Gerard Piqué pretende hacer historia. Ya lo ha hecho como futbolista, ganando por ejemplo la primera Copa del Mundo para España junto a una selección de leyenda o siendo uno de los líderes de aquel Barça que levantó seis copas en una sola temporada, la del famoso 'sextete'. Sin embargo, ahora en la recta final de su carrera deportiva, quiere explorar otros ámbitos y así lo está haciendo.
Ha nacido un nuevo Piqué. El empresario, el emprendedor, el desenfadado que es capaz de embarcarse en un proyecto que transforma la historia del tenis y que al mismo tiempo se pasa horas hablando a través de un ordenador y emitiendo a través de una cámara con un chaval de 26 años que la rompe en internet y en redes sociales. Y si juntos se les ocurre hacer de una 'chorrada con globos' todo un Campeonato del Mundo y paralizar el país y parte del mundo, pues lo hacen.
Este nuevo Piqué, más preocupado por lo que hace fuera del campo que por lo que sucede dentro, quizás porque casi todo lo que ve en el césped es malo, está empeñado en cambiar cosas y en reformular el deporte. Quiere reinventarlo, modificarlo y adaptarlo a unos tiempos en los que lo más importante es el poder de atracción y de venta. Tanto es así que incluso se atrevió con el fútbol, aunque eso le va a costar más que sus otros proyectos.
Un Mundial de Globos
Parece una locura o más bien una broma. De hecho, muchos pensaron que se trataba de eso hasta que se conectaron a los diferentes canales por los que se retransmitió el primer Campeonato del Mundo de Globos de la historia, la Balloon World Cup. Se calentaron y lo hicieron. En Port Aventura, con una sala inmensa creada para la ocasión con mamparas gigantes y muebles de IKEA y hasta un coche para darle más emoción a la final.
Era un salón de lujo creado solo para ver a chicos, y una chica, la representante de Rusia, darle golpecitos a un globo para evitar que cayera. Enfrentamientos directos de dos minutos, salvo la final a cinco, hasta dar con Francesco de la Cruz, representante de Perú y que podrá presumir a partir de ahora de haber sido el primer ganador en la historia de este concurso. Puede parecer una tontería, y lo será seguramente, pero hasta el presidente de su país se ha dejado llevar por la ola y le ha felicitado.
32 países representados en una competición que Piqué e Ibai se inventaron tras ver un vídeo en el que dos chicos estadounidenses jugaban de manera espectacular a no dejar caer un globo. Lo cierto es que el espectáculo, dentro de lo cómico, fue todo un éxito por el resultado y por las sensaciones. Cientos de miles de personas se terminaron enganchando porque la competición en sí, tenía emoción. El talento de los participantes, si se le puede llamar así, era notable y se lo dejaron absolutamente todo en la especia de pista que les habían montado.
Árbitros profesionales, aficiones, juegos de luces, un set espectacular para los comentaristas y hasta su propia sala de videoarbitraje. Un despliegue de medios increíble para pasar un buen rato y demostrarle al mundo que si las cosas se hacen bien se puede enganchar a casi cualquier persona con casi cualquier cosa. Además, Francesco, que no fue el único premiado, se fue a casa con su trofeo y con 10.000 euros, mucho más de lo que ganan algunos deportistas profesionales por conseguir una hazaña en sus disciplinas.
Nadie en su sano juicio piensa ahora que no dejar caer un globo sea un deporte, a pesar de que hasta el Comité Olímpico Español se quisiera subir a la ola de la popularidad y lo promocionara en sus redes sociales. Pero lo cierto es que algo tuvo y que Piqué, junto a Ibai, fue capaz de crear de la nada una nueva competición que reunió delante de la pantalla a una audiencia acumulada de más de 2 millones de personas, con tramos ininterrumpidos de más de medio millón de espectadores y con picos en el minuto de oro de más de 600.000 personas viéndolo al mismo tiempo. Al menos España consiguió medalla gracias a Jan Franquesa, que terminó en tercer lugar por detrás del alemán Jean Spieb.
La Davis, su gran proyecto
El Mundial de Globos no ha dejado de ser un gran pasatiempo y un gran entretenimiento para Piqué. Sin embargo, la nueva figura del jugador del Barça, la que hace las veces de empresario, se ha embarcado en otros grandes proyectos que de verdad han pretendido, y conseguido, cambiar el deporte. El más conocido y el más importante fue el de la Copa Davis.
Gerard se propuso, junto a su empresa Kosmos, cambiar por completo el formato de una competición con más de un siglo de historia. Y lo consiguió dándole al tenis un torneo completamente nuevo, que muchos aseguraban que perdía su esencia, pero que se ha transformado en todo un evento dinámico, atractivo y que se desarrolla de manera rápida. Algo así como un Mundial de fútbol o de baloncesto, pero en tenis.
Piqué, a través de la creación de Kosmos Tennis, la parte de su conglomerado empresarial que se encarga a partir de ahora de la Copa Davis, inició un nuevo proyecto de la mano de su socio Hiroshi Mikitani, dueño de Rakuten. Juntos, en los últimos años, han ido transformando y modelando el torneo que ha pasado a celebrarse en una única sede, con 18 selecciones repartidas en varios grupos para dar paso a una fase de enfrentamientos directos hasta conocer al campeón. Y todo en apenas una semana.
