La jornada en Segunda División dejaba una fecha muy especial, la que enfrentaba a Oviedo y Sporting de Gijón en el gran derbi asturiano. Un partido que siempre se disputa con mucha pasión y que se espera gran emoción por parte de las aficiones de los dos equipos. Sin embargo, a veces esos sentimientos se convierten en algo mucho peor y se producen imágenes tan duras y lamentables como las vividas este sábado.
Las calles de la ciudad de Oviedo se han convertido en un campo de batalla por culpa de un reducido sector de la afición ovetense que no ha sabido comportarse, lo que ha obligado a la policía a cargar con dureza sobre los más radicales. Entre los golpes, empujones y caídas se han producido también el lanzamiento de algunos objetos como sillas y botellas.
Los momentos de mayor pánico y tensión se han producido al paso del autobús del Oviedo camino del Carlos Tartiere para jugar el encuentro. El buen ambiente y la festividad propia de un derbi asturiano, con imágenes de verdadero fervor, se vio enturbiado por la aparición de estos energúmenos que provocaron ciertos desperfectos.
De esta forma, los agentes de la Policía Nacional se vieron obligados a cargar contra el sector más violento de la afición azul, que se agolpaba en las calles para dar ánimos a sus jugadores. No obstante, a muchos esa pasión se les fue de las manos dejando otras imágenes mucho más desagradables.
Los incidentes acaecidos terminaron dejando dos detenidos por parte de la policía y varios heridos, la mayoría de ellos por cortes. El mayor peligro se produjo cuando el cielo de Oviedo al paso del autobús del equipo se cubrió con botellas que caían sobre aficionados, en muchas ocasiones inocentes y ajenos a los disturbios.
La Policía Nacional diseñó un dispositivo para controlar a las masas de gente que intentaban seguir el trayecto del autobús desde el hotel Silken Monumental Naranco, donde estaban concentrados los jugadores, hasta el mismo Carlos Tartiere, lugar de la batalla futbolística entre el Oviedo y el Sporting de Gijón.
Los momentos de tensión
La situación empeoró a mitad del desplazamiento, en torno a las 19:30 horas de la tarde, cuando los ánimos se caldearon en excesos y se produjeron las imágenes más violentas y desagradables en lo que debería haber sido una fiesta absoluta de fútbol. La reacción de estos hinchas más radicales fue responder a las cargas policiales con lanzamiento de objetos contra los vehículos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, lo que terminó de provocar el caos momentáneo.
No obstante, los jugadores del Oviedo y el cuerpo técnico pudieron llegar hasta el estadio sin mayores problemas ya que el avance del autobús por el recorrido acordonado se desarrolló sin inconvenientes reseñables. Los momentos más tensos se vivieron en torno a la calle Alejandro Casona. Además, tampoco afectó al resto de la marcha ni al acceso de los aficionados al Carlos Tartiere. Hay que destacar también que el autobús del Sporting pudo llegar hasta el estadio sin ningún problema.
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