Marcus Rashford, Jadon Sancho y Buyako Saka. Los tres futbolistas ingleses. Uno de ascendencia sancristobaleña, otro trinitense y el último nigeriana. Los tres asumieron la responsabilidad de lanzar un penalti en uno de los momentos más tensos de la historia del fútbol inglés, los tres fallaron y los tres han sido víctimas de insultos racistas provenientes de sus propios aficionados.
Desde el momento en el que Donnarumma detuvo el penalti a Saka se fueron acumulando los mensajes racistas hacia los tres protagonistas que solo tenían la culpa de fallar una pena máxima. Y de ser negros, claro. Como ellos, en mayor o en menor medida, hubo más víctimas del descontrol y la violencia de aficionados ingleses que desataron su ira de una de las peores formas posibles: haciendo gala de su racismo.
EL ESPAÑOL ha hablado con Stherlin, un joven español de 25 años y ascendencia dominicana. Desde hace unos meses vive en los alrededores de Londres con su familia y trabaja en un restaurante que ha estado emitiendo los partidos de la Eurocopa.
"He visto actitudes racistas durante los partidos, principalmente en los que jugaba Inglaterra. Durante la Eurocopa ha sido más suave, por así decirlo, en comparación con la final, en la que escuché todo tipo de insultos", cuenta a este diario. "Durante los penaltis sí viví de primera mano los insultos racistas de los aficionados, cómo se metían con sus jugadores", añade.
Al preguntarle sobre si sintió miedo durante la final es rotundo: "Sinceramente, sí". El alcohol (llegó a vender más 250 cervezas esa sola noche en el pequeño local en el que trabaja) hizo su efecto y los aficionados se pusieron cada vez más violentos: "Vi a muchos a los que se les iba la cabeza, llegando al punto en el que durante los penaltis mis compañeros y yo nos colocamos cerca de la salida de emergencias por si algo pasaba poder salir los primeros. Había aficionados muy bebidos y con actitudes agresivas, tanto que temimos por nuestra integridad".
Su miedo, en aquel momento, era doble viendo los insultos racistas de algunos aficionados: "En aquel momento era el único camarero de color y, puesto que en los penaltis fallaron jugadores de color, temí represalias físicas o insultos solamente por el hecho de ser negro", recuerda de la noche del domingo.
La prensa inglesa no sacó durante la Euro ninguna portada con Sterling, siempre eran jugadores blancos
El racismo manchó la final de la Eurocopa, que debía ser una fiesta del fútbol, más aún tras todo el tiempo que se ha tenido que esperar por la pandemia. Lo que ocurrió, sin embargo, es un síntoma de algo que se viene reproduciendo desde siempre: "Han aprovechado esta derrota para volver a sacar a relucir el racismo que llevaban ocultando durante un tiempo. Se nota cierto odio racial por parte de la población inglesa, inclusive dentro de la prensa que durante la Euro nunca sacó ninguna portada con Sterling -de origen jamaicano- pese a ser el principal goleador en la fase de grupos. Siempre eran jugadores blancos", apunta Stherlin durante la charla con este periódico.
Actos racistas
Algo parecido a lo que sintió él tras la final fue lo que sintieron decenas de miles de personas negras, de nacionalidades y ascendencias diferentes entre sí, que viven en Londres y en sus alrededores y sufren el racismo en su vida cotidiana. Porque esto va más allá del fútbol.
Durante la noche de la final se registró algún ataque racista en el centro de Londres y también hubo otros actos en otros puntos del país como los daños que sufrió un mural situado en Mánchester que homenajea a Rashford. Fue pintarrajeado con palabras como "jódete, mierda" o "bastardo". Por suerte, la reacción de la gente y de las instituciones ha devuelto la pintura a su mejor estado, ahora cubierta por una gran cantidad de mensajes de apoyo de la gente de la ciudad.
Reacción en Inglaterra
Inglaterra ha dicho basta contra la violencia de los hooligans y las actitudes racistas. Desde Boris Johnson hasta el príncipe Guillermo, pasando por el seleccionador Gareth Southgate, los mensajes se han ido encadenando durante los últimos dos días para denunciar la situación. "Los responsables de estas ofensas escandalosas deberían sentir vergüenza", dijo el primer ministro británico. "Aquellos que estén implicados deben asumir sus responsabilidades", exigió el duque de Cambridge.
"Nunca me disculparé por quién soy y de dónde vengo", dijo Rashford ante la oleada racista. Lo que empezó con el Black Lives Matter en Estados Unidos el año pasado sigue ahora en Inglaterra por lo ocurrido tras la final de la Eurocopa. Que los insultos ni las agresiones se repitan jamás. Que no se escuchen más abucheos desde las gradas a los jugadores cuando estos hincan en el suelo la rodilla en protesta por el racismo. Que ni Marcus, Jadon, Buyako ni Stherlin sean más veces víctimas del racismo y del miedo que genera. Esa es la lucha que se libra ahora en Inglaterra fuera de los campos de fútbol.
[Más información: UEFA abre procedimientos disciplinarios a la FA por los incidentes en la final de la Eurocopa]