Una idea revolucionaria que se ha encontrado en medio con los efectos de la pandemia, pero que ha probado su éxito por encima de las críticas. Este formato, que en un principio se celebró en la ciudad de Madrid, está pensado para que su sede vaya rotando en función de los contratos que Kosmos que vaya firmando con las ciudades que quieran ser organizadoras del gran evento mundial del año en el circuito. Tal ha sido el impacto conseguido que hasta la ITF, la Federación Internacional de Tenis, se tuvo que rendir ante la llegada del nuevo proyecto después de muchos meses de negociaciones.
Tanto Piqué como Kosmos han aprendido a limar los aspectos que menor encanto generaron y por eso han decidido ampliar el número de sedes y de días para poder jugar con mayor margen de tiempo sin tener que recurrir a horas tardías de la noche como sucedió en la primera edición celebrada en la capital de España.
Además, Piqué y Kosmos están en continua búsqueda del beneficio empresarial de su producto y por ello tienen avanzadas las negociaciones para que la Copa Davis se pueda celebrar los próximos años en Abu Dhabi, recibiendo a cambio una importante inyección económica que ayude a paliar la inversión que costó crear este revolucionario torneo en Madrid y que reparte premios por valor de casi 20 millones de euros.
Junto a su equipo formado por personas de su máxima confianza como Javier Alonso, antiguo miembro de DORNA, Iván Modia, periodista, mánager de futbolistas, fan del tenis y actual Jefe de Operaciones de Kosmos Tennis, o Albert Costa y Galo Blanco, directores del torneo, han impulsado la modernización del tenis en un proyecto que se inició con la cesión de los derechos de explotación de la Copa Davis por un valor de 3.000 millones de dólares. Sin duda, una inversión estrastoférica, pero que esperan recuperar en todo ese tiempo a pesar de que en sus primeros años han asumido ciertas pérdidas, sobre todo tras la llegada de la pandemia.
Se atreve con el fútbol
Piqué tiene un empeño real por cambiar el deporte, sea a la escala que sea y con el éxito que toque en cada ámbito. Pero quiere dejar huella. Junto con los globos y con su revolución en el mundo del tenis, Piqué está valorando realizar diferentes proyectos en el mundo del fútbol como también los tiene en el mundo audiovisual al haber montado su propia productora de contenidos.
Dentro del fútbol, ya sea mediante su figura como de la mano de Kosmos, Piqué ha decidido llevar a cabo iniciativas como comprar su propio equipo, el Andorra. Además, dentro de su agencia de representación, creada recientemente con la incorporación de Dominic Thiem como primer gran deportista, no se descarta el salto a la primera plana del fútbol mundial.
Sin embargo, sus proyectos para cambiar el fútbol han ido más allá y ya tiene propuestas que de vez en cuando suelta a través de sus redes sociales. Con motivo de la derrota de España en las semifinales de la presente Eurocopa ante Italia en la tanda de penaltis, Gerard elevó una idea para debatirla junto a sus seguidores para cambiar el formato existente y habitual en las mismas.
El futbolista del FC Barcelona es partidario de cambiar el orden establecido por uno que, por otro lado, no es de su propia cosecha, sino que ya ha aparecido en multitud de ocasiones. Se trata del famoso 'AB-BA-AB-BA-AB', el que muchas personas del fútbol consideran como más justo, ya que el primer lanzador, por estadística, suele salir vencedor en la mayoría de casos. Además, con ese formato, el equipo que lanza segundo no tiene la sensación de ir siempre por detrás en el marcador si el rival marca.
De momento, Piqué no ha entrado en la batalla de elevar esta proposición a gran escala, pero si se propone adentrarse de lleno en la organización de grandes eventos futbolísticos como lo ha hecho en el tenis, podría ofrecer sus torneos para pruebas de este tipo con las que convencer a la FIFA.
El Piqué más maduro
Fútbol, tenis o globos. Agencias de representación, producciones audiovisuales o compras de clubes. Más familia y muchas horas de redes sociales. Así es el nuevo Piqué, más maduro y responsable y menos polémico. Ese que pierde menos el tiempo en atacar a la prensa y a sus rivales y que incluso les invita a formar parte de sus nuevos proyectos.
Piqué ha abandonado en los últimos años su imagen de fanfarrón y de agente desestabilizador para centrarse en sus asuntos y en sus negocios en los que no solo es la cara visible y pública, sino en los que tiene voz y voto como el que más, pues forma parte de su esencia y de su raíz gracias a la formación que ha ido adquiriendo en los últimos años.
La figura del jugador del Barça ha ido cambiando y moldeándose con el paso de los años. Ha abandonado las polémicas políticas sobre la situación en Cataluña y sus ataques gratuitos al Real Madrid. Sin perder su esencia, pero siendo protagonista en otros terrenos, al Piqué empresario y emprendedor no le va nada mal y es igual o más feliz incluso que antes. O al menos eso parece desde fuera. Ahora, el sueño del '3' es seguir cambiando y reinventando el deporte y sus competiciones a gran escala. Al menos hasta que se lance con la presidencia del Barça.
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