No pudo ser. España se permitió soñar con el título de la Nations League después de una gran actuación en la semifinal ante Italia. También tocó con los dedos la gloria durante la final frente a Francia. Pero un gol de Balón de Oro de Karim Benzema y el polémico tanto de Kylian Mbappé acabaron con las esperanzas del equipo nacional. Luis Enrique se marcha satisfecho a pesar de no irse con el éxito completo. Pero la Selección llegará al Mundial de 2022 después de 10 años sin levantar un trofeo.
Lo mereció, pero no lo completó. Fue superior una gran parte del partido, hasta que este se rompió. El tanto de Mikel Oyarzabal también despertó a una Francia que se vio contra las cuerdas con un equipo mejor. España partía como la menos favorita, los galos, como los que más por su condición de campeones del mundo. La Selección eliminó a los últimos que levantaron la Eurocopa y se vieron muy cerca del título, pero otra vez se va de vacío a casa.
Si bien es cierto que la imagen de la última final a esta es radicalmente opuesto, la Eurocopa 2012 cerró un ciclo inigualable. Pesa en la mochila lo que ha visto toda una generación que tardó 50 años en volver a ver un título del equipo nacional. No cabe duda de que la tendencia que lleva el equipo de Luis Enrique invita al optimismo, pero esta vez fue una gota de mala suerte la que acabó con las esperanzas. Sí, otra vez el asturiano y la fortuna cruzándose.
Hay motivos para salir satisfecho con el rendimiento de España. Las expectativas eran muy bajas, hasta el punto de que el seleccionador sale reforzado. Las feroces críticas con sus decisiones marcaron la previa, pero son esos jugadores los mismos que han hecho un buen papel. El ciclo de Luis Enrique es positivo y la Selección va en tendencia al alza. Pero la pesadilla de los títulos vuelve a repetirse y llega a la cifra de la década.
Brasil y el final
España estaba en una nube en 2013. La Eurocopa 2012 fue un auténtico paseo, Casillas pedía la hora por respeto a los italianos. Éramos los mejores después de ganar dos torneos continentales y el Mundial 2010; pero llegó Brasil a poner al país en su sitio. La transición empezaba a ser necesaria, aunque los jugadores que habían dado la gloria seguían a un alto nivel. Neymar Jr. dejó en evidencia a todo un equipo que comenzó el declive.
Tras esa cita, llegaría un Mundial 2014 en Brasil que aún pondría más en evidencia la transifición dura que ha tenido que vivir el país. Eliminados en la fase de grupos, con jugadores atropellados y un estilo que empezaba a flojear. Vicente del Bosque quedó marcado tras esa cita, aunque llegaría a la Eurocopa 2016 en Francia. Un mal partido ante Croacia condenó al segundo puesto del grupo que cruzó a la Selección con Italia. Antonio Conte desarboló a una selección que terminó por agonizar.
El fondo
Varios jugadores decidieron dar un paso al lado, aunque había otros que seguirían. El que no lo haría sería Del Bosque, que ponía fin a una etapa gloriosa en la Selección. También llegaría a la presidencia Luis Rubiales mientras la Federación había optado por un hombre que había hecho un buen trabajo en la sub21 y en el Oporto, Julen Lopetegui. Parecía que la transición había llegado a tener un punto favorable con una generación que ilusionaba.
Isco, Morata, Koke o De Gea ponían el aire nuevo, pero un evento sorprendente y una decisión arbitraria provocarían un terremoto del que no se terminó de recuperar el equipo. Lopetegui anuncia su fichaje por el Real Madrid tras el torneo, algo que Rubiales infirió como una traición. Solución: destituído a horas del debut. Fernando Hierro se hizo cargo de una Selección que pasó la fase de grupos con dos empates y un triunfo sobre la bocina ante Irán. Rusia y los penaltis apearon al equipo en octavos de final otra vez.
Brotes verdes
Entonces llegó Luis Enrique. Un golpe del destino inesperado le mantuvo un año fuera de la Selección, pero el asturiano plantó brotes que reverdecieron con el tiempo. Sus mimbres eran claros, un estilo que superaba a algunos aficionados y un planteamiento claro: un buen papel en la Eurocopa 2020. Superada la transición con un Robert Moreno que planteó dudas sobre quién debía de ser el técnico de este equipo, se tomó la senda positiva.
El equipo se clasificó para la fase final de este torneo, aunque no llegaba con grandes expectativas. Sin ganar los enfrentamientos eliminatorios, pero superando prórrogas y penaltis, se plantó en una semifinal en la que solo la lotería de los 11 metros apartó del camino a rozar el título con los dedos. Ahora, esta Nations League demuestra que España está en el camino correcto. Ahora falta concretar el tiro para que la maldición sin títulos no se extienda.
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