El FC Barcelona subió un nuevo peldaño en el camino hacia la mayor crisis de su historia reciente. El conjunto presidido por Joan Laporta y hasta hace unas horas entrenado por Ronald Koeman cayó ante el humilde Rayo Vallecano con un gol de Radamel Falcao. Los azulgranas se quedaron sin ideas en un tropiezo que no hace más que aumentar la tensión entre la masa social. Los de Iraola triunfaron y los culés acumularon un nuevo golpe a una entidad ya de por sí debilitada. La noche acabó con el despido de madrugada de Ronald Koeman como entrenador.
Los últimos días en el seno del club catalán no habían sido nada fáciles. Una situación que, sin embargo, ya era similar antes del parón de selecciones. Fue entonces cuando tanto el vestuario como Koeman y la directiva culé se pusieron como objetivo regresar con más fuerzas tras esos días sin partidos. Los jugadores no convocados con sus selecciones podrían hacer piña y tanto Koeman como su equipo técnico tendrían tiempo de sobra para corregir errores. El regreso del parón sería el renacer culé. Pero todo ha quedado en inertes intenciones.
El FC Barcelona ganó con polémica al Valencia. El triunfo, al menos, parecía recobrar algunas esperanzas. La ilusión duró poco: empate por la mínima ante el Dinamo en Champions y dura derrota ante el Real Madrid en El Clásico del Camp Nou. La visita a Vallecas se presentaba como un nuevo examen al equipo de Koeman, que si bien no podía plantar cara a un eterno rival en muy buena forma, sí que aspiraba a resarcirse ante uno de los conjuntos revelación de la temporada. De nuevo, las peores previsiones acabaron cumpliéndose para los culés.
Así las cosas, el Barça sigue sin tener asegurada la clasificación para la siguiente fase de la Champions League y marcha actualmente en la zona media de la tabla nacional con cuatro victorias, tres empates y tres derrotas. Un acumulado de 15 puntos que les ponen por detrás de clubes como Rayo Vallecano u Osasuna y con los vecinos del Espanyol amenazando un sorpaso que sin duda sería un impulso moral para los blanquiazules.
Presión social
La crisis del Barça, pese a la gravedad deportiva, no queda ahí. La tensión que parece vivirse en el vestuario se ha extendido a la masa social, que hace tan solo unos meses creía que sus dolores de cabeza con respecto al equipo habían acabado. La gestión de Bartomeu ya había llegado a su fin y la Gestora de Tusquets también había terminado su estancia al frente del club. Era la hora de Joan Laporta, el máximo exponente para muchos aficionados de la edad dorada del Barça. El presidente prometió orden y proyecto, pero no tardó demasiado en matizar sus previsiones ante la catástrofe económica de las cuentas azulgranas.
Además, Laporta tuvo que asumir el varapalo de la marcha de Leo Messi. El argentino no pudo ni renovar ni firmar un nuevo contrato por las limitaciones económicas. Al menos esa fue la versión que trasladaron desde el Barça, pues el entorno del '10' señaló indirectamente a la directiva y desde LaLiga reconocieron que se podía haber mantenido a Messi renunciando a otros movimientos en el mercado. Por lo tanto, la salida del mejor jugador de la historia culé se podía haber evitado. El aficionado ya comenzaba a perder la calma y tras la llegada de los malos resultados acabó estallando.
Durante los diferentes partidos del Barça cerca de su afición se han podido observar situaciones que reflejan a la perfección la crispación de la masa social. Encuentros en un Camp Nou donde la venta de entradas fracasaba pese a los muchos meses que la pandemia evitó la presencia de público en la grada, pitos a jugadores como Sergi Roberto por sus especulaciones contractuales y, por último, un hostigamiento a Ronald Koeman que ha dado la vuelta a La Liga y que ha hecho saltar las alarmas por la falta de seguridad sobre el técnico culé.
El entrenador recibió numerosos golpes en su coche cuando abandonaba las instalaciones tras El Clásico. El Barça no tardó en salir en su defensa y compañeros de profesión como Ancelotti también han pedido respeto para la labor del técnico. Pero, más allá de la gravedad de las imágenes, es un nuevo síntoma de cómo el aficionado culé no entiende ni la gestión de Koeman ni la continuidad que le ha permitido Laporta en plena caída deportiva hasta la derrota en Vallecas. Ahora deberán sumar la búsqueda de un nuevo entrenador en plena temporada.
Una crisis financiera
La base sobre la que se sostiene toda esta crisis no es otra que la económica. La famosa herencia de Josep Maria Bartomeu ya hizo saltar las alertas en el barcelonismo y de ahí que se impulsara una moción de censura que hizo dimitir a la anterior Junta Directiva. Sin embargo, los números rojos no quedaron en cosa del pasado y son los que también están marcando el día a día del equipo de Laporta.
El Barça, cabe recordar, tendrá pérdidas cercanas a los 500 millones de euros esta temporada. Unos números que doblan los previstos por el grupo de trabajo de Bartomeu y que han sido confirmados por LaLiga. Cifras que, además, han dejado en 97 millones de euros el límite salarial para la actual campaña.
El Barça aún tiene que concretar cuáles serán sus nuevas fuentes de ingresos y deben negociar contratos de patrocinio que esperan que mejoren los números actuales. Un escenario de incertidumbre al que hay que sumarle la renovación del Camp Nou y la inversión en el Espai Barça. Limitados a la hora de fichar y de realizar cualquier movimiento empresarial, incluso el despido de Ronald Koeman está ligado a los límites económicos de la entidad. El Rayo y su tesón con Falcao no son más que el penúltimo golpe a un Barça en crisis que tendrá que busca nuevo entrenador para hacer olvidar los malos resultados en Liga y Champions.
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