El capitán de Países Bajos, Georginio Wijnaldum, dijo este jueves que la decisión de abandonar un campo de fútbol si hay insultos racistas no debería recaer sobre los jugadores y enfatizó que le correspondería a la UEFA suspender el partido.
"La UEFA debería de estar ahí para proteger a los jugadores en el campo, debería de tomar la decisión por los jugadores (...). La UEFA debería de tener un papel líder y deberían de ser ellos los que digan: 'si esto pasa, se suspende el partido'", dijo Wijnaldum en rueda de prensa con la concentración neerlandesa.
El jugador del París Saint-Germain y ex del Liverpool dijo que nunca ha recibido insultos racistas del público sobre el terreno de juego, pero reconoció que se ha preguntado qué hará si le ocurre cuando esté en el campo en Budapest, el próximo sábado frente a República Checa para el cruce de octavos.
Los delanteros franceses Kylian Mbappé, cuyo padre es de origen camerunés, y Karim Benzema, con antepasados argelinos, tuvieron que escuchar chillidos de mono por parte del público de Budapest en el segundo partido de clasificación contra Hungría.
"Nunca he experimentado esa sensación y espero no sentirla nunca (...). No sé cómo reaccionaría. Al principio pensaba que no saldría del campo, pero ahora pienso diferente", agregó Wijnaldum.
El capitán de la Oranje insistió en que "en esos momentos hay que acercarse al árbitro con tus compañeros y tomar la decisión". "Pero creo que todo el mundo coincide en que es la UEFA la que tiene que proteger a los jugadores", subrayó.
Derechos LGTBI en Hungría
El jugador se refirió también al brazalete arcoíris que lucirá en Budapest en apoyo a los derechos LGTBI. Explicó que fue una propuesta de la Federación neerlandesa con la que se sentía cómodo.
"Todo el mundo debería de ser libre para ser quien es", dijo el futbolista, de 30 años. "Estamos contentos de hacer lo que podamos. Al mismo tiempo, es una pena que sea así", agregó Wijnaldum.
La aprobación en Hungría de una ley que prohíbe hablar a menores en los colegios sobre la homosexualidad ha desatado una polémica que ha llegado hasta la Eurocopa. El ayuntamiento de Múnich pidió iluminar con los colores arcoíris el estadio Allianz Arena en el duelo entre Alemania y Hungría del miércoles, pero la UEFA rechazó la solicitud alegando que debe de ser neutral.
Esto provocó un reguero de críticas y reacciones y propició gestos como el del brazalete que lucirá Wijnaldum el sábado.
No obstante, el capitán de la selección antes conocida como Holanda comentó que no cree que todos los jugadores no estén al corriente de "lo que ha pasado en las últimas semanas". "Puede parecer extraño fuera de nuestra burbuja, pero es como es", dijo Wijnaldum.
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