Era el 8 de julio de 2021 cuando saltaba la noticia, una de las más esperadas del verano. Sergio Ramos fichaba por el PSG y se anunciaba de manera oficial cuál sería el destino y el futuro del camero. Se ponía así punto y final a meses de rumores y especulaciones para saber qué decisión iba a tomar después de la que había sido la temporada más complicada de su carrera profesional.
Antes de ese día ya había habido otras fechas muy importantes. Seguramente, la más trascendental de todas ellas había llegado el 17 de junio de ese mismo año, justo antes de que comenzara la gran vorágine de todo el verano. Aquel día, Sergio Ramos, acompañado por su familia, por Florentino Pérez y por todos los títulos que había ganado con el Real Madrid, decía adiós a la 'Casa Blanca' después de 16 temporadas.
Lo que parecía que no iba a producirse, llegaba, y el momento que nadie que vería ver, sucedía. El primero de ellos, el propio Sergio Ramos, que se pasó de tensar la cuerda con el club hasta que se le terminó rompiendo en las narices. Sus lágrimas, que eran las de todo el madridismo, ponían de una manera triste el final a una de las historias más bonitas del deporte. A partir de ese día comenzaba para él un camino nuevo. Una senda que, ahora, 100 días después, ha demostrado ser hasta el momento mucho peor que la ya recorrida.
Una temporada para olvidar
El año 2020 había sido un año normal para un Sergio Ramos acostumbrado a ganar y a ser el mejor. De hecho, se podría decir incluso que mejor de lo que se podía esperar de una temporada de pandemia. Esa Liga que se detuvo por culpa de la Covid-19 se terminó ganando de manera heroica con la mano de Zidane en el banquillo, con el Real Madrid más sólido que se había visto en muchos años y con Courtois, Benzema y Ramos en el campo.
El camero, a base de defensa y goles, se había convertido en el líder espiritual y deportivo de un equipo que se propuso llevarse un título que finalmente terminaría celebrando, aunque sin fiesta en Cibeles debido a las circunstancias. La temporada terminó y comenzó la siguiente, y Sergio, gran protagonista, entraba en su último año de contrato, pero sin prisas por renovar, manteniendo el pulso con la directiva madridista.
Nada hacía presagiar lo que estaba por venir. Sergio era el líder de siempre, el defensa imbatible e insuperable, una roca física y mentalmente que ni se rompía ni se lesionaba. No daba muestras de debilidad alguna. Era el gran capitán. Sin embargo, el 17 de noviembre del 2020, comenzaba la película de terror.
Aquel día, en un partido increíble de la Selección con goleada a Alemania por 6-0, Ramos se tenía que retirar en el minuto 43 por una lesión en el gemelo que parecía una ser una rotura muscular. A pesar del alarmismo, el andaluz consiguió regresar 22 días después para disputar los 90 minutos del trascendental duelo contra el Borussia Mönchengladbach.
Sin rastro alguno de la lesión, Sergio empalmó los siguientes seis partidos jugándolos enteros en poco más de un mes, de manera consecutiva y sin volver a mostrar signo de debilidad. Había vuelto Ramos, o eso parecía. Se terminó el año y el '4' estuvo sin jugar durante 10 días, hasta que el 9 de enero se enfrentó a Osasuna, disputando de nuevo los 90 minutos. Y tres días después, contra el Athletic en la semifinal de la Supercopa de España. Ese día volvió su calvario.
Ya en el calentamiento saltaron todas las alarmas porque Sergio tenía problemas en una rodilla. Finalmente, jugó infiltrado, pero fue su último encuentro en muchas semanas. La articulación dijo basta y el camero no volvió a aparecer hasta dos meses después, el 13 de marzo contra el Atalanta en Champions. Por el camino, una operación el 6 de febrero para retocar su maltrecho menisco.
Al poco de regresar, Ramos fue convocado por la Selección y aceptó la llamada de Luis Enrique para jugar ante Grecia, Georgia y Kosovo. Una convocatoria que terminó siendo un esperpento para que el central sumara internacionalidades sin estar todavía recuperado totalmente.
De hecho, Ramos volvió a caer lesionado después de jugar solo 4 minutos ante Kosovo con un pinchazo en el gemelo que le tuvo apartado del equipo desde el 31 de marzo hasta el 5 de mayo. El defensa regresó para disputar los 90 minutos de la vuelta de semifinales contra el Chelsea en las que el equipo blanco cayó estrepitosamente y nunca más se puso la camiseta del Real Madrid. De esta manera, tan dolorosa, Sergio puso fin a 16 de leyenda, con varias lesiones y con solo 7 partidos disputados en todo el 2021.
Ni Euro ni JJOO
Si el final de temporada fue para olvidar a nivel de club, no fue mucho mejor a nivel de Selección, esa que tantas críticas se llevó cuando Ramos acudió a las convocatorias para lesionarse en lugar de jugar para un Real Madrid que estaba luchando por Liga y Champions. El objetivo del año, más allá de los títulos a las órdenes de Zidane, era poder estar en la Eurocopa.
El andaluz tenía la certeza de que Luis Enrique le esperaría hasta el último momento. Sin embargo, esa seguridad pronto entró en duda y más tarde en decepción. 19 días más tarde de disputar su último partido y solo dos después del último compromiso del equipo de Zidane en el que Ramos no estuvo, el 24 de mayo de 2021, Luis Enrique hacía pública la lista de convocados para disputar la Eurocopa.
