La etapa del entrenador argentino Gabriel Heinze con el Atlanta United, dentro del fútbol de la MLS de Estados Unidos, forma ya parte de la historia después que quiso trabajar con métodos que utilizaba en su país y chocó de frente con los jugadores.
Al margen de los pobres resultados deportivos que había conseguido el equipo desde que comenzó la nueva temporada, el grave problema y detonante que obligó al equipo a su despido fulminante, fueron las quejas que el Sindicatos de Jugadores expresaron al club sobre Heinze.
De acuerdo al periódico local, el Atlanta Journal Constitution, el sindicato de jugadores presentó una denuncia en su contra por presuntas violaciones al convenio colectivo de trabajo, algo muy serio dentro del deporte profesional estadounidense.
Entre las violaciones expresadas en la denuncia se destacan haber limitado la cantidad de agua que podían beber los jugadores en los entrenamientos -al punto de que los médicos del equipo habrían tenido que intervenir-, la negativa a garantizarles días libres y la obligatoriedad de atender siempre sus teléfonos y de "estar listos para acudir al centro de entrenamientos en cualquier momento".
Sin embargo, cuando se hizo oficial la salida de Heinze, el Atlanta United no hizo referencia a estas situaciones, sino que se limitó a indicar que fue por "cuestiones relacionadas con el liderazgo del equipo".
Además de que los aficionados no habían visto bien su decisión de no contar con la figura del equipo, el delantero venezolano Josef Martínez, que había expresado al equipo también su intención de no seguir en Atlanta.
Su balance
Heinze, en los 17 partidos que dirigió al Atlanta United, apenas consiguió cuatro triunfos, empató ocho y perdió cinco, con 16 goles marcados y 20 concedidos, nada que ver con el desempeño que tuvo al frente de los equipos argentinos que entrenó antes de llegar al fútbol de la MLS.