimientos sociales son la NBA y la NFL.
El racismo
También fue cuestión de debate que los jugadores hincaran la rodilla antes de los partidos como gesto dentro del 'Black Lives Matter'. Mientras en Rusia se escucharon silbidos en el estadio de San Petersburgo porque los belgas hincaban la rodilla, en Inglaterra sucedía lo contrario ante Croacia, se escuchó algún que otro abucheo porque los balcánicos no se arrodillaron. Los jugadores de la selección española tampoco se han arrodillado.
Era opcional para cada jugador aunque la mayoría de las selecciones han determinado finalmente que no lo harán. Mientras tanto, se produjo una situación de racismo ante la que la UEFA reaccionó con una sanción de un partido. Marko Arnautovic, de padre serbio, se dirigió en este idioma a Ezgjan Akioski convencido de que le entendería. El austriaco supuestamente le dijo "me estoy jodiendo a tu madre albanesa" al macedonio.
Aquí todo se justifica en torno a no querer posicionarse en una cuestión política, como si el conflicto de la camiseta de Ucrania no lo hubiera sido. Como el racismo, la homofobia no es un problema político. Trasciende las fronteras como un conflicto contra el que se combate globalmente. El simple hecho de que una región actúe contra los derechos de las personas sí que ha motivado para que otras confederaciones tomen decisiones de este símbolo, por mucho que UEFA se escude en ese artículo de sus estatutos.
La NFL
Aunque esta competición ha sido un referente en la lucha contra el racismo, también se ha convertido en un lugar donde la homofobia tampoco tiene lugar. Esta última temporada se creó el mes de la historia LGTB en octubre con una iniciativa como el 'Coming Out Day' (Día Nacional para salir del armario). En 100 años de historia de la NFL, hasta 15 jugadores han dicho abiertamente que son homosexuales, aunque ninguno lo hizo mientras era jugador.
Es por lo que este mismo martes, Carl Nassib ha hecho historia al ser el primer jugador de la historia del fútbol americano en reconocer su homosexualidad en activo, teniendo una reacción completamente positiva de todo el mundo de la NFL y la organización. El mismo comisionado, Roger Goodell, hacía una nota pública donde se mostraba orgulloso de este anuncio: "La familia de la NFL está orgullosa de Carl por la confesión con mucho coraje que ha hecho hoy".
La NBA
Las campañas de inclusión que está llevando a cabo la NBA también sensibilizan a los seguidores sobre la homofobia. Todo comenzó cuando Allen Iverson publicó su álbum de rap en el que hacía comentarios homófobos. David Stern, comisionado en ese momento, cargó contra él amenazándole con la expulsión de la liga. Adam Silver dio un paso adelante cuando decidió que la liga de baloncesto participara en el New York Pride March, donde apareció con algunas personalidades de esta competición que han salido del armario como el exjugador Jason Collins, el exCEO de los Golden State Warriors Rick Welts o el árbitro Bill Kennedy.
Son varios los jugadores que dieron este paso dentro de la mejor liga de baloncesto del mundo, pero la diferencia más grande con la UEFA es que sí dejan a los jugadores que se mezclen en asuntos políticos. El episodio de 2016 con el All Star de 2017 que viajó de Charlotte a New Orleans por la ley homófoba que se había aprobado en el estado de North Carolina es un ejemplo de ello.
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