Unai Simón y Morata. Morata y Unai Simón. Dos nombres que pudieron acabar como grandes señalados por la eliminación de España en octavos de final de la Eurocopa y que lograron revertir la situación hasta erigirse grandes protagonistas. La Selección de Luis Enrique se gustó, disfrutó, sufrió, se vio fuera y celebró la presencia en unos cuartos de final muy complicados.
España lideró el inicio y se castigó con un gol en propia. Unai Simón, culpable de ese fallo por no controlar un balón, se sentía por primera vez en esta Eurocopa como centro de las críticas. Le bastaron 120 minutos para cambiar el escenario, ponerse el traje de santo e intervenir en esas acciones que pueden marcar un antes y un después en una eliminatoria como la de la Euro.
Los de Luis Enrique intentaron reaccionar. Morata fallaba y el debate de si su presencia como titular era lo ideal se repetía una vez más. Tuvo el 1-0 y marcó el 1-3, pero ninguno de los goles llegó a subir, bien por no acabar en la portería o por la intervención del VAR como en el segundo caso. Sin embargo, tras una parada de Unai, Morata acertó como puro '9' y puso el 3-4 en el 100'. El resto fue historia.
Unai Simón, del gol a salvador
El debate de la portería parecía agotado. Unai Simón y punto, por mucho que Luis Enrique haya dejado abierta la posibilidad de cambiar de guardameta. El del Athletic era inamovible, pero un error le puso contra las cuerdas y recuperó los viejos fantasmas en La Liga. Porque, antes de encumbrarse con la llamada de la Selección, el portero fue muy cuestionado por su rendimiento en San Mamés. Y ante Croacia volvió a saborear el estar en el centro de los focos.
Minuto 20, cesión de Pedri y se desataba el desastre. Unai no controlaba un balón sencillo y veía como el esférico se colaba en la portería. Octavos de final de una Eurocopa y el rival se adelantaba por un gol en propia meta. España no se lo creía y Unai, con la mirada perdida, tampoco. Sus apariciones estaban siendo mínimas y, para una que sus compañeros le habían dado, el resultado no pudo haber sido peor. Simón se marchó al descanso tocado, De Gea acudió a apoyarle y el arquero renació tras el paso por vestuarios.
Porque pese a que España mejoró y el guardameta apenas tuvo que intervenir, los pases que le llegaban en la habitual rotación de balón de la Selección no le quemaban. Simón tocaba, pasaba y se olvidaba de la presión croata tanto en el césped como en la grada. Dado el primer paso, solo faltaba confirmar la dureza mental. Y el momento llegó antes del 70', cuando con el 1-2 en el marcador apareció para frenar en seco el tiro de Gvardiol a escasos metros. Sería solo una de tantas, pues con el 2-3 y antes del empate que valió la prórroga, también plantó cara a Kramaric.
Y de nuevo, completamente desatado bajo palos, Simón le negó el gol al mismo jugador croata en el 96'. El equilibrio de la eliminatoria lo rompía Unai, que ya había dejado en el pasado un error que pudo ser histórico. España, cuatro minutos después, se puso por delante con Morata y Unai Simón se marchó a cuartos con la seguridad suficiente.
Morata falla, pero marca
La Eurocopa de Morata bien puede ser el reflejo perfecto de la de España en su conjunto. Por momentos ilusiona. En otros desespera. Y todo con el sempiterno sueño de poder llegar a pelear por el título final. El delantero de la Juventus de Turín repitió titularidad y en esta ocasión en solitario. Sin Gerard Moreno en la punta de ataque, era Morata la gran referencia ofensiva con Sarabia y Ferran de acompañantes.
El atacante llegaba tras marcar ante Eslovaquia y después de una semana donde fue protagonista constante. Bien por el análisis futbolístico de su rendimiento o por las amenazas recibidas y que ha denunciado públicamente en sus últimas comparecencias. Eso, sumado a la presión de estar siempre bajo el foco, dejaba a Álvaro en una situación algo comprometida. Sin embargo, la táctica era la misma. Siempre con el apoyo de Luis Enrique, el delantero tenía que dejarse el físico en la presión y buscar la racha de cara a puerta. Costó.
Y es que Morata comenzó fallando una ocasión muy clara que podría haber cambiado las cosas para España. El delantero recibió un centro por banda para rematar con la testa. El de la Juve no dirigió bien el balón y remató contra la mano del croata. No había penalti por el movimiento de este y la Selección dejaba escapar el primero antes de llegar al 20'. La acción podía haber quedado en el olvido, pero el destino quiso que poco después otro error de España supusiera dar un vuelco a todos los octavos.
El fallo de Unai Simón puso a Croacia por delante y dejó a los de Luis Enrique, de nuevo, muy cerca de la eliminación. Tocaba replantearse el partido, la táctica. Controlar los nervios y, sobre todo, limitar los errores. Tocaba al fin y al cabo creer en la idea de siempre. España volvió a buscar el control y Morata a pelear por alguna ocasión. Llegaría, sin embargo, el tanto de un Sarabia que volvió a reafirmarse. Y con una primera parte de desesperación inicial y confianza final, la Selección se marchó al descanso.
El paso por vestuarios sentó bien a España, que en la segunda parte llegó a sentenciar. O al menos eso parecía. Tras el 1-2 de Azpilicueta, Morata tuvo el tercero. Sin embargo, una posición clara en fuera de juego anuló el tanto. No afectó y la Selección se puso con un 1-3 que reconducía la situación. Llegó el desastre, la prórroga... y por fin el gol. Álvaro Morata se redimía el mal cabezazo y del fuera de juego. Álvaro Morata se reencontraba con el gol justo en el 100' para disfrazarse de héroe. España volvía a tomar el mando y, aunque con otro error de Morata en el tramo final, certificó su paso a cuartos con un 3-5. Morata sufrió, marcó y se llevó una vez más el aplauso de Luis Enrique.
"No creo que haya algún entrenador en el mundo que no admire a un jugador que te puede dar lo de Morata. Es un delantero que tenemos que valorar muy mucho que esté en la Selección y que sea español", espetó el seleccionador. Los cuartos de final lo volverán a evaluar, esta vez ante Suiza.
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