Saltaba la sorpresa cuando en los jugadores cantados por el técnico no había ninguno del Real Madrid y, por consiguiente, no estaba Sergio Ramos. Para el camero era uno de sus grandes objetivos de la temporada y se trataba de un palo muy grande en mitad de los rumores sobre su futuro y de las críticas por su estado físico. A pesar de que en la lista había jugadores tocados como Adama Traoré, de que había huecos libres para convocar a más futbolistas y de que después hubo que esperar a otros como Busquets por su positivo por Covid-19, Sergio se quedó sin Eurocopa.
En ese momento no se sabía, pero aquello que había hecho Luis Enrique estaba muy cerca de ser su sentencia en el equipo nacional. De hecho, después vino su adiós al Real Madrid, su fichaje por el PSG y un nuevo golpe a su retaguardia. Ramos tampoco entraba en los planes de Luis de la Fuente para jugar los Juegos Olímpicos, otro de sus grandes retos del año y sobre el que había hablado en multitud de ocasiones.
De esta forma, ni fue parte de la España semifinalista ni de la ganadora de la medalla de plata, lo que hubiera supuesto un broche muy importante a su palmarés. Tampoco ha conseguido aumentar su récord de internacionalidades, el cual acaba de ser superado por otro súper dotado físico como Cristiano Ronaldo. Así es como ha vivido Sergio una pesadilla entre lesión y lesión de la que todavía no ha conseguido escapar.
Sin suerte en París
Con el objetivo de intentar escapar de tantas malas noticias, de sus lesiones, de su adiós al Real Madrid y de sus rechazos en la Selección, Sergio decidió embarcarse en una nueva aventura junto a su familia y aceptó la propuesta del PSG para continuar allí su carrera profesional en lo que seguramente sea su último gran reto, al menos en la élite.
A su llegada a la ciudad de la luz, Sergio le dio la razón tanto a Luis Enrique como a Luis de la Fuente que no habían apostado por él para los torneos internacionales, ya que aterrizó en París con una lesión muscular, aunque no parecía ser preocupante. De hecho, la misma debía curarse mientras él se ponía en forma y recuperaba su tono habitual en pretemporada.
Sergio no participó en ninguno de los amistosos de pretemporada del equipo y aplazó su primera aparición en un equipo de ensueño que contaba con llegadas como las de Donnarumma, Achraf, Wijnaldum o Leo Messi entre otros. Una constelación en la que seguir brillando, pero que Sergio veía desde la grada, sin poder participar de los planes de Mauricio Pochettino.
Ni en la Supercopa de Francia, ni en la Ligue-1, ni en la Champions. Sergio Ramos no ha podido jugar ni un solo minuto todavía con su nueva camiseta en una situación que se está alargando de manera incomprensible, ya que la lesión muscular que padecía el andaluz no parecía especialmente seria. No obstante, la realidad es que el '4' lleva sin vestirse de corto desde el 5 de mayo cuando jugó con el Real Madrid en Champions frente al Chelsea y que ya se ha perdido 17 partidos con el PSG, 12 de ellos oficiales.
La afición en el Parque de Los Príncipes comienza a impacientarse y Mauricio Pochettino ya no sabe ni qué decir ni qué responder cuando le preguntan por su regreso. Parece que está cerca, parece que en unos días vuelve, pero lo cierto es que Ramos vive atrapado en una pesadilla que también parece no tener fin, que cada vez que se acerca a la luz vuelve a ver como el túnel crece unos metros más y aleja su salida.
Un futuro incierto
Ahora que se cumplen 100 días de su fichaje con el PSG y que nadie imaginaba que iba a llegar a esta situación ni en el momento en el que firmó ni en el momento en el que creía tener la sartén por el mango de su renovación con el Real Madrid, siguen surgiendo las dudas. Sergio quiere volver cuanto antes después de tres meses esperando, pero los médicos prefieren tener cautela y no precipitar las cosas.
Una nueva lesión podría ser fatal, no solo para él y para su estado anímico, si no también para una afición que espera ansiosa, y en una reducida parte furiosa, por ver a su estrella jugar con su nueva camiseta para convertirse en ídolo. Tanto el club como Mauricio Pochettino venden tranquilidad y transmiten que Sergio se muere de ganas por entrar ya en dinámica, pero que es mejor esperar y pisar despacio, pero sobre seguro.
La última actualización sobre su estado es que tendrá que guardar 10 días más de baja. Todavía no ha regresado con el grupo a tiempo competo y realizar entrenamientos con sus compañeros será el primer paso. Ni en la directiva parisina ni en el banquillo dudan de un campeón de la talla de Sergio, que cuenta ya las horas para poder hacer su debut, el cual apunta ahora al clásico contra el Olympique de Marsella.
Puede que sea el momento perfecto para que Sergio haga su primera aparición y empiece a despejar las dudas que han surgido sobre su futuro. Las primeras sobre su estado físico y su estado de forma, que no vuelva a recaer y que tenga continuidad. Después, su nivel futbolístico después de un 2021 casi en blanco, algo que no le había pasado en toda su carrera. Y por último, saber si puede volver. Volver a ser el de antes, volver a ganar, esta vez con el PSG, y volver a la Selección con la Copa del Mundo de Catar 2022 en el horizonte.
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